MARCUSTras varios intentos por buscar la salida de esta cueva era bastante difícil. Había muchas rocas y para la condición en la cual se encontraba Max era todo más difícil. El pie de Max no se miraba nada bien. Estaba bastante inflamado y no quería que le diera algún tipo de infección por el estado que se encontraba está cueva de sucia.—Espérame acá— le digo a Max, él está sentado en una roca y yo me acerco a la salida para intentar quitar algunas de las piedras que estaban en la entrada.Me era muy difícil porque a pesar de la fuerza que tenía, no era suficiente. Las rocas eran muy grandes.—Es en vano, vamos a morir acá— dice Max acercándose— si al menos tuviéramos más ayuda fuera diferente, pero entre los dos no creo que podamos hacer algo para quitarlas. Lo más probable es que el oxígeno qué hay acá, se vaya agotando.Tenía razón. Desde que estábamos encerrados podía sentir la dificultad para poder respirar.—¿Y entonces que se supone que podemos hacer?— pregunto y él se encog
MARCUS—No quiero ninguna presentación— le dije a una de las chicas que estaban en la entrada de la aldea de Anastasia.Estaba muy enfadado, solo quería respuestas a lo que estaba pasando.—Está bien, seguramente vienen a buscar a la señora Anastasia— me guiaron nuevamente hasta llegar al templo en donde estaba Anastasia.—Puedes irte— le dijo Anastasia a su asistente— supongo que si has venido solo y con esa cara, ha pasado algo malo.Asentí con los ojos fijos a ella.—Estoy muy enojado que, por poco y mi amigo y yo quedamos sepultados en esa maldita cueva, pero ese no es el caso. He encontrado que puede servir y lo traje— saque el tubo de mi bolsa y se lo enseñé.Ella al verlo abrió los ojos de par en par.—Por tu expresión puedo notar que estás familiarizada con eso— le digo cruzado de brazos—¿Qué se supone que es?— le pregunto.—Bueno, este es una especie de sangre, pero no una sangre cualquier. Es sin duda de una bruja de alto rango. Tenemos que ir al laboratorio para poder anali
MARCUS—¿Cómo puede ser posible eso?— le pregunto al doctor sabiendo que nosotros los hombres alivia tenemos la ahbaulidad de curarnos bastante rápidos.—Le voy a explicar algo— me siento a su lado.— Martina es una mujer fuerte y de eso estamos muy claros, pero a medidas que nosotros estuvimos haciendo la cirugía, había perdido bastante sangre. En ese momento que estábamos terminando pensamos que todo había sido un éxito y lo es, pero ahora que estoy destapando su herida, puedo ver que está dañando lentamente.Eso era imposible, me negaba a creerlo. Muchas veces en algunos enfrentamientos que tuvimos como práctica yo pude ver que mi hermana sanaba con facilidad, lo que me hacía el doctor era bastante ilógico, pero lo más triste que se estaba implantando en mi cabeza es que de ahora en adelante quiero decir que la salud de mi hermana es vulnerable al igual que su vida.—Dígame algo— me pongo de pie—¿ Quiere decir que ahora mi hermana será vulnerable a cualquier ataque de cualquier cria
MARCUS—¿Cómo esta la mujer más hermosa de este planeta?— entró a casa y veo que Mayla está pintando. Según el doctor dijo que este tipo de actividades ayudaban al desarrollo de los bebés, al igual que la música entre otras cosas.—Muy bien, amor y ¿Tú?— por lo que podía ver, estaba pintando un paisaje al bosque.—Estoy bien y con buenas noticias. Pasé viendo a Martina y creo que mañana ya estará con nosotros.Mayla estaba saltando de alegria. Pero también no le quería decir acerca del problema que tenía, no quería preocuparla y tampoco decirle a Martina sobre el hechizo que seguramente sufrió en su cuerpo, impidiéndole sanar con normalidad.—Así qué hay que ordenar un poco acá porque estará viviendo con nosotros cierto tiempo, al menos hasta que ella quiera— la rodeo con mis brazos, pero todavía estoy con la idea de la carta que me habían enviado.—Le diré a Liliam que prepare algo delicioso para el almuerzo— yo asentí y luego me fui a la oficina. Necesitaba comunicarme con Anastasia
