Mia Lennox
Una semana en esta casa, no he vuelto a pasar por situaciones incómodas. El hombre al que todos llaman Don, es mi comprador y también un idiota, me mira con odio cada vez que nos encontramos en algún pasillo, supongo que cuando mira mi rostro se recuerda de mi rodilla insertada en sus partes nobles, se lo merece por imbécil.
Es un hombre joven, pero insoportable, lo he visto dar órdenes por todos lados, creo que alguien de importancia está por venir a la casa y se nota molesto por la visita, no tengo idea de cómo leer sus expresiones, ya que siempre es la misma para cualquier situación.
Hay lugares de la mansión a los que todavía no he ingresado y el aburrimiento no es bueno para ninguna persona, camino hasta una puerta de roble y la abro encontrando un gimnasio. Entro
Mia Lennox La puerta de mi habitación es tocada, eso me toma por sorpresa, ya que nadie toca y solo ingresan si mi autorización, camino hasta ella y abro encontrando a las tres chicas con una sonrisa en su rostro. —Sei la ragazza di Enzo (¿Eres la novia de Enzo?) —no entiendo que me está preguntando. —No hablo italiano, —le digo, ellas abren la boca de manera automática. —Lo siento, —se disculpa. —Te pregunto si eres la pareja de Enzo. —¿Enzo? Las mujeres se miran entre ella y luego fruncen el entrecejo. —Olvídalo, ¿Quieres venir a la piscina con nosotras? —interrog
Mia LennoxEn la cama doy muchas vueltas al tratar de olvidar ese momento en el que sus manos se pasearon por mi sexo. Escuchar sus sucias palabras me aterraron y saber que tiene la fuerza suficiente para tomarme en contra de mi voluntad es lo que más miedo me causa. Suspiro y abrazo la almohada, es un psicópata. Él afirma que no se aprovechara de mí, sin embargo, me ha dejado claro que si sigo faltándole el respeto me tomara a la fuerza sin importarle mis gritos o cualquier lágrima que deje salir. Lo peor de todo es que imagino situaciones en la que sucede, no puedo evitar que las imágenes inunden mi cabeza. Sé que es absurdo y descabellado, al igual que alarmante, cualquier persona en mi situación ve aquellas banderas rojas que in
Mia Lennox El rostro del italiano se muestra confundido y sorprendido después de que he mencionado aquellas palabras. Por primera vez logro notar expresiones que no son neutras, se ve adorable y no tengo duda de que he desarrollado el síndrome de Estocolmo. —¿Qué es eso? ¿Quieres que llame un doctor? —interroga. —Un psicólogo es lo que necesito, tal vez luego me encierren en un manicomio, —frunce el entrecejo. —El síndrome de Estocolmo es cuando el rehén desarrolla un vínculo por su captor, —murmuro. —Los humanos son raros, —dice. —¿Qué esperabas conseguir al secuestrar una chica de diecinueve años? —cuestiono, se queda callado. —No tengo cabeza para nada en estos momentos, ¿Qué
Hi guys, mi primera nota de autor, les quiero informar varias cosas: 1-Esta es una secuela que viene de Una loba para el mafioso y El beta del mafioso, es la historia de los hijos de nuestros protagonias Don y Kara. 2- Aquí tendremos tres libros juntos, por lo que será muy larga la novela ¿Cómo se dividen los libros? Primera parte: esta parte se enfoca en estos personajes. Enzo Marchetti, se enfoca más en su relelación y conflictos. Donato Marchetti, les recuerdo que este es un personaje gay y, por lo tanto, tendremos escenas homoeróticas en la historia. Kendall Marchetti, así es, el único varón del parto de cuatrillizo de Kara, tendrá su historia en la primera parte de la novela. Segunda Parte: Dantes Marchetti, es el único hijo lobo del Don y contaré su historia. Kusi Marchetti Kazuma Marchetti Kaori Marchetti Las hermanas tres hijas de Kara que nacieron en el parto de cuatro tendrán su historia ligada a la de Dantes Marchetti. Terca parte: Todavía nadie conoce la ident
