Amelia estaba sentada en la sala de espera, aferrada a las manos de su madre, mientras que Charles se quedó en casa para cuidar de Eithan. Amelia No dejaba de gimotear, lloró tanto, que sintió que su pecho se desgarraba de su cuerpo, y el dolor que sentía era indescriptible.—Mamá, se supone que Lucían solamente necesitaría un trasplante de medula, ahora resulta que tiene algo más grave ¿Por qué la vida me trata de esta manera?Eva la abrazó a su pecho y le consintió su cabello.—Hija, no te castigues, eres una mujer muy bendecida a pesar de todas las circunstancias que estás atravesando, lo que le esta pasando a nuestro niño es lo más triste para una madre, su enfermedad afecta demasiado su salud, pero él te tiene a ti, y eres una mujer muy valiente, vas a ver como se pone mejor con el tiempo.—Mamá ¿Y si no es así? ¿Y si mi hijo no resiste?—¡Shhh!… Amelia, no digas eso ni de broma, vas a ver que todo va a salir bien.—Mamá, pero es que Lucían tiene cáncer, la misma enfermedad que a
El medico salió de la habitación, al hacerlo se cruzó con Eva, que aun tenía en sus manos la bandeja con los vasos de agua de hierbas; ella se quedó estática viendo como su hija sufría de manera innecesaria, cuando la solución a todos sus problemas estaba más cerca de lo que se imaginaba.Eva, aclaró su garganta, avisando que ya había llegado.—Mamá ¿Llevas mucho tiempo ahí? —Preguntó Amelia—No hija, escuché un poco lo que dijo el doctor, y aunque las noticias no son tan alentadoras, solamente espero que ustedes logren llevar esta situación en santa paz, deben hacerlo por el bien de su hijo, él es la persona más importante para ustedes en este momento.Maximilien se quedó viéndola, y le recibió la bandeja con las bebidas.—En eso tiene razón señora Hastings, de mi parte le he pedido a Amelia que hagamos una tregua de paz, por lo menos mientras nuestro hijo sale de esta penosa situación.—Mamá, yo he decidido que por ahora se aplaza el tema legal por la visita de los niños, siento que
Amelia se miraba frente al espejo, su rostro estaba pálido y marcado por una profunda tristeza, era la segunda vez que iría al altar sin llevar con ella una pizca de amor, sin embargo, esta vez no huiría de su desgracia, esta vez la enfrentaría con gallardía, pues fue ella quien decidió casarse, nadie la estaba obligando y no era un matrimonio por conveniencia.Se aplicó un toque de rubor en sus mejillas, y trató de tragarse el nudo que estaba en su garganta para contener las lagrimas y evitar que se corriera el rímel de sus pestañas, el veinticinco de ese mes llegó sin darle previo aviso, todo fue tan rápido, que ni tiempo tuvo de retractarse.Sus pequeños estaban listos esperándola en su gran sala de estar, a pesar de que Lucían no estaba en optimas condiciones, esa tarde se veía espectacular, el brillo de sus ojos estaba mas vivo que nunca, y su pálido rostro estaba adornado con un poco de color en sus mejillas.—Mis amores, están hermosos, todos unos caballeros —Amelia se colocó a
Maximilien se bajó del auto dando tumbos, sus piernas le temblaban, estaba consumido por los nervios. Se repetía a cada paso que daba.Todos en la iglesia se quedaron perplejos mirando a la entrada de la iglesia, también Amelia, que cuando vio la lánguida figura de Maximilien asomarse, quiso desfallecer.Billy miró con repudio a su primo, quien estaba interrumpiendo su gran día, los gemelos cuando vieron a su padre, salieron corriendo a su encuentro y le dieron un abrazo.—¡Papi! —gritaron al unisonó—¿Qué está haciendo mi primo aquí? —Preguntó Billy demasiado enojadoAmelia lo miró, pero se quedó sin palabras, sus manos le temblaban, tanto que le fue imposible sostener el ramo y lo dejo caer al suelo ante los ojos enardecidos de su futuro esposo.—Billy no lo sé, tampoco tengo idea de porque interrumpió el matrimonio de esta manera—Padre, continúe con la ceremonia—Ordenó Billy, mientras se agachó para recoger el ramo de Amelia, quien ni siquiera podía musitar palabra.—Muy bien
