Abrió la puerta, la ansiedad lo consumía, anhelaba ese encuentro como a nada en el mundo y al mismo tiempo se sentía aliviado de saber que sería el último. Tenía que ser el último, por el bien de su matrimonio, aquello tenía que acabar esa noche.
Al entrar a la habitación percibió un perfume familiar, aspiró profundo y una media sonrisa se dibujó en sus labios. Las lucess estaban apagadas, no podía ver absolutamente nada, pero sabía que ella estaba ahí, la olía, la sentía, los vellos de su cuerpo se erizaban solo de pensarla.
—¿Con quién hablabas? —una voz femenina se escuchó en la oscuridad de la habitación en cuanto Bratt entró.
—Solo es la chica de al lado, es muy parlanchina —explicó Bratt soltándose el nudo de la corbata, había ido a su cita vestido de traje, así tendría una excusa en caso de que llegara a casa y se encontrara con Katsumi, le diría que estaba en una reunión de trabajo.
—Solo es la chica de al lado, es muy parlachina... —la mujer
Katsumi y Chole terminaron de cenar en el lujoso restaurante y se fueron al bar del hotel que queda atravesando el lobby. El bar tenía un ambiente mucho más informal que el restaurante, aunque había mucha gente con trajes elegantes que seguro habían hecho el mismo recorrido que ella; cenar e ir por un trago. El chico que servía los tragos era muy guapo, le recordaba un poco a Adrick, un Adrick mucho más joven. Era evidente que a Chloe también le había parecido atractivo, pues no dudó en coquetear con él —¿Qué quieren? —preguntó el chico —sexo —respondió Chloe con una sonrisa pícara, Katsumi y el chico de los tragos abrieron los ojos como platos, el él se sonrojó —en la playa —agregó Chloe y el chico tomó una bocanada de aire, al parecer, en algún momento había dejado de respirar y estaba aliviado de que la petición de su clienta no fuera algo indecente si no un simple trago —¡Por Dios! Chloe —le susurró Katsumi y le dio una palmada recr
Deseaba poder decirle que no, después de cinco años sin verlo se había atrevido a pensar que iba a poder resistirse a él, pero no podía, aunque lo intentara, era imposible para ella resistirse a Adrick Mykolaiv, y para colmo, el destino estaba empeñado en hacer que se encontraran una y otra vez. —Ponte cómoda —dijo Adrick mientras ponía a funcionar la cafetera —¡¿Se ha perforado la nariz?! —exclamó Katsumi después de soltar un suspiro de asombro. —Sí, y no me ha pedido permiso —le explicó Adrick mientras sostenía el teléfono, deslizó su dedo sobre la pantalla y apareció otra foto de Anya, esta vez con Katherina —esta fue en un campamento del colegio. —Katherina se parece cada vez más a Anya —dijo Katsumi sorprendida de que las pequeñas niñas que ella solía llevar al colegio ya fueran todas unas señoritas —A mí se me parece más a Jasper —refutó Adrick, ambos guardaron silencio mientras veían las fotos en el teléfono de Adrick. —Adrick —
Seguía amando a Adrick, el sexo no lo era todo en una relación, pero lo que sentía cuando él estaba dentro de ella era único y especial. Cuando el cuerpo sudoroso de Adrick se frotaba contra el de ella, una chispa se le encendía dentro, algo le estallaba justo en su núcleo, produciendo una onda expansiva que la recorría entera, no le ocurría nada parecido con ningún otro hombre. Estaba recostada en su pecho, sintiendo cómo los latidos de su corazón volvían a la normalidad y no había otro lugar en el mundo en el que quisiera estar, más que ahí, con Adrick, en ese cuarto de hotel, oliendo el café recién hecho. El olor del café le hizo acordarse de Chloe, se levantó y buscó su ropa entre las sábanas. —No te vayas, por favor —le suplicó Adrick tumbado en la cama, viéndola con ojos de perrito huérfano. —Tengo que llevarle el café a Chloe, recuerda que a eso hemos venido a tu habitación. —¿Te casarás? —preguntó él mientras se sentaba —
