Al parecer, ninguna persona cercana a Jareth, sabe lo que es privacidad. Por eso, le cuesta mucho entender que si hemos comprado una casa y no los hemos invitado, es porque hasta el momento, no son bienvenidos.

Pero, lógicamente, eso a ellos no parece importarles. Ya que, no sólo han venido sus padres a visitarnos, si no que sus mejores amigos y socios de Jareth, están aquí.

—Jareth, Adhara, salgan, por favor. ¡Donde sea que estén, salgan ahora! — grita Jackson, pero, eso no nos detiene.

—No pueden pasar al segundo piso. No me importa si son amigos, primos o vecinos, no nos han dado la orden de permitirles el ingreso y por ello, no los podemos dejar pasar— dice una de las chicas, mientras Jareth succiona mis pechos con hambre.

—Si no hacemos algo…— susurro entre gemidos.

Jareth no se aleja de mí, pero, puedo percibir como algo emana de su cuerpo, la presión se siente y yo intento mantenerme cuerda porque su aura es bastante fuerte.

El ruido fuerte cesa y puedo percibir como pasos