—Buenos días, ¿en qué les puedo ayudar?
—Anoche fui atacada en el bar Traverse y me dijeron que debía presentarme a declarar.
Llegó a casa de Emily para entregarle algunas cosas que había conseguido en el pueblo, pero la encontró en el teléfono y por lo que escuchaba, la chismosa Clarissa la estaba poniendo al corriente. De nuevo a la mierda sus planes, ella se veía molesta y no triste. Impulsado por el odio y la falta de control envía un mensaje de texto que dice PROCEDAN. Luego se sienta en la grada mientras ella acababa de hablar. Charles se fumaba un cigarro mientras Emi descansaba en su propia casa. Todo con ella debe ser tan bien planeado como un juego de ajedrez, necesita una buena estrategia. Tantos millones en manos de una chiquilla como Emily era sencillamente ridículo. Le dejaría una buena parte del dinero para que hiciera lo que quisiera, pero el resto... de solo pensar en las mejoras a su rancho, en las razas de ganado que podría importar... Emi regresó a su casa, Amón y Alec estaban en contacto constante con ella. Con Carlos las cosas iban regulares. No hacía avances amorosos y tampoco violentos. La noche estaba calma así que se colocó sus audífonos, puso música a todo volumen y se sentó en el porche. Por eso no fue consciente de que alguien caminaba hacia ella, desde atrás.La sujetaron del cuello y la meNegocios turbios
Un arma…una decisión
Andrés caminaba de un lado al otro. Había logrado que Emi le atendiera a las 5 pm, estaba alterada y quedaron de verse en el centro de la ciudad, Andrés la esperaría para invitarla a su casa, así se distraería. Pero habían pasado dos horas.Estaba de pie junto a su camioneta en medio pueblo cuando ella lo llama.
Horas después Andrés está en casa del que será su cliente. Cuando este entra caminando con un bastón, Andrés sonríe y se pone de pie.—Muchacho, la última vez que te vi tenías 18 y estabas por entrar a la Universidad. Me imagino que graduarte, sacar adelante a tu hermana y el rancho familiar no ha de haber sido sencillo.
Alec se acerca a ella, le muerde suavemente el cuello, pero lo suficiente para que Emily haga mueca de dolor y se agarre donde mordió con una mano, luego Alec le dice muy bajo—Tres azotes, Emily Se acerca a ellos un salonero que se ve es nuevo, está sumamente nervioso es demasiado obvio.—Buenas noches señor Black, mi nombre es —se aclara garganta— mi nombre es Mateo y estoy aquí para tomar su orden. Emi decide sacarle la lengua y los tres ríen. Al llegar a la casa Alec estaciona y se vuelve a Emily quien mira a la puerta y ve a sus padres. Alec le da la mano y frunce el ceño, se quita su chaqueta y se la pone encima.—Tienes un ataque de pánico porque no hace tanto frio como para que estés así. Estoy tentado a que no entremos. Último capítuloSoy un demonio milenario y aún así me faltas el respeto, Emi.
Emi decide sacarle la lengua