Dalila

—¡Te gusta,Dalila!,no lo niegues.¡Ese lobo te gusta!— llevaba media hora hablando por teléfono con Aliss y mi amiga no paraba de repetir lo mismo.

Llevaba un par de semanas entrenando todas las mañanas. Siempre calentaba con el grupo y luego Dorian entrenaba conmigo.No es que hubiera mejorado una barbaridad pero había ganado algo de agilidad y ya era capaz de esquivar algunos ataques del castaño sin que él tuviera que contenerse tanto como al principio.

—Sí, quizás un poco— admití

—¿Un poco?,¡Vamos, estás loca por él!—se burló mi amiga.

—¡Aliss,no estoy loca por él! y baja la voz ,te recuerdo que aquí todos son lobos con súper audición —

—Bueno,chica,que aguafiestas eres— se quedó un momento callada —pero te gusta— sentenció.

—Sí,me gusta— una tonta sonrisa se dibujó en mi boca —Y me encanta fastidiarlo y ver cómo le cambia la cara de tímido a indignado.¡Es súper gracioso!— solté unas risas contagiando a Aliss —También me gusta cuando roza mi piel y siento las deliciosas chispas