Me levantan de mi silla y el comisario Adán se acerca. —Le prometo que encontraré a su hijo señora Jhonson. No quisiera hacer esto pero es la cárcel o deportación—dice y mientras tanto Alexander me mira como esperando le dé una respuesta para poder ayudarme. No sé que hacer. Esto me ha tomado por sorpresa. —¿ Hay algo que pueda hacer, comisario? Usted y yo podríamos llegar a un acuerdo. Sería una crueldad que la deportaran estando su hijo secuestrado —Les dice. Cierro mis ojos muy aturdida mientras me llevan a la puerta. Entonces forcejeo. —No, no me iré —Me safo de ellos y corro hasta Alexander. Lo abrazo con fuerza. —Vamos señora Jhonson, no lo haga más difícil por favor …—Maldición, no la toque, déjela en paz, sufre y a ustedes no les importa—dice Alexander con voz inquieta mientras me sostiene. —No me iré porqué… porque este hombre y yo nos casaremos. Así que no lograrán sacarme de aquí —digo aún abrazándolo y con mis ojos cerrados como no queriendo mirar su cara. —¿ Cómo?
Veinticuatro años antes. La señora Robinson tuvo un mal parto. Ella como muchas de las mujeres ricas y privilegiadas decidió tener a su bebé en la comodidad de su hogar. Todo estaba listo y arreglado para recibir a la pequeña Adele. El señor Robinson estaba muy emocionado mientras desde abajo oía los gritos desgarradores de la parturienta, los cuales le recordaban que pronto tendría en sus brazos a su heredera. Pero el parto demoró más de lo esperado , fue muy difícil y casi provocó la muerte de la señora Robinson. Pero la bebé fue menos afortunada y no resistió.—¿Qué dices Azucena?—pregunta él al recibir la noticia tan terrible. La toma por los hombros con enojo sacudiéndola con fuerza. —¡ Eres una inepta! ¡ dejaste morir a mi hija!—Entonces no le importa llorar lleno de desconsuelo. Enseguida alza la mirada y ve a la partera. —¿ Ella lo sabe?—La mujer hace una negación con gesto decaído. —No fue mi culpa, la bebé estaba muerta en la barriga de la señora—dice angustiada. El señor
Alicia. Termino de hablar con Alexander por teléfono, está muy emocionado porque cree que hoy se resolverá todo , que recuperaremos a Connor y atraparán a la bruja de Adele. No puedo menos que sentirme muy feliz por la noticia, ahora solo tengo que esperar la llamada que me indicará que Connor ha sido liberado y Adele será procesada por todos sus delitos. Doy vueltas por la habitación rezando miles de plegarias. Alexander viene en camino y eso me hace sentir muy animada, pues podremos compartir la alegría de tener a nuestro hijo a salvo. Las horas pasan y tocan a la puerta. Corro ansiosa , seguramente es el comisario Adán con mi hijo. Pero mi sonrisa enorme se torna en una expresión sombría. Es un hombre , estoy segura que ese que me persiguió cuando salí del café la otra noche. Entonces con una intensa preocupación por mi seguridad intento cerrar la puerta, pero él la empuja y entra, cerrándola tras de si. Lo miro aterrada. —¿Quién es? ¿ qué hace aquí? ¿cómo hizo para entrar?—pr
despertar miro a Alexander… mi mirada es cansada y mis sentimientos están revueltos. Así que miro a otro lado. No puedo reaccionar de otro modo que no sea indiferencia. No puedo evitar mirarlo como el culpable de mis males aunque no deje de amarlo. Dos meses después..Alicia. —No has podido encontrarlo. Todo tu dinero e influencias no han servido de nada ¿ crees que de verdad podemos vivir felices mientras yo no encuentre a mi hijo?—Sabes que la policía sigue buscando y…—No me mientas, no podrán hacer nada, no lo han hecho hasta ahora, empiezo a creer que nunca aparecerá —hablo con Alexander en un café donde me citó. Todos los días me ruega que lo deje entrar a mi vida pero no puedo hacerlo. Connor no aparece y mientras sea así no puedo tomar ninguna decisión sobre Alexander y yo, salvo que sea mantenerme alejada de él. —Eres mi esposa Alicia, quiero que estemos juntos en esto por favor. No sé porqué insistes en alejarme de ti. Podemos apoyarnos mutuamente y …—No. Además, lo