Bratt llevaba una hora atado; completamente inmovilizado y con una media fruncida en la boca y eso no hacía más que excitarlo, no podía dejar de pensar en Linda y en lo que ella le estaría haciendo si estuviera ahí con su traje de cuero y látigo en mano, azotes, aruños, mordiscos, imaginarlo le produjo una gran erección que fue adormeciéndose cuando empezó a preguntarse cómo haría para salir de ahí. —¿Bratt? —una voz femenina llegó desde el pasillo y puso escuchar pasos sigilosos —¿estás bien? Soy Anya, tu vecina —soltó una risita tímida —es decir, del cuarto de al lado, nos conocimos hace un par de horas no sé si me recuerdas pero... —Anya hizo una pausa y Bratt guardó silencio —vi la puerta abierta y pensé que... —dejó salir un suspiro —pensé que tal vez podía estar pasando algo, quise pasar a ver si estabas bien —Lo siento, volveré a mi habitación —dijo ante el silencio. Bratt tuvo que sopesar sus opciones, se moría de la verguenza solo de pensar que una mujer a l
Katsumi despertó muy temprano a pesar de que solo había dormido un par de horas. Antes de hacer nada, estremeció a Bratt, lo había estado pensando toda la noche, seguía amando a Adrcik, y no iba a dejar que eso pusiera en peligro la vida que había soñado al lado de Bratt, esa vida debía comenzar al día siguiente y no iba a permitir que sus sentimientos por Adrick la sabotearan; no volvería a verlo nunca más. —Necesito que redactes un documento legal —le dijo a Bratt, él estaba acurrucado de espaldas. —Sí cariño, lo haré en cuanto sea de día —balbuceó —Tiene que ser ahora, es urgente —Bratt se dio media vuelta ante la extraña petición de Katsumi. —¡¿Qué es lo que pasa?! —apenas abría un poco los ojos —¡Bratt! ¿qué te ha pasado en la cara? —preguntó Katsumi con horror, mirando la línea roja que sobresalía en la mejilla de Bratt, él se tocó y sus ojos se llenaron de asombro, pánico, desconcierto. —No...no lo sé, cariño —dijo mientra
Katsumi se miraba en el espejo después de que el equipo de maquillistas y peluqueros profesionales salieron de la alcoba. Miró el reloj colgado en la pared, este marcaba las nueve en punto, había quedado lista; peinada y maquillada estaba envuelta en una bata blanca de seda, solo faltaba ponerse el vestido, dio un suspiro. Su nueva vida estaba a punto de empezar. Bratt había comprado una casa en los suburbios, una hermosísima casa de lujo. Se mudarían después de la luna de miel. Ella odiaba vivir en los suburbios. Tenía una hora para estar lista, así que decidió bajar al salón y asegurarse de que todo fuera viento en popa, llamaron a la puerta justo cuando iba de salida. —¡Es el día! —exclamó Chloe cuando Katumi abrió la puerta, aquellas palabras le hicieron temblar el estómago. Chloe la abrazó —tengo que advertirte algo —le susurró. —¿Qué pasa? —Katsumi rompió el abrazo y la miró con el ceño fruncido.
MIENTRAS TANTO... —Ya vamos, Adrick —Anya le susurró en el oído —no te quedarás a ver a katsumi casándose, no dejaré que te hagas daño de esa forma —ambos vieron a Chloe acercarse. —Chicos, todo ha quedado hermosísimo —dijo mirando a su alrededor —los acompañaré a la salida, los invitados empezarán a llegar en cualquier momento. —Claro, iré por mi bolso —dijo Anya ―lo he dejado en el salón de fiestas ―explicó y se alejó, dejando a Adrick y a Chloe. En ese momento, un pequeño grupo entró en el local. Bratt, su hermana Amber, que llevaba un vestido color lavanda parecido al de Chloe y los pequeños gemelos; Jacob y Noah. —¡Es Adrick! —gritó Noah en cuanto se acercaron, Adrick se puso de cuclillas, Jacob y Noah se apresuraron a abrazarlo. Bratt apretó las mandíbulas en cuanto vio la escena. —¿Puedo ayudarte? —preguntó Bratt dirigiéndose a Adrick —me temo que esta es una reunión privada y no has sido invitado —Chloe se aclaró la garga
Anya buscó a Chloe, esa era la primera parte del plan. Le pidió ver a Katsumi. —No lo sé Anya, solo faltan quince minutos para que empiece la ceremonia, no creo que Katsumi quiera ver a alguien en este momento. —Vamos Chloe, solo quiero felicitarla y desearle lo mejor, es posible que no vuelva a verla después de hoy —Anya miraba a Chloe con ojos suplicantes. —Está bien —Chloe dejó salir un suspiro —iré a preguntarle si quiere recibirte. Cuando Chloe fue por Katsumi, Adrick la siguió, así sabría en qué habitación estaba. Chloe entró en la habitación y no estuvo dentro más de unos segundos, tal como lo había imaginado, Katsumi no quería ver a nadie, no solo no quería, no tenía tiempo, abajo ya debía estar Bratt esperando que ella hiciera acto de presencia y caminara por el corredor hacia él. En cuanto abrió la puerta para marcharse y dejar a Katsumi, puso los ojos como platos, Adrick puso su dedo índice en medio de sus labios, pidiéndole