Capítulo 96.Lukyan siempre había sido de los que veían el mundo en blanco y negro. Lo correcto y lo incorrecto. Lo leal y lo traidor. Lo que se hace y lo que no. Sin medias tintas. Sin rodeos.Hasta ahora.Porque ahora tenía a Ada metida en el medio, arruinándole toda su maldita lógica.¿Cómo se supone que debía reaccionar? ¿Aplastar el dolor y fingir que todo estaba bien? ¿O mandarlo todo a la mierda, empezar una guerra solo para sacarse la rabia del pecho?Porque eso era lo que sentía. Rabia. Pero no esa que te impulsa a romper cosas. No. Era una rabia más jodida. Más profunda. Una que iba agarrada del brazo con la tristeza.Y con el amor. Porque sí, la amaba. Todavía. Aunque le doliera admitirlo.Pero eso no quitaba el otro lado de la moneda.La traición.Porque así lo sentía, aunque intentara convencerse de lo contrario.Ella no solo lo había dejado fuera de su vida. Se había convertido en una figura poderosa, una reina, y nunca se lo dijo. Había estado jugando en las grandes lig
Capítulo 97.En algún lugar recóndito de las tierras del Norte Olivia nunca pensó que volvería a estar en una situación así. Sus manos atadas detrás de la espalda, la cabeza doliéndole por el golpe, y un sabor metálico en la boca que no sabía si era por la sangre o por el miedo. Cuando logró abrir los ojos del todo, solo vio oscuridad. Un cuarto sin ventanas, con olor a humedad y rabia acumulada. Y él. Ivan. —Despierta, pequeña Omega—le dijo con esa voz rasposa que siempre le había dado escalofríos, incluso cuando no sabía que era capaz de cosas tan oscuras. Olivia lo miró, escupió al suelo, y apretó los dientes. —¿Qué quieres? Ivan se rió. Un sonido seco, vacío. —Quiero lo que me quitaron. Quiero justicia. Y tú… tú eres la única pieza que me queda para vengarme de todo. —¿De Lukyan? —preguntó ella, con la voz rota, pero firme—. ¿Otra vez esa guerra estúpida? ¿No estás cansado de perder? La sonrisa de Ivan se borró de golpe. Dio un paso hacia ella, con los puños cerrados. Per
Capítulo 98. Tener su mano entre las suyas le dolía. No físicamente. Era un dolor distinto, uno que no se mostraba en heridas ni en cicatrices, sino que nacía desde adentro, desde ese rincón silencioso donde habitan las emociones que no han podido escapar. Ajax la miraba como si fuera de cristal. Como si en cualquier momento pudiera romperse. Y tal vez sí, podía. Porque aunque Olivia estaba de pie, aún quedaban partes de ella rotas. No por Ivan. No por todo lo que él le hizo. Sino por lo que Ajax no hizo cuando más lo necesitaba. La manera en que la trató y como la humilló. —Gracias por no soltarme —murmuró ella, sin levantar la vista. Sintió cómo Ajax apretaba un poco más su mano, como si quisiera anclarla a la tierra, a la vida, a él. —No pienso volver a hacerlo —le prometió. Olivia suspiró. ¿Cuántas veces había escuchado promesas parecidas? Palabras dichas desde la sinceridad, sí, pero igual de frágiles. Como castillos de humo que el viento de la realidad terminaba por
Capítulo 99. Lukyan nunca pensó que caminar bajo el sol del sur le resultaría tan difícil. No era por el calor, ni por lo empinado del camino. Era porque cada paso lo acercaba más a Ada… y más a sus errores. Había pasado meses con la cabeza revuelta. Desde que la guerra contra Iván y Ajax terminó y la victoria no supo a nada. Desde aquella maldita reunión. Desde que el silencio en su habitación pesaba más que la corona en su cabeza. Desde que entendió que haberla dejado ir fue, quizás, el peor error de su vida. Así que había dejado todo atrás, y a Sergey al mando. Se marchó solo, con lo puesto, decidido a pedir perdón, aunque no supiera bien cómo. Ni si ella siquiera lo dejaría hablar. No había preparado ningún discurso. No servía de nada. Ada era la única capaz de mirarlo a los ojos y desmontarlo entero con una sola frase. Y él… ya no quería esconderse. Caminó por el pueblo del Sur con paso inseguro, preguntando a la gente por ella y por donde vivía. Le dijeron que ya no vivía e
