Ver con mis propios ojos a Eun-Ji con su esposo me destrozó por dentro, sabía que no tenía ningún derecho de sentir celos porque yo también estaba casado y no podía ofrecerle nada. En ese punto ya no sabía qué era mentira y qué era verdad en la vida de esa mujer. Ya no podía estar seguro de que ese hijo fuera mío porque si ellos se casaron a solo unos días de que ella volviera de Shanghái, lo más probable era que el hijo fuera de su esposo. De vuelta a la casa Hana- Rhee parloteaba tanto que me agobió con tantas palabras, yo no podía siquiera entender de qué estaba hablando porque en lo único que pensaba era en la sirvienta que se me había metido en lo más profundo del corazón. —Tengo que ir al despacho —Le dije a mi esposa porque no quería seguir escuchando lo felices que eran los recién casados al estar esperando a su primer hijo. Me rogó para que fuera con ella a la habitación, pero no la seguí escuchando y me encerré en el despacho. Mi madre y mi hermana ya debían estar dormida
Encontrar a Hana-Rhee en el gazebo besándose con Dong-Yul me llenó de rabia y de incertidumbre, sentía celos porque a pesar de haber planeado encontrarlos juntos, no me esperaba encontrar esa situación.Siempre he sido muy observadora y estaba segura de que mi intuición no mentía, a pesar de que la idea fuera muy descabellada.Durante nuestro paseo por el jardín Seung-Yi tenía un semblante sereno y también una actitud muy amable y cordial. Su inexpresiva mirada no me dejaba ver nada de lo que había detrás de sus ojos fríos como el viento.Todo cambió cuando encendió la luz del gazebo y vimos a la pareja de enamorados comiéndose a besos.Aun cuando trató de disimular me di cuenta de que le había afectado mucho ver a la sirvienta con otro hombre. No estaba segura, pero mi intuición me dijo que Seung-Yi y Hana- Rhee, ya se conocían y tenían una historia juntos.Mi esposo por más que trataba de ser un hombre duro y rígido, al ver la escena dejó salir una oleada de celos. Su rostro se dese
Para no levantar sospechas cada noche me aseguraba de llevar la cena que preparaba La abuela al pequeño Hanok que compartía con Dong-Yul y él cenaba conmigo como si en verdad fuéramos un matrimonio.—Gracias por traer la cena para mí Eun-Ji, no sé cuánto va a durar esta situación, la señora Hana-Rhee me ha dicho que muy pronto te vas a ir a América. No sé qué les diré a los empleados cuando me pregunten a dónde te fuiste y porqué ya no estamos juntos. Todos me han felicitado por tener una esposa tan bonita como tú y dispuesta a trabajar para ayudar con los gastos.—No te preocupes por eso, siempre puedes decirles que me enviaste donde tus padres para que tenga a nuestro hijo sin complicaciones. Entre más avanzado esté mi embarazo, menos podré cumplir con las labores domésticas.—Se ve que eres una buena mujer, no quiero entrometerme en tu vida más de la cuenta, pero me gustaría saber más de ti. ¿Cómo es que llegaste a estar en esta situación tan complicada?—Es mejor que te mantengas
—¡Felicidades señora Yi! Vamos señorita Evi-Yi, la ayudaré a cambiarse para la cena, esta noche seguramente hay mucho que festejar en esta casa — dije y tomé del brazo a la chica para llevarla conmigo y salir de ahí con la cabeza en alto y tratando de que las lágrimas no corrieran por mis mejillas.Yo sabía que eso iba a suceder en cualquier momento, ellos llevaban ya un matrimonio normal, siempre que Seung-Yi dormía en la mansión se quedaba en la habitación de Eun-Ji y ella al día siguiente amanecía rebosante y feliz.Llevé a Evi-Yi a su habitación y mientras se duchaba elegí para ella su vestido más bonito. Toda la servidumbre parecía estar feliz con la llegada del heredero de la familia ya que eso aseguraba el linaje de la familia y por supuesto, que la fortuna y las propiedades quedaran siempre en manos de un descendiente directo de sus amos a quienes les debían lealtad.Esa noche Eun-Ji ordenó que la cena se sirviera en el comedor principal y para mi mala suerte la señora Suni-Ki