Mia Lennox Me toma por sorpresa enterarme de que el mafioso partió a Venecia, no es que lo vaya a extraña, sin embargo, no comprendo por qué me mantiene prisionera. Ese hombre está lleno de misterios, me he quedado sola en esta mansión, el nivel de seguridad es intenso y muchos hombres custodian el lugar. El italiano le dejo indicaciones de no dejarme salir de la casa «Ni que me fuera a escapar sabiendo que ellos son igual que el mafioso» Pienso, sé que es un hombre león y por eso ahora estoy buscando la biblioteca para ver si consigo un libro que hable sobre su especie. Siempre me imaginé que existen cosas más allá de nuestro conocimiento, no éramos los únicos en este planeta y ahora saber que tenía razón me llena de satisfacción absoluta, sin embargo, ser la rehén de un ser sobrenatural no me hace mucha gracia. Sueño con regresar a mi realidad, esa en la que no estoy algo chiflada por un mafioso, ya que me afecta su cercanía y la única explicación lógica es que
Mia LennoxEncontrar un libro de cambiantes fue difícil y lo peor es que está escrito en otro idioma que ni siquiera es italiano, suspiro para dejarlo en donde lo encontré, me giro y casi pego un grito al ver detrás de mí a la mujer de piel pálida. —¿Te asusté? —interroga al verme llevar mi mano hasta mi pecho. —No la escuche entrar, —le digo, ella juega con pequeño trozo de su cabellera rubia mientras que no deja de mirar. Debo mencionar que su mirada es algo aterradora, me ve como un animal hambriento. —Así que Mia, no nos han presentado, —masculla—Soy Kristin, la mujer de Enzo, —es segunda vez que escucho el nombre del mafioso italiano, ya que todos aquí le dicen Don o alfa. —Eso es genial, supongo, —es lo único que digo, porque no tengo nada que agregarle, me importa muy poco quien sea la mujer o amante del italiano. —Una última cosa, —su expresión se vuelve neutra. —No quiero verte cerca de él porque puedo llegar hacer capaz de muchas
Enzo Marchetti Cuando desperté mi corazón se encontraba bastante acelerado, no entendía que me estaba pasando y algo en mi interior me grito que buscara a la humana. Salí de la cama y corrí hacia su habitación importándome poco encontrarme desnudo, no la encontré en ese lugar y me preocupé enseguida. —Enzo, —Kristin me encontró en el pasillo—¿Qué haces despierto? —pregunta con curiosidad. —No puedo dormir, —me limito a responderle. —Vamos a la cama, —toma mi mano, sin embargo, me suelto de su agarre. —Debo buscar a Mia, ¿la has visto? —le pregunto, ya que de todos en la casa la única que no duerme es la vampiresa. —¿Para qué buscas a la humana? Soy suficiente para ti, —murmura. —Kristin, —le gruño. —La vi salir de la mansión… —¡¿A dónde coño se fue?! —gruño enfurecido. —No tengo idea, no le pregunte, —confiesa. Paso de ella para salir corriendo de la mansión, me concentro para seguir
Mia Lennox Su pregunta me toma por sorpresa, sin embargo, ¿Qué es lo que quiero? Tampoco sé la respuesta, ya que lo que deseo es ver a mi familia y tener una vida normal. —Mi familia, —susurro. —Es imposible, te doy cualquier otra cosa menos eso, —responde, el mafioso nunca me dejará ir. Entonces, ¿Qué es lo que quiere? Me pregunto y todas sus insinuaciones llegan a mi cabeza «Don solo desea poseerme» pienso, no hay mejor manera de atormentarlo que privándolo de lo que necesita. —Quiero que me toques, —mascullo y lo escucho gruñir. —Pero solo cuando yo te lo pida, —lo escucho decir algo en italiano. —Debes estar loca, —expresa. —No, solo te doy una posibilidad de obtener lo que deseas, —le digo—Entiendo que si me niego no me tomaras a la fuerza, sin embargo, cuando yo te desee pediré que me toques, —expreso. —Eres una humana muy mala, —dice, me giro un poco para ver su ceño fruncido, me inclino hacia este para pod