Mia LennoxEncontrar un libro de cambiantes fue difícil y lo peor es que está escrito en otro idioma que ni siquiera es italiano, suspiro para dejarlo en donde lo encontré, me giro y casi pego un grito al ver detrás de mí a la mujer de piel pálida. —¿Te asusté? —interroga al verme llevar mi mano hasta mi pecho. —No la escuche entrar, —le digo, ella juega con pequeño trozo de su cabellera rubia mientras que no deja de mirar. Debo mencionar que su mirada es algo aterradora, me ve como un animal hambriento. —Así que Mia, no nos han presentado, —masculla—Soy Kristin, la mujer de Enzo, —es segunda vez que escucho el nombre del mafioso italiano, ya que todos aquí le dicen Don o alfa. —Eso es genial, supongo, —es lo único que digo, porque no tengo nada que agregarle, me importa muy poco quien sea la mujer o amante del italiano. —Una última cosa, —su expresión se vuelve neutra. —No quiero verte cerca de él porque puedo llegar hacer capaz de muchas
Enzo Marchetti Cuando desperté mi corazón se encontraba bastante acelerado, no entendía que me estaba pasando y algo en mi interior me grito que buscara a la humana. Salí de la cama y corrí hacia su habitación importándome poco encontrarme desnudo, no la encontré en ese lugar y me preocupé enseguida. —Enzo, —Kristin me encontró en el pasillo—¿Qué haces despierto? —pregunta con curiosidad. —No puedo dormir, —me limito a responderle. —Vamos a la cama, —toma mi mano, sin embargo, me suelto de su agarre. —Debo buscar a Mia, ¿la has visto? —le pregunto, ya que de todos en la casa la única que no duerme es la vampiresa. —¿Para qué buscas a la humana? Soy suficiente para ti, —murmura. —Kristin, —le gruño. —La vi salir de la mansión… —¡¿A dónde coño se fue?! —gruño enfurecido. —No tengo idea, no le pregunte, —confiesa. Paso de ella para salir corriendo de la mansión, me concentro para seguir
Mia Lennox Su pregunta me toma por sorpresa, sin embargo, ¿Qué es lo que quiero? Tampoco sé la respuesta, ya que lo que deseo es ver a mi familia y tener una vida normal. —Mi familia, —susurro. —Es imposible, te doy cualquier otra cosa menos eso, —responde, el mafioso nunca me dejará ir. Entonces, ¿Qué es lo que quiere? Me pregunto y todas sus insinuaciones llegan a mi cabeza «Don solo desea poseerme» pienso, no hay mejor manera de atormentarlo que privándolo de lo que necesita. —Quiero que me toques, —mascullo y lo escucho gruñir. —Pero solo cuando yo te lo pida, —lo escucho decir algo en italiano. —Debes estar loca, —expresa. —No, solo te doy una posibilidad de obtener lo que deseas, —le digo—Entiendo que si me niego no me tomaras a la fuerza, sin embargo, cuando yo te desee pediré que me toques, —expreso. —Eres una humana muy mala, —dice, me giro un poco para ver su ceño fruncido, me inclino hacia este para pod
Enzo MarchettiCuando Mia se duerme abandono la habitación, por el hecho de que tengo que hablar muchas cosas con Kristin. Debo saber que le dijo la vampiresa y tratar de hacerla entender que lo nuestro no puede continuar. —Kristin, —digo al encontrarla en la sala con una copa en su mano. —¿Ya terminaste de follar con la humana? —cuestiona de manera despectiva. —Mira Kristin, sé que estás molesta por la manera en la que te grite hace rato, Mia me tenía muy preocupado y tú reclamándome… no era un buen momento, —le digo. —La has puesto a ella antes que a mí, —sus ojos se vuelven carmín. —Lo he dado todo para estar a tu lado, ni siquiera te he pedido algo a cambio y de esta manera me pagas, —añade. —Lo siento Kristin, no quería lastimarte, —me duele verla de ese modo. —Claro, nunca quieres hacer nada, ¿Ahora ya tengo un reemplazo? —Pregunta—. Deseas tenerla a tu lado solo porque se parece a ella, nunca pondré luchar contra eso, —murmu
