Estuve reflexionando sobre el asunto. La idea que me proponía esa mujer era muy buena. Me estaba dando mi pase de salida e incluso podía pedir cualquier cosa. Además se estaba comprometiendo a destruir al enemigo que tanto quería. A cambio solo me pedía el maletín rojo. Aquel que mi padre me había dejado como seguro, quizá era una buena forma de usarlo.Después de un momento pensando en eso, vino a mi cabeza la peor imagen. El matrimonio sabía perfectamente dónde lo habíamos dejado y aunque ellos no podían escaparse para ir por él. La novia de Estaban si que podía. Si lo que me había dicho era verdad, no dudaria en hablar con ellos.Mi boleto de escape estaba por esfumarse al igual que mi posibilidad de irme de ahí.Toqué la puerta con desesperación, necesitaba hablar con Esteban y pedirle que su novia no hablara con ellos.Toqué y toqué con mucha desesperación hasta que uno de los guardias escuchó y fue hacia mi.Abrió la puerta apuntándome con su arma para descartar cualquier posibi
—¿A dónde vas?—Me preguntaron con prepotencia.—Tú no puedes estar aquí, eres una prisionera. Me sujetaron muy fuerte y me llevaron de nuevo a mi habitación. Ahí estuve por varios minutos, caminando como león enjaulado, queriendo salir de ahí. Abrieron la puerta de mi habitación, Esteban entró con una expresión en su rostro que no era nada esperanzadora. Me miró a los ojos con muchas ganas de llorar y me dijo. —Tenias razón, ella se fué... —¿Por qué estás tan calmado?—Le dije a manera de reproche.—¿Qué sucedió realmente? La astuta mujer fingió ir de parte del gobierno aprovechando que los guardias la conocían. Entró dónde la mujer estaba siendo atendida y ella le reveló toda la información. Dejó pasar unos minutos y decidió salir de aquel lugar sin que nadie la viera. Se subió a su automóvil y se fue de ahí. Esteban pudo reclutar esa información con el testimonio de los guardias y a las cámaras de seguridad que la vieron ir con la espía y luego salir sospechosamente
Ahí estaba yo, viviendo la adrenalina al máximo en aquella persecución. ¿Quien diría que estaría persiguiendo a mi novia después de unos meses hermosos de relación, por traición?Sonaba demasiado tonto pero era verdad. Ella había estado jugando conmigo todo ese tiempo.Sus te quiero, sus besos, las preocupaciones, los momentos que pasamos, todo era parte de su plan para estar cerca de mi. ¿Cómo lo supe? Porque la mujer con la que había estado jugando yo, me lo dijo.Ya se que puede sonar un poco karmatico pero yo no jugué con Miriam, al menos no del todo.Desarrollé por ella un sentido de amor que muy pocos entenderían. No estaba seguro de amarla pero tenía los síntomas que se tienen cuando nace el amor.Miriam no era mala mujer, todo lo contrario. Era una persona fabulosa y me lo acababa de demostrar con ese acto de lealtad que tuvo conmigo.A pesar de todo el daño o que le hice, ella había rechazado la oportunidad de irse a vivir a otro país y entregarme al gobierno extranjero. No m
Se quedó en silencio. Me pareció que estaba analizando todo, eso me daba miedo.—¿Mi amor?—Insistí para tener una respuesta.—¿Todo bien?—Si, si, se va la señal.—Me dijo con un tono más normal.—Podrias pedirles que abran el camino, es un poco urgente mi asunto.Miré a todos los que me rodeaban. Estaban muy al pendiente de mis respuestas, me ponían muy nervioso. Sentirse observado comenzaba a ser incómodo.—Ya voy a terminar mis pendientes.—Dije con una gran sonrisa pensando que se me ocurrió una gran idea.—¿Qué te parece si me esperas y te acompaño? Cuando ellos me vean, seguro me dejarán pasar.No supe cuál fue el problema con lo que dije. Para mí era una gran respuesta pero todos los demás se golpearon la cabeza en señal de desaprobación.Supe que en verdad era mala idea en cuanto ella me colgó el teléfono.Sigo sin entender que salió mal de todo eso, pero quedó en el pasado.Después que me colgara regresamos al plan original asumiendo que ella ya sabía que la descubrimos. Teníamos
