***Los ojos de Holly permanecían fijos en la puerta del despacho de Clodan desde que aquella mujer sensual ingresó. Se preguntaba por qué tardaban tanto. Aunque intentaba concentrarse, le resultaba imposible, no solo por los sentimientos que se desarrollaban en ella, cada día más intensos al estar
¿Por qué sentía como si la hubieran herido? Clodan no le dio esperanzas ni insinuaciones, pero le dolía saber que el hombre del que se enamoró por primera vez, y que la trató de manera especial después de haber enfrentado el desprecio de otros hombres, pudiera tener a otra mujer en su vida. ¿No se s
Un largo suspiro escapó de los labios de Holly mientras se contemplaba en el espejo del baño, con las manos apoyadas en el lavabo. Había regresado de almorzar con Clodan. Él la había llevado a un elegante restaurante, donde ni siquiera con años de ahorro podría haberse permitido un plato como el que
—Yo...—tragó saliva, temblando, mientras la sonrisa de Clodan se desvanecía y una expresión preocupada aparecía en su rostro.—¿Qué pasa? —Clodan se puso de pie y le sujetó los hombros suavemente—. ¿Qué quieres decirme? ¿Es algo tan grave como para que tiembles así?.—Es que... no es tan fácil —murm
—Gracias —le dedicó una sonrisa de labios cerrados, sintiéndose conmovida—. Haces que estar encerrada en esta sala sea más soportable.—Dije que estaría aquí, contigo —Dimitri le dio otro bocado de postre, limpiando sus labios manchados de crema con el pulgar y llevándose el dedo manchado a la boca—
***La noche oscura desplegó su manto, y Atenea se encontraba en su habitación, ajustando los últimos detalles frente al espejo. Soledad le había informado sobre la cena de esa noche, asegurando que todos debían estar presentes.Al dar los toques finales, ataviada con un vestido azul claro que abraz
—¿Te gustaron las rosas? —la pregunta de Valentino interrumpió los pensamientos de Atenea mientras estaban solos en el jardín después de la cena —Las que te envié esta tarde.—Ah, sí... —respondió distraída —Gracias, no tenías por qué hacerlo.—Ya lo discutimos —le recordó —Me gustaría intentar conq
—Voy a entrar —dijo Atenea, visiblemente acalorada, pero Valentino volvió a detenerla.—¿No significó nada para ti? —preguntó él, con tristeza en su voz —Tu indiferencia me hace sentir utilizado en un momento como este.—Tú querías hacerlo, y no puedo negar que yo también —se liberó de su agarre —pe