Ada despertó nuevamente, ya había regresado a su pequeña cabaña desvencijada, que estaba llena de corrientes de aire. Se esforzó en mirar a su alrededor y vio a Lukyan, que estaba de espaldas a ella, torpemente ocupado frente a la estufa. Su ropa estaba llena de agujeros y manchas de sangre. Ada finalmente recordó lo que había sucedido antes de perder el conocimiento. Ayer, él había tenido que usar su espalda para protegerla de los latigazos y ataques. En ese momento, ella saltó de la cama.
—¿No te dije que te quedaras aquí y no salieras? —gritó ella—. Ahora, el Alpha y la Luna Ursula te habrán descubierto, seguro que te echarán. —No tienes que agradecerme —respondió Lukyan, levantando una ceja—. No fue porque quisiera salvarte, aún somos pareja, y salvarte es solo una reacción instintiva. —Gracias por lo de ayer —Ada, ante las palabras burlonas de Lukyan, lo miró sinceramente—. Nunca nadie se había puesto de mi lado, nunca nadie había defendido mi inocencia sin dudar. Gracias, de verdad, por creer en mí… —sus ojos brillaron con gratitud—. Soy inocente, no robé nada, pero mi familia, mi gente, nadie me cree. Tú eres la única persona, además de mi madre, que me ha creído y me ha protegido. Gracias… Frente a la mirada clara y agradecida de Ada, Lukyan sintió que su corazón latía de forma rápida y desordenada. Su lobo Sacha no pudo evitar manifestarse: —Vaya, Ada es un ángel. La amo. —¿Cuándo te recuperes, realmente te irás? —Ada preguntó con tristeza. Aunque él la rechazaría, ella realmente deseaba tener un amigo que la apoyara. —Sí, tengo a mi clan esperándome —respondió Lukyan con dificultad—. Pero antes de irme, necesito encontrar trabajo, no puedo seguir dependiendo de ti para todo. —Su tono se volvió más firme. Ada comenzó a caminar por la habitación, pensativa, buscando una solución. —Entonces, debes demostrarle al Alpha-Henry que no eres una amenaza, o te echará de aquí —le dijo Ada a Lukyan. Lukyan no tenía ninguna intención de quedarse en ese pequeño clan sin ninguna simpatía, pero al recordar lo sucedido ayer, su mirada se volvió sombría, llena de frialdad y ferocidad. Conocía al Alpha, lo había visto en la reunión antes de ser atacado. Cuando cruzó la sala y sus miradas se encontraron, vio claramente el miedo y la sorpresa en el rostro de Henry, pero rápidamente ocultó sus pensamientos, haciéndose el desentendido, lo cuestionó como si fuera un exiliado y ordenó a sus soldados que lo arrestaran. Superado en número, tuvo que huir rápidamente al bosque para escapar de los perseguidores. Este Alpha, sin duda, tenía algo que ver con el ataque que sufrió. Mientras no descubriera la verdad, quedarse en este clan le era más útil para investigar. De repente, alguien comenzó a golpear la puerta de la cabaña con urgencia. Ada abrió y vio a Jhon, que estaba completamente cubierto por una capa. —¡Tienes que hacer que ese hombre se largue! No pertenece a nuestro clan. El Alpha dijo que es un exiliado peligroso. Si te involucras con él, también te echarán. Ahora todos los soldados están buscando sus huellas en el bosque. Nada más abrir la puerta, Jhon comenzó a hablar rápidamente. Al ver a Lukyan detrás de Ada, su expresión se tornó molesta y despectiva. Se giró hacia Ada. —¿De verdad lo conoces? ¿Qué relación tienen? ¿Te ha amenazado para que lo hospedes? —Gracias por tu advertencia, pero qué relación tengamos no es asunto tuyo. ¿Con qué derecho me preguntas esto? ¿Cómo mi ex pareja, o como un cobarde que me ve como una mancha? —Ada ya había dejado claro que había comprendido la verdadera cara de aquellos en quienes alguna vez confió. Las personas que realmente te aman no te dejan a la deriva por vergüenza, sin defenderte hasta el punto de casi perder la vida. Jhon intentó explicar, pero Ada cerró la puerta antes de que pudiera terminar. Jhon quedó mirando la puerta cerrada, confundido, y en ese momento se dio cuenta de que tal vez había