Enzo Marchetti
Después de la reunión con el señor Lennox, busqué a mi hermano menor por todos lados. Estoy seguro de que se molestara conmigo por dejarlo tirado de nuevo, Kendall luego de varios minutos hace acto de presencia.
No puedo evitar fruncir el entrecejo cuando el olor de este al acercarse me indica que está excitado.
—¿Sexo frustrado? —cuestiono.
—No es gracioso, —refunfuña de muy malhumor.
—¿Qué sucedió? —pregunto serio.
—Una humana afirmaba que soy un mal besador, —lo miro ceñudo.
—No entiendo que quieres decir con eso.
—¡¿Cómo puedo permitir que diga eso?! —Gruñe—Le mostré que si besaba bien, —afirma.
—¿Follaste con una humana?
—¿Qué? ¿Estás loco? —interroga—No haría eso con humanas, —refunfuña muy molesto.
—La deseaste, —le digo, Kendall mira a otro lado que no sean mis ojos y se da un trago de una copa de champán. —No es malo que desees tener sexo con una humana, es difícil hacerlo, pero no imposible, —añado.
—Son débiles, —dice.
—Lo son, pero no eso no impide que puedas tener sexo con una, —murmuro.
—No voy a arriesgarme de ese modo, —dice.
Suspiro y decido dejar pasar el tema, me concentro en buscar a aquella humana, no la he visto desde hace rato y no tengo idea de donde pueda encontrarse.
—¿Quiere regresar al apartamento? —interrogo.
—Sí.
Nos vamos de ese lugar y al llegar al apartamento cada quien se va a su habitación, no me sorprende encontrar a Kristin desnuda en mi cama, se ha vuelto monótona nuestra relación.
—Estuve esperándote, me dejas sola siempre, —con su velocidad vampírica la tengo delante de mí.
—No comprendo por qué quieres estar a mi lado, ya te he dicho que puedes irte cuando lo desees y que te daré todo el dinero que quieras, —la vampiresa se dedica a quitar mi saco y luego los botones de mi camisa hasta dejar mi torso descubierto.
—Yo te amo, Enzo, —me dice.
—No vuelvas con el mismo tema, —expreso alejándome.
Entro al baño y esta me sigue, me quito toda la ropa, Kristin pasea sus manos por mi cuerpo y el frío de su piel no causa ningún efecto en mí. Desde hace tiempo nada más tengo sexo con ella cuando mi celo llega y después nunca más.
—Solo quiero estar a tu lado.
Suspiro.
La vampiresa toma mi polla y me acaricia intentando conseguir que me excite, sin embargo, no provoca nada en mi cuerpo, me separo de esta e ingreso a la ducha, Kristin no se rinde tan fácil y si no fuera porque es de gran ayuda en mi celo la sacara a patada de mi casa.
—Hoy estoy cansado, —me limito a decirle como último recurso para que no siga insinuándose.
—Entiendo, mi amor, —dice.
La dejo ayudarme con la ducha y luego nos vamos a la cama, la abrazo e imagino que es a Astrid a la que tengo en vuelta en mis brazos hasta que caigo en un profundo sueño en donde lo único que veo es el cuerpo sin vida de la única mujer que ame en toda mi vida.
(…)
—Quiero que saludes a mamá, —le pido a mi hermano que ya está listo para regresar a Sicilia.
—Lo haré, me alegro pasar tiempo contigo, espero que algún día resuelvas los problemas con papá, —hago una mueca y dejo salir un suspiro.
—Ve con cuidado, —esperaba que dure más tiempo aquí, sin embargo, lo de la humana le afecto y quiere alejarse de todo esto.
—Hasta luego.
Después de la despedida me voy a mi oficina, me tocará viajar en unos días a Roma y verificar una nueva mercancía que ha llegado, ser el nuevo Don es difícil y más cuando el antiguo era el mejor. No tengo a mi padre en mi vida para que me aconseje de cómo hacer las cosas de la mejor manera y me toca improvisar siempre.
—Señor, —mi jefe de seguridad ingresa a la oficina—La joven fue secuestrada, —abro mis ojos sorprendido por lo que dice.
—¡¿Cómo diablos sucedió eso?! —pregunto alterado.
—Fue un descuido por parte del escolta, lo siento, —dice.
—Me ocuparé de él más tarde, ¿Quién la tiene? —cuestiono.
—La mafia de Giordano.
—Amigos nuestros, por suerte, —murmuro. —Organiza una reunión y averigua el precio, no me la darán tan fácil, —le pido, Akor asiente y se retira.
La humana será mía después de todo.
