Debía tener la peor suerte del mundo, honestamente.
De todas mis antiguas amante, no podía creer que Bianca fuera la que me encontraría en mi lugar favorito en plena cita con Amaya. Tenía entendido que estaba por fuera, en Italia, viviendo la vida glamurosa de las modelos europeas, pero no, aquí estaba ella jodiéndome por completo la existencia, haciendo que mi esposa frunciera en ceño.
Luego de que Bianca entrase a la cocina, Otto salió a atenderme enseguida y yo no tenía forma de cómo lidiar con la tensión tan grande que se marcaba en el ambiente, era como si se hubiese apagado lo bueno por completo.
—¡Bienvenido, señor! Nos han notificado que ha desposado a una bella mujer —dijo el viejo regordete con zalamería y miró a mi esposa, especialmente el anillo—. Veo que los rumores son ciertos.
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Alessio—Nunca he ido a fiestas, normalmente porque no era muy sociable, soy más el ratón de biblioteca que la aventurera, pero bueno, puedo entender algunos contextos para el resto… Y no, probé alcohol con mi madre para no pasar vergüenza en determinada situación, pero no es algo que haga siempre y si te refieres a hacer cosas interesantes como ir a fiestas de fraternidad, conocer chicos y demás cosas, no… Mis mejores aventuras las tuve leyendo.Sabía que era inocente, pero no tenía ni la más mínima idea de qué tanto hasta ese punto, probablemente vivió tan protegida, tan cuidada en el mundo que solo, sentí que debía hacer algo más que por ella y ponerla a vivir un rato, por lo menos bajo mi vigilancia.—Bueno, luego de ir al fabuloso sitio al que te voy a llevar, iremos a casa y de ahí, te llevaré a un
AmayaLlegamos a casa con los sentimientos a flor de piel.Si apartaba el encuentro con Bianca y no tenía en mente que era la segunda mujer de la que sabía que fue su amante, pudo ser excelente en más de un sentido. ¿Por qué? Era simple de responder…Fue un chico dulceProcuró que estuviese bienFue respetuosoEstuvo atento a cada una de mis accionesSonreía con placer de que lo vieraSonaba ridículo en más de un sentido, no obstante, era un sentido tonto que me tenía en las nubes, tanto como para cuestionarme qué podría ponerme y cómo dejar de ser tan simple, cómo verme llamativa solo siendo yo. Fruncí el ceño y tomé la tableta la para revisar Pinterest en la busca de un outfit, entonces busqué un programa que me ay
Amaya—¿Qué significa esto? —le pregunté.—Indossare il tutto, allegro... Così non si va via così tesi. Solo... Rilassatevi un po'.—Ya me puse alegre con el vino que tomé en la noria —le dije y ella se quedó de piedra con los ojos entrecerrados.—¿Alessio Milano te llevó a una cata de bombones en la noria High Roller? —preguntó con un tono de incredulidad que me sorprendió.—Sí, lo hizo luego de llevarme a un paseo en góndola en el hotel The Venetian al que me llevó después de llevarme a un paseo en helicóptero por el Gran Cañón —dije como si nada y ella sonrió.—No lo puedo creer…—¿Qué es lo que te parece tan increíble? —le cuestioné con el ceño fr
AlessioImaginar que tendría que ver a mi esposa con unos tragos demás no era lo que tenía planeado para esta noche. No obstante, me pareció divertido llevarla al final de todo para que pudiera animarse, bailar, sudar la borrachera y volver a sus cinco sentidos. Era como la mejor de las distracciones, tanto que eso haría que colocar una cara de cachorro que me sacaría la carcajada más perfecta que podría resultar en mi vida.Mue gustaba mucho Amaya, no cabía duda de ello.Estaba animada, más de lo normal, tanto como para acercarse a Octavio y a Enzo y darles latos, que no se veía absolutamente consternado por verla en esa guisa.—Bueno —dijo ella como si quisiere romper la tensión—, entonces dime—, querido maridito, ¿cuándo lleguemos al club encontraremos a todos tus amantes en fila o a irán a
AlessioCon más calma seguimos hasta el local en donde no hicimos fila y subimos al área VIP, en la que teníamos atención personalizada y muy buena, tanto que cuando llegamos enseguida nos dieron una mesa de buena ubicación y una de las camareras se acercó para servir.—Buenas noches, bienvenidos a Lotus, dígame qué desea beber la noche de hoy…—Para mí un whisky en las rocas y para ella agua —pedí con simplicidad y eso hizo que Amaya frunciera el ceño.—No voy a beber solo agua, se supone que vinimos a divertirnos así que… quiero un Cosmopolitan, o no, mejor quiero lo que él pida, así vamos a estar parejos.Era demasiado entusiasta.—Lo que quisieras no va a ser; podríamos estar parejos, pero ya tú estás muy tomada y lo mejor que pued
Amaya—Tú me gustas a mí… Pero tú eres la que decide y no te voy a presionar.Casi me vuelvo un flan luego de eso, me gustaba escuchar cuando él decía ese tipo de cosas porque eran la primera vez que me las decían con un tono bonito, que me hacían sentir especial, que me daban un trato interesante, pero una parte de mi cerebro creía que lo hacía con la intención de engatusarme, de envolverme para algo más. Podría estar ebria en ese momento, mejor dicho, achispada, sin embargo, no era tan imbécil como para comprarme todo el cuento.No era una tonta que se compraba el caso de amor, tal vez sí el del deseo.O bueno, eso era lo que yo pensaba, no obstante, no era algo con lo que mi cuerpo no coincidía porque me sentía arrítmica, con vida, como si la magia me recorriese por completo y con un calor avasallador
Amaya—Son'na josei ni wa nidoto furenaide kudasai.—¿Qué demonios pasa Amaya? —preguntó Alessio que salió de la nada junto con el equipo de seguridad.Traía las bebidas en la mano y maldije internamente por todo el gran desastre.—Este imbécil decidió que era divertido meterse conmigo por mis rasgos asiáticos —expresé con veneno—, y cómo fue tan estúpido como para tocarme sin mí consentimiento, decidí darle una pequeña lección que no olvidará jamás… No si no le dan la atención inmediata para que no haya daño en la mano.Eso hizo que hombre en el piso maldijera su suerte.—Apolo, ¿te has atrevido a tocar a mi mujer? —preguntó Alessio en un tono de voz mortal.Uno que jamás que
AlessioSi no hubiese sido por mi esposa me hubiese quedado a torturar al desgraciado de Apolo con todas las ganas del mundo. Merecía una paliza tan épica, que necesitaba su debida atención. No obstante, Amaya era más importante para mí en ese punto y por lo que sabía, al día siguiente podría darme vida rompiendo los huesos del imbécil con todo el placer del mundo. Después de todo, los soldados lo llevaron a una de las celdas que usábamos para los interrogatorios. Ahí lo dejarían lidiar con el dolor de los daños que tuvo que haberle ocasionado Amaya y ya luego volvería yo a reconstruir la misma sensación con ayuda de mis instrumentos de tortura.Una y otra y otra vez.Era lo más simpático de todo.Pero ahí no estaba mi foco de atención primario, a pesar de la ira que me ocasio