perdido algo realmente valioso. Dentro de la cabaña, Lukyan frunció el ceño al ver la situación. —¿Ese es el que te rechazó? ¿De verdad dejaste que alguien así te rechazara? ¿Qué te pasa? —Lukyan instintivamente sintió desprecio por el hombre, lo veía como falso y cobarde. Ada no tenía tiempo para escuchar a Lukyan. Lo más importante ahora era asegurar que no los echaran de allí. Lukyan parecía haber leído sus pensamientos, así que le dijo que no se preocupara, él tenía un plan para hacer que el Alpha los dejara quedarse. Y, sin más, la tomó de la mano y la condujo hacia la casa del Alpha. Ese hombre lo conocía, sabía quién era y estaba involucrado en el ataque que había sufrido. No dejaría pasar la oportunidad de acercarse a él. Al ver a Ada y Lukyan presentándose de forma voluntaria, el padre de Ada se mostró sorprendido, pero pronto adoptó una expresión severa y comenzó a cuestionar a Ada sobre cómo había cometido un otro error. —Ada, tú madre está enferma y tú hermana está a un paso de estarlo, eres una desagradecida. Ada quiso replicarle al hombre, recordarle que ellas no eran ni su madre ni su hermana. Pero esta vez prefirió callar por Luycan. —Perdón Alpha, yo lo siento. —Habla, no tengo tiempo que perder. El Alfa Henry clavo su mirada en Luycan Ada, algo desconcertada por ser llevada frente a su padre por Lukyan, aún se sinceró al decir que Lukyan no era una amenaza. —Alpha, él no es una amenaza, está herido, en cuanto se recupere se marchara, no causará problemas. Pero Lukyan, en lugar de quedarse en silencio, tomó la mano de Ada y, con una voz grave y arrogante, dijo que no se iría. —No me puede echar, al menos no por ahora. Desde mi accidente no recuerdo nada, Ada es mi pareja y necesito su apoyo para poder sanar. Sus palabras sonaron a súplica, una súplica que estaba dentro de su plan. — Alpha si le dejas quedarse todos verán que eres un líder bueno y compasivo, eso hará que tú pueblo te ame y te respete aún más. Dijo Ada arrodillándose a los pies de su padre. Con la mirada baja espero en silencio. Solo haciendo que el Alpha entendiera que había perdido la memoria y no representaba una amenaza, tendrían una mayor oportunidad de quedarse allí y continuar investigando lo ocurrido en el ataque. De hecho, al escuchar las palabras de Lukyan, Henry, el Alpha, que inicialmente insistió en echar a Ada y a Lukyan, se quedó mirando en silencio a Lukyan durante unos segundos, como si estuviera verificando si lo que decía era cierto. — Puede quedarse pero no lo hará grátis, aquí todo el mundo trabaja por lo que él estará destinado a limpiar las cuadras. Ada se levantó del suelo, y Henry notó que hoy su actitud era muy cortés pero distante. Abrió la boca, queriendo preguntarle cómo se encontraba después de las heridas de la golpiza de ayer, pero Ada, sin mirar atrás, tomó a Lukyan de la mano y se marchó, como si ya no le importara la actitud de su padre hacia ella. Henry resopló despectivamente por dentro, pensando: "Qué ingrata". Mientras tanto, Andrea y Ursula, observaban desde un costado con expresiones de furia. ¿Por qué nada podía salir cómo ellas deseaban?¿ Por qué siempre esa escoria se salía con la suya? Ahora que estaban tan cerca de conseguir todo lo que habían soñado, otra vez la m*****a Ada conseguía ablandar el corazón de ese viejo. Pero no podían dejarlo ahora, Úrsula había llegado muy lejos para perderlo todo. Había conseguido echar a la antigua Luna, todos creían que era una traidora pero lo que todos desconocían es que la propia Úrsula había conseguido todo lo que tenía a base de mentiras y engaños. Todos menos Ada, así que ahora más que nunca necesitaba que esa mocosa desapareciera de sus vidas, si no lo hacía su torre de engaños podría comenzar a caer en cualquier momento.Capítulo 7 Lukyan logró quedarse en el clan de las Montañas Negras como había deseado. Le asignaron un trabajo de limpieza en el establo de caballos, pero