Mia Lennox
Si alguien me hubiera dicho que sería secuestrada el día de mi cumpleaños, tal vez me reiría, no creería que en pleno siglo los secuestros se logren con éxito. Lo digo porque hoy las calles se encuentran abarrotadas de cámaras y varios equipos con tecnología muy avanzada para hacer reconocimientos faciales.
Tengo mucho miedo, no logro entender nada de lo que hablan a mí alrededor, mis ojos se encuentran cubiertos por una venda mientras que mis manos están atadas a mi espalda.
—Por favor, soy mujer americana… si quieren dinero llamar a la embajada, —les digo, sé un poco de cómo funcionan las cosas de secuestros y tal vez ellos solo quieren dinero.
—Guarda silencio, —esa mujer está a mi lado y por su acento también es italiana.
—¿Eres de ellos? —cuestiono.
—Ya desearía, pero también estoy secuestrada, —murmura.
—¿Quiénes son? —pregunto.
—Mafia italiana, por lo que escuche, ellos venden mujeres a prostíbulos asiáticos, —susurra.
Sus palabras solo me provocan que el miedo incremente, no quiero ser prostituida y tampoco ser alejada de mi familia, no puedo evitar dejar salir las lágrimas que estuve reteniendo.
»No llores, ni demuestres debilidad, —dice.
—¿Cómo puedo mantenerme estable sabiendo que seré vendida? —pregunto con mi voz entrecortada.
—Es difícil de aceptar, pero si lloras serás débil y te sacaran más rápido del país, —dice.
—¿Por qué sabes tanto de ellos?
No escucho respuesta alguna, me quitan la venda y frente a mí tengo a la chica, ella me mira con pena.
—Porque ya fui secuestrada y solo me toco aceptar mi destino, nadie me vendrá a ayudar, —la ropa que utiliza no deja nada a la imaginación y veo con claridad que fue lo que acepto.
—Yo no quiero esto, —susurro.
—Nadie quiere esto, —murmura—Sigue mis consejos y estarás bien, ¿De acuerdo? —me limito a asentirle. —En una hora llegara un doctor, él te evaluara completa, buscara cicatrices que puedan devaluarte en el mercado, te harán un examen de sangre para confirmar si tienes alguna ITS, —explica.
—¿ITS?
—Infección de transmisión sexual, —me mira con el ceño fruncido—¿Eres virgen? —cuestiona, miro a otro lado. —Oh, merda (Oh, m****a) —susurra.
—¿Qué?
—Las vírgenes van a la subasta, —dice. —Son vendidas a los mafiosos, —me explica.
—No quiero ser vendida, —la miro aterrada.
—Querida, lo mejor que te puede pasar es ser subastada, no sabes cuánto hubiera deseado pasar por una subasta, —me sonríe. —Las mujeres que son compradas de ese modo tienen una gran probabilidad de una mejor vida que la del burdel, —añade.
»Serás de un solo hombre, claro, siempre y cuando te comportes bien con tu comprador, ya que si le das muchas molestias, no lo va a dudar para enviarte a uno de sus burdeles, —dice.
—¿Cómo puedes creer que eso es vida? —pregunto.
—No vas a salir de este lugar, no pongas resistencia al doctor, —la mujer se marcha dejándome sola en aquella habitación. Me niego a vivir de este modo, no quiero ser subastada y solo deseo volver a casa con mi familia.
Enzo Marchetti El humano Lennox ingresa a mi oficina con su rostro enrojecido, no dejo de mirarlo y vislumbro en sus ojos un profundo odio hacia mi persona. —Signor Marchetti, non può fermarlo. (Señor Marchetti, no pude detenerlo) —la preocupación en el rostro de mi secretaria es bastante notable. —No te preocupes, me encargaré del señor, —asiente y se retira cerrando la puerta—¿Qué lo trae por aquí? —pregunto. —¡No se haga el estúpido conmigo! —grita. Es el humano más estúpido que he visto en toda mi vida, no entiendo cómo se atreve a gritarme sabiendo
Enzo Marchetti Llegue a mi mansión en Umbría en hora de la madrugada, Akor me recibió y su rostro muestra preocupación, me explica que la humana tiene fiebre y que no sabe que le ha sucedido, camino hacia mi habitación y espero luego me dé explicaciones de porque está ella en mi aposento. —¿Llamaste al doctor? —interrogo mientras toco la frente de la humana para sentir su temperatura elevada. —Llegará en una hora, alfa, —responde. —Que se dé prisa porque si la humana muere, él y tú también morirán, —le gruño. —Sí, alfa, —responde para salir de la habitación. Ver a esta humana es como mirar a mi amada Astrid, no hay duda de que son idénticas y lo único que las diferencias es que
