—Pero...—Yo me quedaré —Valentino finalmente habló con determinación. —Todos pueden regresar, yo esperaré aquí.—Valentino... —intentó protestar su primo.—No me moveré de aquí hasta verla —declaró decidido.Hubo poco que decir. Al final, Dimitri y Alexis prácticamente arrastraron a Layla y Cayetan
***La decepción se reflejó en el rostro de Clodan al entrar al apartamento. Vacío. Ella no estaba ahí, se había ido. No sabía cuántas horas habían pasado desde que hablaron, pero era la primera vez que sentía esa amargura tan ácida en su corazón. Quizás si no la dejaba ir por su cuenta, sería un cr
—Cálmate, Serafina —su esposo trató de tranquilizarla, pero parecía estar entrando en pánico.—¿Qué hacen ustedes aquí? —una voz mordaz interrumpió la escena. Todos se giraron y vieron acercarse a Cayetana tomada de la mano con Alexis, se veía notoriamente disgustada al ver a sus padres en vez de se
***Valentino no pudo permanecer en el hospital por mucho más tiempo, ya que durante la disputa entre las familias, recibió una llamada de su padre informándole que habían encontrado a la mujer que cortó los frenos del auto de Atenea. Sin dudarlo, se marchó, pidiéndole a Lenox que lo mantuviera info
Serafina y Bernardo se quedaron petrificados ante la confesión, que fue como la caída de un balde de agua helada sobre ellos. Los tomó por sorpresa, demostrando la perplejidad reflejada en sus rostros.—¿Cómo es posible...?—Mi madre me lo contó —esta vez Alexis tomó la palabra —. No tienen la sufic
***Las expresiones horrorizadas del señor y la señora Smit al escuchar la confesión de Layla carecían de palabras adecuadas. No solo reveló el motivo de su viaje a Roma con Atenea, sino también los terribles sucesos que vivió con su ex pareja: los golpes, los maltratos verbales y, como punto culmin
—¿Estás seguro de querer casarte conmigo? —preguntó ella con dudas, bajando la mirada. Últimamente se sentía insegura incluso de su propia existencia—. Es un paso muy importante, Dimitri...—Ya lo hablamos antes —la instó a mirarlo fijamente—. No dudes de lo que te digo. Nos vamos a casar y seremos
***Valentino esperaba ansioso la llegada de la mujer que había trastornado su existencia. Sentado en una silla, en la sala de visitas separada por un vidrio transparente, su mandíbula estaba tan tensa que parecía a punto de romperse. Con el dedo tamborileando sobre el concreto, continuaba aguardand