Desde que me di cuenta de que entre mi esposo y mi sirvienta había algo extraño me di a la tarea de planear muy bien la manera de deshacerme de ella.Lo primero fue sacar pequeñas cantidades de dinero en efectivo para dárselas y que viera que tenía la buena voluntad de ayudarla para que pudiera tener a su hijo sin problema, y luego le pedí a Dong-Yul que se ganara su confianza para que pensara que él estaba dispuesto a ayudarla.Mi amante estaba comiendo de mis manos y más ahora que podíamos tener sexo cada vez que nos dieran ganas. Para un simple jardinero como él era toda una fantasía cumplida poder comerse a la esposa de su amo. Era como un perro fiel capaz de hacer cualquier truco a cambio de alguna migaja de mi parte.Por fortuna Seung-Yi llegaba a casa a dormir al menos dos veces por semana y después de que tuvimos sexo por primera vez, no era difícil para mí conseguir que lo hiciera de nuevo. Bastaba con poner mi cara de esposa abnegada dispuesta a que su matrimonio fuera lo má
—¡Despierta Eun-Ji! Es hora de irnos, tenemos que salir de aquí antes de que salga el sol— La voz de Dong-Yul me despertó al tiempo en que me sacudía para obligarme a despertar.—¿Qué hora es ?— Pregunté como si la respuesta hiciera una diferencia en lo que tenía que suceder.—Son las cuatro de la mañana, vamos date prisa nos están esperando.—¿Nos están esperando? ¿Quiénes? — Pregunté porque me extrañó su respuesta, yo no entendía a qué se refería.—Ya lo sabrás, no te preocupes, todo va estar bien.Ya tenía la maleta lista porque me advirtió desde la noche anterior que nos iríamos en cuanto amaneciera, pero afuera todavía estaba todo muy oscuro.Atravesamos la huerta y cuando estaba a punto de decirle que los guardias de la entrada no me dejarían salir por órdenes del señor Seung-Yi, él me arrastró hacia los jardines que colindaban con la montaña.Llegamos hasta la colindancia y allí junto al río, había una pequeña canoa. No cabía duda de que Eun-Ji lo había planeado demasiado bien.
Cuando escuché que la señora Suni-Kim decía que el jardinero y su esposa no se habían presentado a trabajar y que los habían buscado por toda la propiedad no pude evitar salir de la ducha para saber qué estaba pasando.Tuve que contenerme para no salir en ese momento a buscarlos personalmente. No podía permitir que Eun-Ji se fuera de mi vida, no sin antes comprobar que el hijo que estaba esperando no era mío.Odiaba reconocerlo, pero esa mujer me importaba más de lo que alguna vez me importaría mi propia esposa. Eun-Ji estaba metida en lo más profundo de mi corazón, tanto, que apenas podía respirar por la conmoción que me había causado la noticia. Estaba furioso porque se había atrevido a escapar, pero sobre todo me moría de celos al saber que se había ido con él.Me vestí e inventé una excusa para irme sin desayunar, no tenía ganas de fingir y representar mi papel de esposo perfecto cuando lo único que necesitaba era saber dónde demonios se había metido Eun-Ji.Fui directo a los pues
—Disculpe señora… ¿Nos conocemos? — Pregunté porque yo conocía muchas personas, pero estaba seguro de que en particular a esta mujer no la había visto nunca en mi vida.—¡Eeeh! No, en realidad no, pero… ¿Quién no conoce al CEO de la compañía Yi? Es bien sabido que hasta hace muy poco usted era el soltero más codiciado en Jeonju. La noticia de su boda dejó a muchas jovencitas con el corazón destrozado.Sonreí porque su respuesta hizo que me sonrojara, pero no me convenció su respuesta, yo era muy cuidadoso con el tema de la prensa, no solía permitir que me tomaran fotografías para las revistas y tampoco usaba redes sociales que pusieran en evidencia mi posición social.Si acaso las personas que me conocían habían sido mis compañeros en la universidad y en el servicio militar, que había hecho ya hacía algunos años y mi vida social nunca fue expuesta en ningún medio, porque precisamente debido al estatus de mi familia yo prefería tener mis aventuras solo cuando estaba de viaje en algún o