—¿Podrías quedarte con los gemelos? —le preguntó a Anya con tono suplicante.
—Claro, por supuesto que puedo cuidar a mis sobrinos.
—Chloe, por favor, ve por los gemelos, se quedarán con Anya —Chloe asintió y Katsumi corrió a detener un taxi.
Al llegar, empezó caminando a zancadas y terminó corriendo. Las personas se la quedaban mirando intrigados; no era común ver a una mujer vestida de novia correr por el aeropuerto. No encontró a Adrick.
Preguntó por el último vuelo que había salido con destino a Nueva York, había partido hacía quince minutos y el próximo saldría en media hora. Buscó a Adrick en la zona de espera, no lo encontró.
AL DÍA SIGUIENTE...
Adrick estaba en el gimnasio de la mansión Mykolaiv, descargando su i
Queridísimo lector, antes de continuar, quiero decirte algo: GRACIAS, muchísimas gracias, porque el hecho de que estés leyendo estas líneas indica que has llegado hasta este punto de la historia y eso significa mucho para mí. Gracias por tu apoyoAhora, permíteme contarte que esta segunda parte de “La propuesta del CEO”, nos contará un poco de la relación de Adrick y Katsumi y de sus altibajos como una pareja más madura, sin embargo, no se centrará en ellos sino en dos chicas que han crecido y vivirán sus propias historias de amor: Anya y Katherina; las primas Mikolayv.Tal vez puedas pensar que, si la historia ya no va de Katsumi, Yoshi y Adrick, debí crear un nuevo libro, sí, eso hubiese sido lo mejor, pero, a fin de evitarme la burocracia que implicaría firmar otro libro con la plataforma, y para que los lectores nuevos lleven el hilo de la historia, he visto más factible continuar aquí. Después de todo, y sin ánimos de spoilers, tanto en la historia de Katherina como en la
PRÓLOGO“Y vivieron felices por siempre” se supone que así debería acabar esta historia de amor, con Katsumi caminando hacia el altar enfundada en un pomposo vestido blanco que irónicamente representa la pureza, aunque ella ha dejado de ser pura hace un buen rato.¡Joder! se ha acostado con el jefe de su marido y ha logrado casarse con él ¿dinero? ¿capricho? ¿amor? Desconozco sus motivos y la verdad, y nunca me han interesado, mi padre es libre de hacer con su vida lo que le de su puñetera gana y eso es lo que él ha querido hacer.Aún recuerdo su cara de idiota viendo a Katsumi acercarse a él, mientras pisaba con sus zapatos de diseñador los pétalos de rosas que Katherina y yo habíamos esparcido.Habían pasado cuatro años desde entonces y nunca me había importado lo que hicieran con sus vidas, siempre y cuando no se metieran en la mía y hasta el momento no lo habían hecho, terminé la secundaria, casi no lo hago, pero la terminé, los contenidos eran demasiado fáciles, aburridos, así qu
Adrick no puso el grito en el cielo como Anya se lo esperaba, se limitó a masajearse el tabique y dejar salir un suspiro de frustración. —¿Como que no irás? —preguntó con calma —Me tomaré un año sabático —explicó Anya —necesito un descanso —¿Un descanso? ¿un descanso de qué? —De los estudios, obvio —Iré a ver a los niños —dijo Katsumi y se pintó de colores, siempre trataba de mantenerse al margen de los problemas entre Adrick y Anya. —Está bien, me parece genial que te tomes un descanso —dijo Adrick con una gran carga de sarcasmo en la voz—Tus tarjetas de crédito también se tomarán un descanso —agregó y antes de que Anya pudiera reaccionar se puso de pie —este mes empezarás a pagar renta, ya estableceré el precio tomando en cuenta el tamaño de tu habitación y el hecho de que la casa se encuentra en una zona exclusiva. »Ya no comerás de mi comida, tendrás que comprar la tuya propia y por supuesto que tendrás que cocinarla,