Un año después. —Señora Wilson, la vino a ver un abogado. Dice que usted lo esperaba—siento una punzada en mi pecho. Ha pasado un año y Connor aún no aparece. Adele se casó con un viejo rico y jamás admitió haberlo secuestrado. —Digale que pase Katy, gracias —Laura resultó ser mi verdadera madre y tras una prueba de ADN fui reconocida con el apellido de mis verdaderos padres, esto para que pudiera heredar la herencia que me correspondía. —Señora Wilson—Entra y estrecha mi mano. —No esperaba verlo tan pronto, doctor Artur. —No fue difícil. Parece que el señor Brown tenía las mismas ganas que usted de divorciarse. Firmó sin problemas, están divorciados, tome, está es el acta—tomo el acta con gesto inseguro. Entonces miro al abogado con cara de incredulidad. —¿ Está seguro? ¿ en verdad no puso ninguna objeción?—muerdo mi labio con tristeza. —Bueno, se mostró pensativo, luego su semblante se endureció y finalmente firmó. Después salió del despacho sin siquiera despedirse. Era lo que
Narrador. —Mira, viene tu mamá Connor, ¿ no te hace felíz?—Le pregunta Angelike, la niñera que fue contratada por Adele para cuidar y vigilar al pequeño. El niño enseguida se levanta de la alfombra donde escribía números y corre a la ventana ilusionado. Entonces mira a quién baja del vehículo. Enseguida la mira se da cuenta que no es su madre. —Ella no es mamá —dice afligido y vuelve a la alfombra. Sigue copiando números 1 16758… 116793 y así va colocando línea tras línea. Adele entra cuando Brigitte, una criada , le abre la puerta. —Señora, adelante—Adele camina hasta donde está el niño. —Hola mi amor, ¿ cómo has estado estos días? Mira nada más que grande estás. Eres muy guapo como tú padre— besa su mejilla y Connor la limpia. Ella sonríe con ironía. —Angelike ve a dar un paseo, ven antes de las seis, quiero pasar la tarde con mi hijo—dice con cinismo. —Claro señora. A esa hora regresaré —Angelike se marcha. Connor sigue escribiendo números. Ella le arrebata la hoja. Él la mi
Narrador. El teléfono de Jack no deja de sonar, son las tres de la madrugada , es un número desconocido cosa que le parece un poco extraña. No suele atender números sin registrar pero le preocupa por la hora que es , que sea una emergencia. Entonces decide atender. «¿ Si? »«Tio Jack… ¿ Eres tú? » Jack se incorpora de inmediato. Abre sus ojos como platos. ¿ acaso está soñando?. Está seguro de que es la voz de Connor. «¿ Connor?, oh por Dios , ¿ eres tu, Connor?»« Tío Jack …» el niño gimotea conmovido, hace muchísimo tiempo que no oía esa voz y le causa mucha conmoción darse cuenta que está cerca de regresar con su familia. Mira desde la puerta a Angelike. Está dormida, ronca, parece dormir profundamente. Se levantó a media noche y por fin pudo tomar su teléfono. « Si tío Jack , quiero irme de aquí , ayúdame »« Claro Connor, te ayudaré a regresar con mamá, primero dime ¿dónde estás? ¿ Lo sabes?» hay un silencio. « Se que estoy en un sitio elevado, una montaña, pero no sé dón
—Llamará, sé que lo hará—digo mientras doy vueltas por el recibidor. Estamos en la casa de Jack, Alexander, el comisario Franck Meyer , varios oficiales, Salma y yo. Salma me abraza para infundirme un poco de calma. Miro mi reloj constantemente. Alexander se acerca. —Todo saldrá bien Alicia. Ya verás —asiento triste. Entonces suena el teléfono. Corro a tomarlo pero el comisario me lo impide. Enseguida le hace una seña a Jack para que sea él quien atienda. Cubro mi boca muy nerviosa. Siento mi corazón tan agitado. Miro como Alexander respira hondo varias veces. Debe estar tan ansioso como yo. Entonces Jack contesta y Connor responde. «Tio Jack » Al oír su voz sentí una gran emoción pero también inmensas ganas de llorar. —Connor—Traicionada por mis nervios y mis emociones intento quitarle el teléfono a Jack. «¿Mami?» pregunta y comienza a llorar. Alexander me toma por la cintura y me aparta. Entonces lo abrazo conmocionada. —Por favor Alicia, deja que ellos hagan su trabajo o lo ar