Mia LennoxDesperté justo en el momento en el que la puerta de la habitación está siendo abierta, me quedo cubierta con las colchas y escucho la firme pisada de alguien. Su silueta es enorme y cuando las luces se encienden lo primero que ven mis ojos es su redondo trasero «¡¿Qué carajo?! ¡Me van a violar!» pienso. Grito con fuerza, ya que no quiero ser violada. Mi grito fue el error más grande porque aquel enorme hombre, se gira hacia mí mostrándome su enorme amigo y no puedo evitar sonrojarme, me encojo en mi lugar tratando de no ser vista. —¿Qué haces en mi habitación? —cuestiona en mi idioma, sin embargo, su voz carga el acento italiano, me quedo en silencio tratando de enfocar mi
Mia LennoxUna semana en esta casa, no he vuelto a pasar por situaciones incómodas. El hombre al que todos llaman Don, es mi comprador y también un idiota, me mira con odio cada vez que nos encontramos en algún pasillo, supongo que cuando mira mi rostro se recuerda de mi rodilla insertada en sus partes nobles, se lo merece por imbécil. Es un hombre joven, pero insoportable, lo he visto dar órdenes por todos lados, creo que alguien de importancia está por venir a la casa y se nota molesto por la visita, no tengo idea de cómo leer sus expresiones, ya que siempre es la misma para cualquier situación. Hay lugares de la mansión a los que todavía no he ingresado y el aburrimiento no es bueno para ninguna persona, camino hasta una puerta de roble y la abro encontrando un gimnasio. Entro
Mia Lennox La puerta de mi habitación es tocada, eso me toma por sorpresa, ya que nadie toca y solo ingresan si mi autorización, camino hasta ella y abro encontrando a las tres chicas con una sonrisa en su rostro. —Sei la ragazza di Enzo (¿Eres la novia de Enzo?) —no entiendo que me está preguntando. —No hablo italiano, —le digo, ellas abren la boca de manera automática. —Lo siento, —se disculpa. —Te pregunto si eres la pareja de Enzo. —¿Enzo? Las mujeres se miran entre ella y luego fruncen el entrecejo. —Olvídalo, ¿Quieres venir a la piscina con nosotras? —interrog
Mia LennoxEn la cama doy muchas vueltas al tratar de olvidar ese momento en el que sus manos se pasearon por mi sexo. Escuchar sus sucias palabras me aterraron y saber que tiene la fuerza suficiente para tomarme en contra de mi voluntad es lo que más miedo me causa. Suspiro y abrazo la almohada, es un psicópata. Él afirma que no se aprovechara de mí, sin embargo, me ha dejado claro que si sigo faltándole el respeto me tomara a la fuerza sin importarle mis gritos o cualquier lágrima que deje salir. Lo peor de todo es que imagino situaciones en la que sucede, no puedo evitar que las imágenes inunden mi cabeza. Sé que es absurdo y descabellado, al igual que alarmante, cualquier persona en mi situación ve aquellas banderas rojas que in
Mia Lennox El rostro del italiano se muestra confundido y sorprendido después de que he mencionado aquellas palabras. Por primera vez logro notar expresiones que no son neutras, se ve adorable y no tengo duda de que he desarrollado el síndrome de Estocolmo. —¿Qué es eso? ¿Quieres que llame un doctor? —interroga. —Un psicólogo es lo que necesito, tal vez luego me encierren en un manicomio, —frunce el entrecejo. —El síndrome de Estocolmo es cuando el rehén desarrolla un vínculo por su captor, —murmuro. —Los humanos son raros, —dice. —¿Qué esperabas conseguir al secuestrar una chica de diecinueve años? —cuestiono, se queda callado. —No tengo cabeza para nada en estos momentos, ¿Qué
Hi guys, mi primera nota de autor, les quiero informar varias cosas: 1-Esta es una secuela que viene de Una loba para el mafioso y El beta del mafioso, es la historia de los hijos de nuestros protagonias Don y Kara. 2- Aquí tendremos tres libros juntos, por lo que será muy larga la novela ¿Cómo se dividen los libros? Primera parte: esta parte se enfoca en estos personajes. Enzo Marchetti, se enfoca más en su relelación y conflictos. Donato Marchetti, les recuerdo que este es un personaje gay y, por lo tanto, tendremos escenas homoeróticas en la historia. Kendall Marchetti, así es, el único varón del parto de cuatrillizo de Kara, tendrá su historia en la primera parte de la novela. Segunda Parte: Dantes Marchetti, es el único hijo lobo del Don y contaré su historia. Kusi Marchetti Kazuma Marchetti Kaori Marchetti Las hermanas tres hijas de Kara que nacieron en el parto de cuatro tendrán su historia ligada a la de Dantes Marchetti. Terca parte: Todavía nadie conoce la ident