—Creí que sería algo más…—Katsumi hizo una pausa
—¿íntimo? —Chloe completó su idea acercándose a su oído y tratando de levantar la voz por encima de la música
El lugar era inmenso, un enorme salón de paredes, piso y techo blancos, con enormes lámparas que emulaban viejos candelabros cobrizos. El estilo antiguo contrastaba con las luces de neón provenientes del escenario en el que un dj manipulaba una pequeña consola.
Una chica enfundada en camisa blanca, minifalda negra y chaleco a juego, les ofreció champange acercando la charola plateada delante de ellas
—Lamento que no puedas —dijo Chloe cogiendo una de las copas y haciendo un puchero de tristeza
—¿cómo que no? —Katsumi también cogió una copa— No amamantaré por un buen rato, para cuando vuelva a Washington el alcohol habrá salido de mi organismo—argumentó y le dio un sorbo al contenido espumoso, soltó un suave gemido al saborear el burbujeante líquido.
—Por lo menos mantente sobria
—Pensé que la mesa era para dos —dijo un poco borde y Chloe abrió los ojos como platos ante la altanería de Katsumi —lo siento, no es nada personal, es solo que… —Oh no, no te preocupes, entiendo, pero es que nos han asignado esta mesa, también habíamos pedido mesa para dos, pero creo que ha sido un error. Iré a recepción y veré si pueden solucionarlo —No, disculpa, no te preocupes, yo… no quise ser grosera —se sentó y tragó saliva como si tragara clavos pensando en que, en algún momento, Adrick llegaría y se sentaría al lado de su prometida, justo enfrente de ella. —Lo siento Katsumi, esto es mi culpa. No creí que esto pasaría —le susurró Chloe al oído —Vamos, vayamos a casa —No. No iré a ninguna parte, tengo un discurso que dar. Además, Kolenka es una de nuestras mayores patrocinadoras —trató de esbozar una sonrisa en sus labios. —Ah…¿tú eres la organizadora del evento? —preguntó Kolenka entusiasmada —Sí, soy Katsumi Ishikawa —Katsum
El aliento a alcohol y menta de Adrick le calentó las mejillas. No pudo decir una palabra »eso creí —dijo Adrick ante el silencio de Katsumi y la besó en os labios. Las manos de Adrick se deslizaron lentamente debajo de la bata de baño, Katsumi no se resistió y eso lo hizo sentir confundido, pero no se detuvo a pensarlo, siguió tocando su cuerpo, la textura de su piel tenía un efecto embriagante al tacto. Hasta ese momento habían estado parados en el umbral, debajo del dintel de la puerta, se movieron despacio, entraron en la habitación y Adrick cerró la puerta tras de sí sin alejar sus labios de los de Katsumi. Desató el nudo de las dos tiras de tela que rodeaban la cintura de Katsumi, no fue difícil. Sus pechos quedaron expuestos, tan hermosos y abundantes com
Chloe le echó una mirada de reproche a Katsumi —Lo sé, lo sé…dije que jamás volvería a verlo. Es inestable, es posesivo, es agresivo, es… es el padre de mis hijos y muero por decírselo —Katsumi se sentó en la cama y las lágrimas se precipitaron abundantes de sus ojos, Chloe se sentó a su lado —puedo hacer que cambie, sé que puedo, puedo ayudarlo a… — ¿y quién te ayudará a ti, Katsumi? No puedes cambiar a la gente si no quieren cambiar. No necesitas un maldito proyecto al que tengas que mejorar. —No es su culpa ser así —replicó Katsumi —Lo sé, no es su culpa, pero tampoco es tu culpa ni es culpa de Noah y Jacob, ustedes no tienen que estar con alguien así solo porque no es su culpa ser así ¡joder! Katsumi, lo hemos hablado un millón de veces, creí que ya lo habías superado. Te puso un maldito chip de rastreo en el puto teléfono. ¿Qué hará luego? ¿Encerrarte en un sótano? Katsumi suspiró y enjuagó sus lágrimas. —Quiero ir a casa —dijo co
