MAYLA—¿Marcus?— sacudo su cabeza para que reaccione—¡Marcus! Levántate— el abre los ojos.—¿Qué pasa?— pregunta y se levanta del sofá.—Dínoslo tu, porque no supimos a qué hora entraste a casa y te quedaste dormido en el sofá— Liliam estaba a mi lado y parecía que ella tampoco sabía nada.—¿De verdad hice eso?— parecía más sorprendido que otra cosa.—Pues si estabas acá es por algo, pero ven,— le digo tomándolo del brazo— tienes que desayunar para recuperar fuerzas porque la verdad te veo agotado— Marcus se levanta y Liliam viene detrás de mi, pero no se. Siento algo sospechoso entre ellos por la forma en que se ven.Nos sentamos en el desayunador y le tiendo el plato con el desayuno que a él le gusta tanto: huevos revueltos y Bacon.—Gracias, mi amor,— me dice dando bocado.—Ten— le digo a Liliam. Ella lo toma y está callada.—Muchas gracias, Mayla, no te hubieras molestado si— me dice— yo te hubiera ayudado.—No hace falta. El hecho que esté embarazada no significa que no pueda val
MARCUS—¿Estan todas bien?— les pregunto y ellas asienten.—Nostras estamos bien, pero tu pierna está sangrando— dice Mayla muy preocupada. Ella se acerca para inspeccionarla— no se ve nada bien. Tenemos que llevarte a la habitación para curarla.Liliam me ayuda, Martina viene detrás.—¿Qué fue lo que nos atacó?— pregunta Martina.—Era una especie de bruja extraña— me ardía hasta el alma. Nunca me habían atacado y menos herido de esta forma.Me tumbe en la cama mientras Liliam buscó alcohol. Algunas vendas y otro medicamento.—Esto va a doler, pero tienes que ser fuerte— dijo Liliam vertiendo el alcohol sobre la herida.—¡Ah!— grité retorciéndome del dolor.—Te esto— Mayla me dio una almohada para morderla. Ella me estaba acariciando la frente.Se que estaba muy preocupada. No quería que estuviera así. No le hacía nada bien a mis pequeños.—No te preocupes por mi, cariño, estaré bien. Con que tú estés bien, yo estoy tranquilo— le tiendo mi mano y ella la toma con lagrimas en sus ojos.
MAYLA—¿Cuándo piensan decirle la verdad a Martina?— le pregunto a Liliam. No me gusta formar parte del grupo de personas que le están ocultando que ella ya no puede combatir o la próxima vez morirá.—No se, por más que quisiera decirle, no es mi deber, el deber es de Marcus y ya sabes cómo es él— Liliam me tomó de la mano— mejor vamos a casa y hagamos algo delicioso para cuando Marcus y Martina regrese— Asentí. En el fondo me daba mucha lástima.Entramos a casa, pero yo hoy no había amanecido muy bien. En primer lugar me sentía un poco mareada y en segundo lugar, no se por que, pero sentía antojos de cosas ácidas y a la vez dulce.Subiendo las escaleras siento un mareo terrible, siento que voy a caerme, pero me sostengo de la puerta.—Mayla, ¿te pasa algo?— dice Liliam ayudándome a reincorporarme.—No, siento que estoy muy mareada y mi cabeza me empieza a doler— cierro los ojos— no se, ¿Qué crees que pueda ser?— le pregunto.—No me gusta para nada esto, así que mejor hay que avisarle
MARCUSDespués de haber pasado un gran susto, mis bebés estaban en brazos de los médicos. Me acerqué para verlos y me encantaban. Era un sentimiento que jamás había sentido por alguien. Eran sangre de mi sangre.No tenía palabras para describir lo hermosos que son.—Felicidades señor Marcus— me dijo uno de los médicos— han nacido fuertes y sanos, seguramente de herencia— me sentí satisfecho. Tomé al varón entre mis brazos y Mayla se reincorporó aún con dolor.—Vamos, enséñame— me dice y el otro doctor le da a la niña. En cuanto la tuvo en sus manos empezó a llorar. Estaba muy feliz, Mayla estaba tan feliz que sus lágrimas no dejaban de caer.Por fin sentía que las cosas buenas estaban llegando a nuestras vidas. Solo espero que sea para siempre.—¿Han pensado en los nombres?— nos dijeron las enfermeras.Mayla y yo nos quedamos viendo por unos segundos, porque era evidente que no sabíamos qué nombres ponerles, hace rato que lo pensamos y nunca nos habíamos decidido.—La niña quiero que