el orgulloso rey del norte nunca había hecho este tipo de trabajo servil. Trabajó todo el día, pero no consiguió limpiar nada. —Déjame que te ayude. No es difícil si sabes cómo hacerlo. Dijo Ada cogiendo el rastrillo de las manos de Lukyan. —No necesito tu ayuda, acaso no tienes ya suficiente trabajo. Las palabras de Lukyan aunque duras no molestaron a Ada. — Son hermosos, ¿verdad? Lo único que les falta es ser libres. Susurró Ada con la mirada fija en aquellos hermosos animales. Lukyan vio cómo ella no podía apartar la vista de los caballos, mostrando mucho cariño por ellos, y se mostró desdeñoso hacia ella. En su castillo, ¿qué tipo de caballos no había? —Cuando regrese contigo, te regalaré un caballo mucho mejor. Lukyan dijo de manera arrogante. Ada sonrió y no le dio mucha importancia a sus palabras. En ese momento, Urs
Capítulo 8 Andrea observaba a Ada, que estaba limpiando en la sala, mientras la ira crecía en su interior. Ayer, Jhon se atrevió a declararle su amor públicamente.¿Cómo se atrevía?¿Por qué todos los hombres se preocupaban por Ada? Ella no era más que una pequeña y fea esclava. Jhon, Lukyan… aunque no quería admitirlo, Lukyan realmente era guapo y fuerte. Desde el día que apareció de la nada y defendió a Ada, ella había grabado en su memoria cada parte de su cuerpo, no podía sacarse esa mirada tan poderosa y penetrante. Andrea había enviado a alguien a informarle a Lukyan que Ada estaba en peligro, para que este fuera a un lugar alejado. Mientras arrastraba a Ada a su habitación. La ató a una silla y la amordazó para que nadie en toda la casa pudiera escuchar sus gritos de dolor, y menos el Alfa, aunque él lo negara sentía cierta debilidad por su hija y por nada del mundo quería ser interrumpida. Cerro la puerta con llave y camino hacia Ada con la actitud de un cazador cuando acech
Capítulo 9 Lukyan llevó a Ada de regreso a casa como le había prometido, sintiendo que Ada era tonta por haber sido tan fácilmente herida, no entendía porqué no había luchado con Andrea. Su lobo Sacha a menudo le recordaba que aceptará a Ada y completarse el vínculo. Pero Lukyan no lo escuchaba. Sacha había amenazado a Lukyan con dejarle de hablar si se atrevía a irse de allí sin su compañera, pero Lukyan no creía que Sacha fuese capaz de hacerlo y si dejaba de hablarle en cuanto volvieran a la normalidad del palacio seguro que olvidaría a Ada. O esas eran al menos las excusas que Lukyan se decía a sí mismo para no sentir remordimiento por sus decisiones. Ada pasó al interior de la casa y se dispuso a encender la pequeña estufa, Lukyan mientras tanto salió a cazar algo para la cena. Necesitaba dejar libre a Sacha y que este cazara algo para la cena. No tardó mucho en volver con un par de conejos entre sus manos. Los dejó en la mesa y observó como Ada se miraba en un trozo de esp
Capítulo 10 Al día siguiente, cuando el sol acaba de aparecer en el firmamento Lukyan ya se había levantado, echaba de menos el café en el desayuno. Pero Ada no tenía nada más que agua, la fruta se había acabado y su estómago rugía desesperado. Odiaba a Henry con todas sus fuerzas, Ada se mataba a trabajar todos los días y para que? Para recibir las sobras y no todos los días. No esperó a Ada y se adentró solo en el bosque en busca de pistas sobre sus subordinados. Por suerte no había encontrado ningún cuerpo por lo que suponía que debían de haber huido en busca de ayuda o por el contrario estarían presos en la cárcel de la Manada. No podía concebir una traición en sus hombres, estaba seguro de que lo habían buscado y al no encontrarlo habían vuelto a las montañas del norte en buca de ayuda. Cuando volvía a casa de Ada pudo ver un pedazo de tela enganchado en una de las ramas, lo cogió con cuidado y se lo acerco a la nariz. Estaba claro, el aroma de ese trozo de tela perte