Después del fracasado matrimonio de Amelia, ella y sus acompañantes se subieron al auto de Charles, en la parte de adelante iba él con su esposa y atrás, Maximilien junto a Amelia y los gemelos, por extraño que parecía, ninguno musitaba palabra, todos iban en completo silencio, aunque no era ese silencio que en general suele ser incomodo, lo contrario, traía consigo la paz que ellos necesitaban. Una media hora más tarde, arribaron a la mansión de Amelia, ella en ningún momento soltó la mano de Maximilien. Charles dejo el volante y dirigió su mirada hacia la parte de atrás. —Bueno, creo que ya fue suficiente silencio, ahora que estamos todos reunidos, quiero saber ustedes dos —señaló con su dedo a Amelia y Maximilien—¿Qué es lo que piensan hacer? Están tomados de la mano, pero no han dicho una sola palabra. Amelia no se casó con Billy, pero no tengo claro su relación —espetó con algo de enojo. —Papá, la verdad es que no hemos podido hablar con Maximilien sobre todo lo que esta pas
Amelia dormía profunda mientras que Maximilien conducía de regreso a la ciudad, él se giraba a verla cada vez que podía y sentía que su pecho se inflaba de amor por tenerla a su lado.—¡¿Qué me ves?! —Amelia entreabrió un ojo, al sentirse observada—Veo que eres muy hermosa y soy un hombre muy afortunado —Maximilien le sonrió—Hum, yo también me siento demasiado afortunada por tenerte ¿Sabes algo Maximilien?—Dime preciosa—Me gustaría que el bebé que viene en camino sea una niña—Amelia acarició su vientre — ¿Tu qué quieres que sea?—Bueno, a decir verdad, también me encantaría que fuera una niña, pues tenemos dos gemelos varones, sería el complemento ideal, pero si es otro niño, bienvenido sea a esta nueva familia.Amelia apenas suspiró, todo estaba pasando tan rápido e inesperado, que ni siquiera podía creer que fuera verdad, ahora les quedaba mucho por recorrer juntos.—¡Es cierto mi amor! Lo importante es que nazca muy bien nuestro tercer hijo, si es niño o niña, es completamente
La reconciliación entre Maximilien y Amelia era un hecho, pero está vez se juraron amarse de una manera incondicional. Ambos llegaron a la mansión de Amelia, mostrando una felicidad interminable, su natural sonrisa, era la fiel prueba de eso, ambos con el corazón inflado de tanta felicidad y convencidos de que este nuevo comienzo sería perfecto.Maximilien miraba a Amelia con ojos de enamorado, su mirada brillaba inmaculada, reflejaba el verdadero amor que sentía por ella. Cuando cruzaron el umbral de su puerta, sus hijos los estaban esperando, Lucían y Eithan se lanzaron a sus brazos, los niños ni siquiera sabían a quien abrazar primero, el amor que sentían por sus padres era inocente y fantasioso, por fortuna para Amelia, el corazón de sus gemelos nunca se vio afectado por el odio y los malos sentimientos de la venganza.—Mi amor, que bueno que han llegado —Eva salió de la cocina, al sentir que los enamorados entraron —¡Hola, mamá! —Amelia se lanzó a su madre y la abrazó como si
Maximilien regresó a su mansión para recoger sus cosas; como Amelia se lo ofreció, iría a vivir con quienes eran ahora su familia, al entrar, Mary estaba sentada en su gran sala de estar, lo estaba esperando.Su rostro estaba desaliñado y su corazón completamente roto, en su mano tenía una copa de vino tinto, la botella estaba casi por la mitad. Pues ella ya llevaba tiempo bebiendo. —Mamá, no sabía que estabas aquí—le dijo Maximilien al cruzar el umbral de su puerta, Mary levantó su mirada y le dio una sonrisa con la comisura de sus labios.—No tendrías porque saberlo mi amor, solamente te estaba esperando, tenemos que hablar Maximilien.—Mamá, quisiera decirte que tengo tiempo en este momento, pero necesito recoger unas cuantas cosas para irme para la casa de Amelia, a partir de hoy voy a vivir con ellos, me están esperando.Mary le tomó la mano, haciendo que él se detuviera, su mirada se lleno de nostalgia, sus ojos estaban llenos de lágrimas y en su garganta tenía atorado el nu