MARCUSRegrese al coche que los había dejado muy dañado, pero afortunadamente aún servía, por lo que irires a la tienda de juguetes lo antes posible, necesitaba tener a Mayela en casa o de lo contrario su vida correría peligro.No sé como Wanda le hacía, pero me daba mucho miedo que una simple bruja había adquirido suficiente poder, tanto así como para doblegarme e incluso paralizarme por completo, el escalofrío recorrió por mi piel y era la primera vez que podía sentir miedo como este, aunque yo estaba dotado de mucho poder, debía de reconocer que Wanda y quizás esas otras brujas tenían cierta ventaja sobre nosotros.Iba conduciendo como un loco, estaba desesperado, tan pronto Max todavía se estaba recuperando, y ahora con la única persona que podía contar por el momento, Martina, por más que quisiera, lo había descartado totalmente, Lilian, ella era muy fuerte, pero en este momento quería que estuviera muy cerca de Mayla.Así que no contaba con muchas personas, mis guerreros eran fu
MAYLAFinalmente había despertado, sentí que había dormido lo suficiente, y hace mucho tiempo mi cuerpo no reposada de esta forma, el haber dado a luz a dos pequeños era muy fuerte, era muy cansado y la verdad creo, que como mujer era muy difícil, era la prueba que la vida nos ponía, y yo ya lo había superado y de la mejor forma.Sé que nadie estaba en la clínica, seguramente todos estaban haciendo sus cosas, prácticamente esperándonos con los brazos abiertos cuando llegara a casa.—Ya despertó— dijo uno de los doctores que había llegado a verme a la habítacion— ¿Cómo se encuentra?— me pregunta con una carpeta en sus manos,—Espero que bien, sus familiares se fueron hace rato y pensé que dormiría un poco más.—No, pero cuénteme mejor cómo están mis hijos— quiero saber, quiero tenerlos cerca de mi.—No se preocupe por ellos que están muy bien, más bien pasaba para ver si aún estaba descansado, digo, porque ya ahorita le toca amamantar— todo esto era nuevo para mi, mis lechos estaban más
MARCUSJusto como lo había planeado, estaba alistándome para ir en búsqueda de esas brujas, según por lo que estuve platicando anoche con el doctor, me dijo que Mayla salía por la tarde así que desde ya estaba corriendo con bastante suerte.Me miré al espejo, me miraba un hombre cansado, un hombre que le habían llegado los años, pero que todavía estaba con muchísima fuerza.Baje para tomar el coche, Liliam estaba afuera, siempre se caracterizaba por ser la primera en levantarse, en cambio Martina seguramente restaba dormida.—Como los viejos tiempos— Dijo Liliam.—Tiempos que no quiero que vuelvan— le dije, quería retirarme de todo esta responsabilidad. Quería sólo tener una vida completamente normal. Pero no podía entregar mi trono así por así.—Lo sé, tampoco quiero acordarme de esos tiempos— Liliam fue testigo de muchas cosas y también sufrió cuando estuvimos en guerra.— pero quiero desearte lo mejor, espero que acabes con esto de una vez por todas, yo voy a estar cuidando a Mayla
MARCUSLa sangre en mis manos habían despertado la bestia que llevaba dentro, en cuanto levante mis ojos pude notar que arriba de un árbol estaba una de las brujas que seguramente pertenecía a las de Wanda.—Resiste un poco— le digo a Humberto, pero veo que su pulso estaba bastante débil—¡Vengan!— les digo a uno de mis hombres y vienen a auxiliar a Humberto.La bruja seguía lanzando hechizos, pero esta vez tendrían que saber quien era el Alfa Marcus. Me deslicé sobre los arbustos hasta que subí el árbol hasta su cumbre .—¡Muere!— me dijo la bruja lanzando un hechizo. Yo lo esquivé y de un mordisco le quité el brazo. Su aspecto era semejante al de la bruja que había atacado en mi casa la otra vez— aunque me mates hay más de mí que le hagan daño a tus seres queridos— empezó a reírse de una forma siniestra.—No me importa, tu y todas tus amigas la van a pagar muy caro por lo que has hecho— le arranco el otro brazo, quería dejarla que se desangrara, pero sería una muerte muy buena para e