¡Que tengan un feliz fin de semana! Pdt: ¿Tienen sus vestidos para esta ceremonia? ¡Los leo!
A la mañana siguiente Mia despierta a su prometido llenándolo de besos, Enzo sonríe y la coloca debajo de su cuerpo. La felicidad que lo recorre es contagiosa, se besan hasta que el oxígeno es requerido y el alfa no puede evitar que su miembro se endurezca. Este se encuentra listo para hacerle el amor en la mañana, pero por la radio se escuchan los quejidos de Liam, suspiran y se tira a un lado con una dolorosa erección. —Ya voy, tesoro, —Mia recoge una camisa de su prometido, se la coloca y sale de la habitación para ir hasta la de Liam, ya que su cachorro tiene su propia aposento. Liam tiene los meses suficientes para estar solo en su cuna, lo supervisan con cámaras y monitores de ruido. El pequeño cachorro se encuentra sentado, con un puchero, y al ver a su madre extiende sus brazos a ella. »Buenos días, tesoro, —lo carga y este se acurruca en su hombro, Mia regresa a la habitación en donde su prometido se encuentra recostado boca abajo, Enzo se
El primer baile fue de los novios y Liam, ya que este quería estar en brazos de sus padres, Enzo sujeta a su esposa de la cintura mientras que con su mano libre sostiene al cachorro. —No era lo que imaginaba en nuestro primer baile de casados, pero aquí estamos, —dice el príncipe heredero, Mia se limita a sonreírle y luego deposita un beso en la frente de su hijo. —Me duele que no podamos llevarlo, —murmuró con nostalgia. —Lo sé, pero es nuestra semana de luna de miel y Liam estará con sus dos abuelas. No hay nada de que preocuparse —le informa tratando de hacerla sentir mejor. —Bien. —La música finaliza y de ese modo la pareja puede ir a su mesa, Liam no tarda mucho tiempo para quedarse dormido bajo las caricias de su padre y luego su abuela Diana es quien lo toma. —¿Crees que sea momento de abandonar la fiesta? —interroga para luego depositar un beso en los nudillos de Mia. —Ni siquiera voy a preguntarte a donde vamos porque todo
Mia Lennox—Amor, ¿te encuentras bien? —interrogo, ya que desde que salimos lo siento tenso y en el avión Enzo casi ni se me acerco, no era lo que esperaba en nuestro viaje hacia Francia. La sorpresa del país se vio arruinada por una azafata y por un momento pensé que Enzo la lanzaría del avión, pues tuve que sujetar su mano para calmarlo. —Yo… no te lo he dicho, pero hace horas que inicio mi celo y estoy tenso por eso, —expresa. —¿Qué? ¿Por qué no me dijiste? —pregunto—. Pude haberte ayudado, —añado, sé cómo funciona el celo y lo doloso que es. —No sabes cuánto lo deseo, pero quiero llegar a nuestro destino y hacerte el amor por primera vez como mi esposa, —es muy tierno, beso sus labios y gruñe—. Por favor, amor, sé que quieres mostrarme todo el afecto del mundo, pero reventara mi bóxer —suspiro. —¿Llevas todas esas horas con una erección? —asiente. —En el avión me masturbé, pero no logre venirme, —deja ir su cabeza hacia atrás—.
