Capitulo 8

Al llegar a casa creí que nada podía ser más raro. Eran las 23:00 y mi madre estaba despierta esperándome.

—Hola hija ¿Cómo estás?—Desde que la ví supe que algo había pasado. Ese tono que usó, me lo corroboró.

—Bien má, salí con unas amigas.—Le dije ya un poco preocupada.

Mi madre tenía una mirada que le delató el llanto reciente. Estaba en su pijama y con pantuflas. Algo muy inusual en ella pues dormía casi siempre sin ropa y desde temprano.

—¿Qué pasó mamá?—Pregunté ya muy preocupada.

—Es tu padre.—Me dijo rompiendo en llanto nuevamente.—Se comunicó conmigo.

—Bueno pues ya era hora que ese señor diera la cara.—A mi no me pareció tan grave el hecho de recibir una llamada de mi padre. Llevaba tiempo sin saber nada de él y no me importaba ya, pero a mi madre por alguna razón le había afectado.—No se por qué aún te pones mal por él.

—No seas dura hija.—Ella siempre lo defendía.—Sabes que el trabajo de tu padre siempre ha sido demandante.

Mi padre, Martin Lírica. Un hombre que según tení
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