MAYLA—¿Marcus?— sacudo su cabeza para que reaccione—¡Marcus! Levántate— el abre los ojos.—¿Qué pasa?— pregunta y se levanta del sofá.—Dínoslo tu, porque no supimos a qué hora entraste a casa y te quedaste dormido en el sofá— Liliam estaba a mi lado y parecía que ella tampoco sabía nada.—¿De verdad hice eso?— parecía más sorprendido que otra cosa.—Pues si estabas acá es por algo, pero ven,— le digo tomándolo del brazo— tienes que desayunar para recuperar fuerzas porque la verdad te veo agotado— Marcus se levanta y Liliam viene detrás de mi, pero no se. Siento algo sospechoso entre ellos por la forma en que se ven.Nos sentamos en el desayunador y le tiendo el plato con el desayuno que a él le gusta tanto: huevos revueltos y Bacon.—Gracias, mi amor,— me dice dando bocado.—Ten— le digo a Liliam. Ella lo toma y está callada.—Muchas gracias, Mayla, no te hubieras molestado si— me dice— yo te hubiera ayudado.—No hace falta. El hecho que esté embarazada no significa que no pueda val
MARCUS—¿Estan todas bien?— les pregunto y ellas asienten.—Nostras estamos bien, pero tu pierna está sangrando— dice Mayla muy preocupada. Ella se acerca para inspeccionarla— no se ve nada bien. Tenemos que llevarte a la habitación para curarla.Liliam me ayuda, Martina viene detrás.—¿Qué fue lo que nos atacó?— pregunta Martina.—Era una especie de bruja extraña— me ardía hasta el alma. Nunca me habían atacado y menos herido de esta forma.Me tumbe en la cama mientras Liliam buscó alcohol. Algunas vendas y otro medicamento.—Esto va a doler, pero tienes que ser fuerte— dijo Liliam vertiendo el alcohol sobre la herida.—¡Ah!— grité retorciéndome del dolor.—Te esto— Mayla me dio una almohada para morderla. Ella me estaba acariciando la frente.Se que estaba muy preocupada. No quería que estuviera así. No le hacía nada bien a mis pequeños.—No te preocupes por mi, cariño, estaré bien. Con que tú estés bien, yo estoy tranquilo— le tiendo mi mano y ella la toma con lagrimas en sus ojos.
MAYLA—¿Cuándo piensan decirle la verdad a Martina?— le pregunto a Liliam. No me gusta formar parte del grupo de personas que le están ocultando que ella ya no puede combatir o la próxima vez morirá.—No se, por más que quisiera decirle, no es mi deber, el deber es de Marcus y ya sabes cómo es él— Liliam me tomó de la mano— mejor vamos a casa y hagamos algo delicioso para cuando Marcus y Martina regrese— Asentí. En el fondo me daba mucha lástima.Entramos a casa, pero yo hoy no había amanecido muy bien. En primer lugar me sentía un poco mareada y en segundo lugar, no se por que, pero sentía antojos de cosas ácidas y a la vez dulce.Subiendo las escaleras siento un mareo terrible, siento que voy a caerme, pero me sostengo de la puerta.—Mayla, ¿te pasa algo?— dice Liliam ayudándome a reincorporarme.—No, siento que estoy muy mareada y mi cabeza me empieza a doler— cierro los ojos— no se, ¿Qué crees que pueda ser?— le pregunto.—No me gusta para nada esto, así que mejor hay que avisarle
MARCUSDespués de haber pasado un gran susto, mis bebés estaban en brazos de los médicos. Me acerqué para verlos y me encantaban. Era un sentimiento que jamás había sentido por alguien. Eran sangre de mi sangre.No tenía palabras para describir lo hermosos que son.—Felicidades señor Marcus— me dijo uno de los médicos— han nacido fuertes y sanos, seguramente de herencia— me sentí satisfecho. Tomé al varón entre mis brazos y Mayla se reincorporó aún con dolor.—Vamos, enséñame— me dice y el otro doctor le da a la niña. En cuanto la tuvo en sus manos empezó a llorar. Estaba muy feliz, Mayla estaba tan feliz que sus lágrimas no dejaban de caer.Por fin sentía que las cosas buenas estaban llegando a nuestras vidas. Solo espero que sea para siempre.—¿Han pensado en los nombres?— nos dijeron las enfermeras.Mayla y yo nos quedamos viendo por unos segundos, porque era evidente que no sabíamos qué nombres ponerles, hace rato que lo pensamos y nunca nos habíamos decidido.—La niña quiero que