CAPÍTULO 2—¡¿Disculpa!? ¿tu habitación? —esta es mi habitación y no sé cómo has entrado en ella —el hombre hizo una pausa—¿eres reportera? ¡Por Dios! ¿Estás aquí por una historia? ¡Adelante! Has las preguntas que tengas que hacer...te responderé a todo por lo intrépida que has sido, ni siquiera me molestaré en reportar el incidente a la administración del hotel.Anya no podía concentrarse en lo que el tipo de la ducha le decía, no podía dejar de ver su abdomen cincelado, sintió el terrible impulso de lamer las pequeñas gotas de agua esparcidas en su pecho.—Para ser reportera no hablas mucho —dijo el hombre.—¿Reportera? ¿¡qué!? ¿de qué demonios hablas? No soy reportera—¿No te has colado en mi habitación para entrevistarme?—¡Joder! ¡no! ¿para qué querría entrevistarte? ¿quién querría entrevistarte? ¿Ni siquiera sé quién demonios eres?—¿Que no sabes quién soy? ¿Acaso vives debajo de una roca? Yo soy nada más y nada menos que...—sshhh —Anya lo interrum
Katherina miró el letrero pegado en el árbol. “Clases particulares de chelo” anunciaba el papel, lo arrancó y lo dobló. Era algo que nunca había intentado; la música no se le daba muy bien y nunca se había atrevido a hacer nada en lo que no pudiera sobresalir, solía ser la número uno en todo. Había recibido cartas de aceptación de todas las universidades a las que había postulado, si cumplía con los tiempos y se apegaba al plan, antes de los veintiocho tendría un doctorado el filología, era un plan perfecto, uno que ella podía seguir al pie de la letra, tenía un porvenir brillante, un futuro maravillosos, aun así, se sentía estancada.Desdobló el papel y marcó el número en él después de un par de repiques ella misma cortó la llamada, dejó salir un suspiro. Envió un mensaje: “Me interesan las clases de chelo, ¿podría empezar hoy?”El reloj en su muñeca empezó a sonar, se había pasado la hora de correr y aun no volvía a casa, eso suponía un retraso en los planes del día. Corrió
La besó en los labios y ella le correspondió. Recee era un desconocido y Anya ya le había dado dinero y estaba dispuesta a acostare con él. Tenía la habilidad de convencer a la gente de hacer lo que él quería. El teléfono de Anya sonó y ninguno de los dos le prestó atención.Recee apretó el cuerpo de Anya contra el suyo, deslizó las manos por su espalda hasta llegar al trasero y le apretó suavemente las nalgas. Anya no lo detuvo, seguía besándolo como si no hubiese besado en siglos. Recee continuó, Le levantó el ruedo de la falda hasta la cintura dejando al descubierto la ropa interior diminuta que Anya llevaba puesta.La guio hacia la cama y le dio un ligero empujón para que se sentara, luego un empujón mas fuerte desde los hombros para que dejara caer el torso. Se arrodillo y le abrió las piernas con fuerza, Anya dejó s
Volvió a su habitación hecha una furia. Cogió su laptop y escribió Recce Birdwhistle en el buscador, se trataba de un gran empresario inglés, pero al buscar las imágenes, no era él, era un hombre viejo y excéntrico, nada que ver con el supuesto Recee que ella había conocido.Leyó un poco acerca del tal Recce Birdwhistle y así averiguó que tenía un hijo. El heredero de todo el imperio de la moda que su padre había construido.Cambió su búsqueda, esta vez escribió “Recce Birdwhistle hijo” y al ir a las imágenes, apareció él, con esa carita de niño rico y educado, el tipo tenía el dinero para invertir en lo que quisiera, Anya se preguntó por qué le había salido con el cuento de que era un chico universitario común que había tomado una gran oportunidad, o por qué la
—Profesora Stone, buenos días —dijo Anya preparando su cara de súplica. —Buenos días señorita Mikolayv —respondió la profesora Stone con un tono educado que no concordaba con la expresión en su rostro. Abrió un cajón de su escritorio y sacó varios sobres. —Entraré de inmediato a dar mi clase —dijo Anya al ver que la señora Stone prácticamente la ignoraba. —Tenga su pago por el día que trabajó —dijo extendiéndole uno de los sobres— prescindiremos de sus servicios. —Pero, profesora Stone, yo, puedo explicarle...tuve una emergencia familiar y... —Estaba en período de prueba señorita Anya, y ha llegado una hora tarde en su segundo día. No llena los estándares necesarios para el trabajo, lo siento. —Pero... —No hay excusa que valga —la profesora Stone le interrumpió— por favor márchese —Anya asintió con la cabeza y se dio media vuelta, maldijo entre dientes. Anya caminó hasta el bar donde había pasado la noche