Los primeros rayos del sol acababan de aparecer en el firmamento con mucho esfuerzo se levantó. Ada se fijó en lo vieja y deteriorada que se encontraba su pequeña cabaña. Pero se recordó a sí misma que al menos tenía un techo sobre la cabeza. El viento se filtraba por las pequeñas grietas de las paredes, la pequeña brisa que se filtraba era fría, esa era la primera señal de que la nieve no tardaría en llegar. Miró con preocupación la fina manta que cubría la cama y suspiró, preguntándose si su padre estaría de buen humor hoy y tendría la bondad de darle alguna de las prendas de ropa vieja de las que ya se quisieran deshacer. Necesitaba abrigarse más si no lo más probable es que enfermará. No tardó demasiado en encontrarse parada justo enfrente de la lujosa residencia del Alfa de la Manada Black Mountain, lista para comenzar con las tareas de limpieza del día. En esta casa vive su padre, Henry el Alfa de la manada; su madrastra, Luna Ursula; y su hermanastra Andrea, la princes
— Lo siento, fue un accidente. Estaba tan cansada que me desmayé.—Esas son las únicas palabras que se atrevió a decir, llevaba tanto tiempo pidiendo perdón que esas se habían convertido en las únicas palabras que pronunciaba al cabo del día.La mirada de su padre pareció suavizarse, mostrando una expresión de preocupación, pero en cambio la de Luna Úrsula seguía llena de ira. La interrumpió:—¿De verdad es así? ¿O planeas hacer lo mismo que la última vez y robar las joyas de tu hermana?—¡Yo nunca le he robado nada! —le respondió inmediatamente, furiosa. Ella y su Andrea siempre se aliaban para acusarla de robar dinero de la casa, e incluso escondían dinero en su habitación como "prueba".—No te molestes en negarlo. Encontramos en tu habitación el dinero que obtuviste vendiendo esas joyas —dijo con desprecio—. Con una madre como la tuya, no es sorprendente que seas capaz de cualquier cosa.— Qué haces ahí parada, no tienes suficiente trabajo por hacer o quizás debería darte más tarea
Ada miró al hombre en la cama por un momento, permaneciendo a su lado, lo que hizo que su loba comenzara a recuperar fuerzas poco a poco. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que, cuando su compañero despertara, lo poco que había encontrado de fruta no sería suficiente para ayudarlo a recuperar fuerzas. Así que Ada se levantó, tomó su viejo y desgastado abrigo y se preparó para ir a cazar en el bosque en secreto. El Alpha siempre le había prohibido hacer esto, pues creía que Ada no tenía la capacidad de protegerse en el bosque, pero hoy la diosa de la suerte parecía estar de su lado. No le costó mucho esfuerzo atrapar un pequeño conejo. Emocionada, lo mordió por la pata y abrió la puerta de su casa, pero al hacerlo, chocó de frente con una figura alta.Él era, de hecho, bastante grande, y sus ojos azul oscuro la observaban fijamente. Mientras ella ponía al "conejito" sobre la mesa, se quitaba el abrigo y sacudía la nieve de su cabello, su mirada nunca se apartaba de ella, y de vez en
Cuando el sol volvió a salir, Ada se preparó para salir a trabajar. Anoche, ella respondió de manera superficial a su propuesta y le rogó que durante su estadía no saliera de aquí. Si ya se había enojado por las cicatrices en las manos, no se atrevó a imaginar qué pasaría si llegara a ver cómo es un día normal en su vida.Aunque Lukyan aceptó con buenas palabras, no tenía intención de seguir sus instrucciones.Necesitaba ir al bosque para investigar la verdad sobre los atacantes que lo habían agredido, y también para ver si podía encontrar rastros de su Beta. Justo antes del ataque, había estado con su Beta y algunos de sus soldados en una reunión entre manadas de lobos, y si seguían con vida, necesitaba contactarlos lo antes posible. Ada estaba en la sala de la casa de los Alpha, sosteniendo un trapeador lista para comenzar a limpiar, cuando de repente la puerta se abrió y Jhon entró. Se acercó a ella y le saludó amistosamente, pero luego frunció el ceño y preguntó qué era ese olor