Capítulo 100. Lukyan había dejado de respirar, nunca en toda su vida había sentido lo que era el miedo y por primera vez estaba experimentando esta emoción. Ada le había colocado a su hija entre sus brazos y el sentía que si hacía algún movimiento aquella criatura tan frágil se podría caer. Era tan frágil, tan pequeña, tan suave, tan jodidamente perfecta que el mundo parecía haber dejado de girar solo para que él pudiera grabar ese momento en su memoria. La pequeña Halley bostezó en ese momento arrugando su naricita y abriendo apenas un ojo, el violeta. Y en ese justo momento a Lukyan se le paralizó el corazón. Ada lo miraba desde la cocina, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, como si estuviera evaluando cada gesto que Lukyan hicera, no se sentís cómoda en esta situación pero había accedido a que el pudiera ejercer como padre. Ada se mantenía en silencio, limitándose va obsevar. Estaba totalmente segura de que él no le haría daño pero no podía impedir que su instinto m
Capítulo 101. Lukyan llevaba unos días tramando un plan en su mente, aunque no sabía muy bien cómo llevarlo a cabo estaba seguro de que iba a reconquistar a Ada. Ni si quiera le importaba demasiado el tiempo que perdiera en este proceso,o cuántas veces tuviera que tragarse su orgullo, cosa que no sería fácil, sin embargo, lo intentaría por recuperar todo lo que había perdido. Tampoco le importaba no disfrutar de los lujos del castillo, pero lo que si le llegaba a molestar un poco era la dichosa cama, era incómoda y ruidosa a partes iguales. Ya no se echaría atrás, ni quería ni podía. Porque su vida sin Ada no tenía ningún sentido. Así que si tenía que dormir en esa dichosa cama por meses lo haría. Se repetía las mismas palabras todos los días mientras caminaba hasta su pequeña cabaña con la ropa manchada de tierra después de trabajar en los campos. Y si! había empezado a trabajar, quería demostrarle a Ada que no le importaba la corona que lo único importante en su vida eran en e
Capítulo 102. Ada caminaba sonriendo por las calles del pueblo con Halley entre sus brazos, la llevaba envuelta en una mantita que había tejido su abuela. Desde que había decidido mudarse allí era feliz de nuevo, el castillo estaba a tan solo quince minutos y podía ir siempre que se la necesitará. Además Talía le ayudaba un montón y le solía adelantar trabajó, Ada tan solo tenía que firmar algún que otro documento y lo podía hacer desde la tranquilidad de su hogar. Halley no hablaba aún, solo soltaba pequeños chillidos y sonrisas sin sentido, ajena al mundo que la rodeaba. Ada sonreía, no necesitaba nada mas. Sentía algo parecido a la paz. No completa, claro, pero sí suficiente para dejarse llevar. Lukyan se había ganado cada pequeño paso de acercamiento, y la noche anterior... Bueno, la noche anterior había sido otra historia. Una historia que ella aún no terminaba de procesar, pero que la hacía sonreír como una boba mientras cruzaba el mercado. —¿Te gusta la papilla de fruta
Capitulo 103. El fuego crepitaba en aquella vieja chimenea, lanzando pequeñas ascuas al aire. La pequeña Halley dormía, por fin, en una cuna improvisada hecha con mantas y cojines. Neriah se sentó en el suelo, de espaldas al fuego, con las piernas cruzadas y los ojos perdidos en las llamas. No había conseguido dormir nada en todo el día gracias a aquella dichosa mocosa. Liam, de pie junto a una ventana, vigilaba el bosque. hacía horas que no se habían dirigido la palabra pero tampoco lo veía necesario. —No deberíamos quedarnos aquí por más tiempo —dijo Neriah al fin, su voz ronca, apenas un susurro. —Si Lukyan ya encontró el rastro de su hija, no tardará en llegar. Así que lo mejor es irnos a otro lugar antes de que él llegue. —Que venga —gruñó Liam —Quiero que venga. Neriah giró la cabeza para mirarlo, como si quisiera saber lo que pasaba dentro de su cabeza. —Estás preparado para morir por esto, ¿verdad? O es que algo no funciona muy bien en tu cabeza Liam. Liam no respondió.