—Buenos días dormilón —le susurró Kolenka con una sonrisa en los labios mientras le acariciaba el pecho Él no contestó, se apartó la mano con un movimiento brusco y se levantó de la cama con pasos tambaleantes. Estaba completamente desnudo. Miró a todas partes buscando su ropa, cada prenda se encontraba salpicada en el suelo, desde la americana hasta la ropa interior. Se vistió, rebuscó en los cajones, entre las sábanas, debajo de la cama; no hallaba su celular. Salió de la habitación sin decirle una sola palabra a Kolenka quien lo seguía con la mirada. Buscó su teléfono en todo el departamento, no o encontró. —¿Qué pasa Adrick? —Kolenka apareció en la cocina mientras Adrick rebuscaba en los cajones, llevaba puesta una piyama de seda con encajes que parecía más un disfraz de stripper que una piyama —¡Déjame en paz, Kolenka! —espetó con los ojos encendidos de furia. Se había acostado con Kolenka y eso lo llenaba de ira ¿cómo podía ser tan estúp
MIENTRAS TANTO… Cuando el coche se detuvo ante el portón de rejas doradas, Katsumi bajó, llevaba el abrigo colgado del antebrazo, los guantes y el gorro dentro de su bolso. No pensó en resguardarse de la nevada, solo quería entrar a la mansión lo antes posible. La idea de ver a Adrick le aceleraba el pulso. La brisa fría del exterior chocó contra su cara. Había pasado una hora en el interior cálido del auto y cuando los copos de nieve tocaron su cabeza un escalofrío la recorrió. Se enfundó el abrigo amarillo que le cubrió el cuerpo dejando ver solo sus botas negras que llegaban hasta las rodillas. Rebuscó en su bolso, era un bolso inmenso, podía llevar un microondas en él. Sacó un gorro a juego con el abrigo y se cubrió la cabeza, cogió los guantes, pero no se los puso. El auto se había marchado y ella permanecía de pie, inmóvil frente al portón. Resopló y el aliento salió de su boca como si fuera humo de cigarrillo. Se acercó y
Adrick sentía que había pasado una eternidad atrapado en el tráfico, ya había salido del estancamiento y estaba cerca de la mansión —¿Podría apurarse? —le preguntó a la conductora tratando de sonar amable —No. No puedo —contestó ella con un tono borde —¡Joder! —gritó Adrick con una voz gutural. Le propinó dos golpes cargados de ira a la puerta. La mujer detuvo el auto y bajó de él enfurecida. Adrick la miraba confundido por la ventanilla. Ella abrió la puerta —Salga del auto ahora mismo —le gritó la mujer de voz ronca Adrick maldijo y bajó del auto. La mujer cerró la puerta y volvió al volante. El auto amarillo se alejó lentamente de él dejándolo en una carretera solitaria ycubierta de nieve No le quedó otra opción más que caminar. Pasaban algunos autos y Adrick sacaba la mano para pedir aventón. No hacía algo así desde que estaba en la universidad. Le pareció gracioso. Cuando logró llegar a la mansión se tumbó en
Katsumi había revisado el teléfono de Adrick. Lo que había visto la convenció de que tenía que marcharse si quería conservar el poco de dignidad que le quedaba. Había fotos de Kolenka posando en ropa interior y videos en los que le decía toda clase de guarradas. Sí tenían una relación amorosa como cualquier otra pareja, su matrimonio no era arreglado, estaban cogiendo, Adrick se lo había negado y ella le había creído, era una ingenua. Se sentía tan estúpida. No quería volver a verle la cara a Adrick nunca en su vida. Al llegar al hotel, empacó su maleta. No le contó nada de lo ocurrido a Chloe, solo le dijo que le urgía regresar porque extrañaba a sus hijos. Ese, sin duda era uno de sus motivos, pero no el único. —No hay vuelos hasta nuevo aviso —le dijo Chloe —Pues esperaré, seguro habrá vuelos para mañana. Se metió al baño y sacó de su bolsillo el teléfono de Adrick, en ese momento pensó que tenía que habérselo devuelto al chofer. Pe
Cuando Katsumi llegó al lugar, la puerta de la casa estaba abierta. No sabía quién vivía ahí o por qué Adrick se encontraba en ese lugar. Se armó de valor y entró sin anunciarse. La pequeña sala y la cocina estaban en el mismo ambiente, le recordó al departamento en donde vivía con Yoshi. La gran diferencia era que ese lugar estaba hecho un desastre; un librero tirado en el piso, trozosde vidrio por doquier, no había un adorno de cerámica en pie. En un sofá con estampado de cuadros Estaba Adrick sentado, con la mirada perdida y cerca de él, un chico rubio inconsciente o tal vez muerto tirado en el suelo. Se escuchaba un gemido ahogado, provenía de la cocina pero no alcanzaba ver de quien se trataba. Katsumi caminó hacia el ruido y encontró a K