París sin duda es la ciudad del amor, Enzo sea encargado de demostrarle eso a su esposa llevándola a museos de arte y comprándole algunas pinturas que le gustaron a la futura reina. El príncipe le gusta pintar, ver obras de teatro y cosas anticuadas, con mucho entusiasmo le habla de algunas estatuas a su señora. Mia disfruta verlo tan animado, ya que parece un niño en una juguetería. Su celo no ha terminado, sin embargo, Enzo tiene más control ahora que sea vinculado y calmado el ardor en su cuerpo. Los dos primeros días y último resultan ser los más importantes en el apareamiento del alfa, por eso hoy exploran París. —Esta pintura es magnífica, —la observa con admiración. —Eres un hombre extraño, —expresa Mia—. Amante del arte, con un gaje de oficio particularmente rudo, —añade. —Que te digo, soy ese niño que decidió hacer todo lo que le gustaba, mis padres me enseñaron a que si quiero ser astronauta, doctor e ingeniero podía serlo sin problema, —m
Mia LennoxMe aferro a las colchas mientras mi esposo tortura mi centro con su lengua, el sexo sea vuelto más intenso que nunca. Gimo con cada roce a mi clítoris, Enzo sin duda en el celo se vuelve una bestia, lo escucho gruñir y aprieta mis piernas deseando tomar más de mí. —Dios… —jadeo durante mi llegada al clímax. Mi prometido lame mi sexo, besa la cara interna de mis piernas para luego repartir besos por todo mi abdomen y mirarme con sus ojos rojos llenos de lujuria. —Siempre exquisita, —ronronea. Lo siento rozarme con su miembro, mi piel se eriza y este no duda en llenarme con su grosor. Jadea enloquecido de placer, Enzo se mueve con firmeza, lo envuelvo con mis piernas y su hombro cerca de mi rostro me hace llevar mi boca hasta su piel. Beso la marca que dejo mi mordida, gruñe y embiste con fuerza, me mata de placer y este lo sabe. —Ah… amor… —gimo, busco sus labios con desesperación y no duda en besarme. Enzo muerd
La ceremonia de Donato y Adriano fue de las más sencillas posibles, no querían ostentosidad y que todo fuera en familia, por más que desearan unirse en una iglesia no fue capaz de hacerse por motivos de que son dos hombres y Dios jamás aceptaría una unión de ese tipo. Eso les dijo el sacerdote en pocas palabras, el alfa casi lo asesina, pero se controló con ayuda de su omega. Adriano no se mostró afectado por lo dicho, ya que era algo que esperaba que sucediera y, por lo tanto, se celebró su boda en la mansión de los Marchetti. El mal momento quedo en el olvido, la pasaron bien rodeados de su familia y luego celebraron su primera noche de casados en una lujosa casa de playa en Ibiza. No existe mejor opción que esa, ya que sería extraño un hombre embarazado, aunque fácilmente Adriano podría pasar por una chica, por el hecho de que su cabellera rojiza cae hasta sus hombros y su rostro se muestra muy femenino. —Con cuidado —susurra Donato cuando observa que su
Kendall MarchettiObservo a la expresión de Ashley mientras mira el apartamento, sé lo mucho que quiere a Mia y por eso me he comprado un pequeño departamento en Umbría, con un poco de la influencia de mi padre logre cambiarnos de universidad para que estudien en la misma. —Es hermoso —expresa llegando hasta a mí con una enorme sonrisa—. Tus hermanas amaran vivir en este apartamento, pero estuve mirando que solo tiene dos habitaciones, creo que deberían buscarse uno con tres aposentos, —comenta frunciendo el ceño. —Lo que pasa es que no es para ella este apartamento —sonrío de lado mientras coloco mis manos en su cintura—. Sorpresa, —murmuro. —¡Oh, Dios! —chilla feliz y se cuelga de mí, enredando sus piernas en mi cadera, con alegría recibo sus besos llenos de emoción y se detiene a mirarme sorprendida—¿Qué pasará con la universidad? —interroga, camino hacia el sofá. —Con ayuda de mi padre logré que nos acepten en la misma universidad que se encuent
Donato Marchetti Adriano sin duda es lo mejor que ha podido llegar a mi vida, es único e inigualable, me hace feliz verlo mostrar tanta buena vibra, mi esposo, es una palabra espectacular y ahora esperamos con ansias la llegada de nuestro hijo. —¿Qué piensas? —siento su vientre abultado pegarse a mi espalda mientras me abraza desde atrás. —En nosotros —murmuro, ya que el bebé está por nacer, nos traslade a una pequeña cabaña en territorio de la manada de mi padre. —¿Pensaste en el nombre para el bebé? —interroga. —Si… y no te lo voy a decir —de sus labios sale un gruñido. —Eres muy malo —protesta, me giro y sujeto su rostro. —Me gusta darte sorpresas, ¿No te agradan? —pregunto. —Sí, pero… —lo callo con un beso. —Nada de peros, —sonríe—. Ahora vamos a mostrarte una sorpresa —sujeto su mano para ir hasta nuestra habitación, lo libero y camino al closet en donde busco un pequeño conjunto azul—. Es lo que le colocare