Mia Lennox Sus palabras me provocan mirarlo de manera fija, Don parece no notar que ha dicho algo tan tierno que provocaría que cualquier mujer se enamorara de él. No entiendo cómo puede llegar a ser de ese modo y a la vez tan gruñón, no tiene idea de que a veces no parece un temible mafioso. —¿Debes cuidarme? —pregunto curiosa, él parece salir de su mente. —Claro, eres de mi propiedad, —supongo que tenía que arruinar el momento. —¿Siempre eres tonto? —Humana, respétame, —pide. —Ya veo porque te hice andar de un lado para otro, —dice. —Llamaré al doctor, —se pone de pie, cae su toalla mostrando su redondo trasero. —No sé si debo acostumbrarme a verte desnudo, —le digo mientras cierro mis ojos, ya que el tonto mafioso se gira. —Mi especie es muy superior a la de los humanos, el desnudo no es nada del otro mundo para nosotros, —por un momento pensé que por mi vergüenza terminaría cubriéndose, sin embargo, abrir los ojos es un
En ese momento Mia se sentía muy herida por el rechazo de Don, el corazón de la joven humana late con fuerza en su pecho mientras que lleva su mano hasta esa zona tratando de calmar el dolor. Por las mejillas de la castaña ruedan las lágrimas de desilusión y muy en el fondo hasta llega a comprender como se siente Enzo cada vez que ella lo rechaza. Al principio era divertido para Mia rechazarlo y evitar cualquier contacto con el alfa, ella nunca pensó en las consecuencias, ya que es tan solo una joven humana de diecinueve años y es un dato no actualizado en el expediente que leyó el mayor. Es una joven inmadura para alguien con la edad de Enzo que es un hombre de cincuenta años, aunque su apariencia siga siendo la de un sujeto de veintiocho. La vida de ambos es muy diferente y sus mundos son totalmente opuestos, no es fácil para ninguno llegar a comprenderse, Mia se desliza por la puerta de su habitación mientras tiene su mirada fija en la nada. Ella también
Un año después… —Señor Marchetti, —el hombre deja de mirar su computadora para ver a la señorita Vitale ingresar a la oficina, ella era la secretaria de su hermano antes, le sonríe. —¿Sucede algo? —pregunta, ya que la mujer está a semanas de dar a luz, ella niega mientras toma asiento frente a su jefe, le entrega un informe. —Esta es la información de la persona que me reemplazara durante mis cuatro meses de licencia. —Juro que te voy a extrañar todo ese tiempo, —le dice. —Señor, volveré pronto, —murmuró. —Espero tenga un feliz parto y que todo salga bien, —confiesa. —Enzo también te envía felicitaciones por tu bebé. —Les agradezco mucho a ambos por ayudarme. Donato le sonríe y hace un ademán con su mano para restarle importancia al asunto. La señorita Vitale le dice que mañana a primera hora el reemplazo lo estará esperando y le confiesa que es muy joven, pero que hará un buen trabajo por la preparación que t
Donato MarchettiEl femboy tiembla bajo mi cuerpo cada vez que embisto su dilatada entrada, le gusta y me lo demuestra con sus gemidos, es satisfactorio y muy placentero, ni siquiera lo dejé tocarse e hice que se corra al rozar de manera intencional su punto G mientras lo penetro. Entro y salgo despacio, lo torturo con embestidas suaves sabiendo que no le gusta en lo absoluto, lloriquea mi nombre y abandono su interior, lo hago girar para que follarlo en cuatro y este sumiso eleva su cadera para ser tomado. Su entrada está muy dilatada, roja y sé que esto estará muy hinchado en un par de horas, si acepto seguro es porque no le molesta no poder caminar bien por unos días. Vuelvo a entrar en este y entierra su rostro en la almohada, sujeto su cadera y me muevo suave para enterrarme completo en su interior, siseo entr