Capítulo 109: Mi fin

Mi cuerpo se debilitaba con cada segundo que pasaba. Yo había nacido siendo una loba, pero, nada de esto me había sucedido anteriormente. En la secundaria y en la universidad, muchas veces los compañeros que eran alfas liberaban sus feromonas para poder controlar a las mujeres u hombres que no eran alfas.

Podía ver el sufrimiento de ellos, pero sorprendentemente, a mí no me pasaba algo. Entonces, ¿por qué ahora sí estoy sufriendo los efectos de tener cerca las feromonas de un alfa?

—¿Lo sientes, querida? — Pregunta el señor Fu.

—¿Qué rayos me está haciendo, señor? — Pregunto entre gimoteos.

—Nosotros los alfa, tenemos mucho poder sobre ustedes por esta razón. Todo beta u omega que ya no sea virgen, es sensible a las feromonas que otras personas desprenden. Porque nuestras feromonas están relacionadas con hormonas sexuales.<
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