Técnicamente nosotros éramos lo que íbamos en sentido contrario. Lo habíamos decidido para tomarnos de frente con ella.Venía a gran velocidad igual que nosotros, las únicas formas de frenarla, eran chocandola, pero eso nos causaría gran daño a nosotros también.La otra opción era quedarnos ahí parados de forma diagonal para cerrarle el paso.Está opción la escogió el chofer a petición mía. Se quedó a una distancia considerable justo al centro para impedirle pasar.Le llamé por teléfono, tenía que conversarla de que todo estaba perdido y que tenía que detener el auto.—¿Pero qué estás diciendo Esteban?—Me dijo en cuanto se lo notifiqué.—¡Soy tu novia! ¿Por qué me haces esto?Yo guardé silencio, era claro el por qué lo hacía y ella lo sabía.—Por favor detente.—Insistí interrumpiendola.—Te prometo que te daré el mejor trato posible.Tenia la ilusión de que con esas palabras ella se detuviera.El suspenso nos llegó a todos en cuanto se acercaba. Yo ví todo en cámara lenta, ella no bajó
El deceso de la que para el gobierno seguía siendo mi novia así como la recuperación del maletín, fueron noticias que se esparcieron rápidamente por todo el sistema.Llegó a oídos del líder del partido. En cuanto lo supo, me felicitó por la hazaña. Fue muy sincero cuando lo hizo y eso me hizo sentir mejor.Por fin estaba celebrando una victoria, después de tantos topes y fracasos al fin podía presumir de tener el maletín rojo en mi poder.Al tocarlo, sentí que toqué la gloria pues la satisfacción era muy grande.Al regresar al centro de operaciones, dí la noticia e información acerca de lo que habíamos descubierto.El líder del partido así como todos los demss miembros, se mostraron muy indignados por el ataque reciente del país vecino. No estaban dispuestos a tolerar aquello.Afortunadamente para nosotros pudimos saberlo a tiempo y con las pruebas necesarias pudimos hacer una acusación entre la organización mundial.El país vecino sufrió una sanción muy fuerte así como varias privaci
Una boda, ese evento con el que muchas chicas sueñan en llevar a cabo con el hombre que aman. La mía en específico así sucedería. Esteban me lo había propuesto después de lo que vivimos en aquella dramática historia. Eso había quedado en el pasado, solo unos recuerdos de los que ambos nos reiriamos en nuestras vidas. La alegría que me invadía era inexplicable. Era tal y como lo soñé varias veces atrás. Mi madre estaba ahí, muy cerca y emocionada con el evento. Las pocas personas que conocía llegaron también, no faltó ni uno, eso me alegró demasiada. El evento fue muy privado, solo nuestros conocidos y más cercanos estaban ahí. Lo sentía más por Esteban quien era sumamente popular, aún así, solo decidió invitar a sus amigos más cercanos y familia. Pude notar que la fama se le bajó de inmediato, no sufrió por eso, incluso podría decir que lo disfrutaba. Todo el tiempo tuvo una sonrisa en su rostro, aquella coqueta que me gustaba demasiado. De todo, puedo decir que eso fué lo que
Era una limusina bastante grande y con mucho espacio por dentro. Los lujos que en ella estaban solo los había visto en las películas. Los asientos eran tan suaves que podría haberme quedado dormida… si no fuera porque me habían secuestrado en ella. Unos tipos con traje y lentes obscuros se acercaron a mí diciendo que el presidente me estaba esperando en su casa. ¿En verdad pensaron que yo iba a creer eso? Por supuesto que no, así que traté de ignorarlos e irme de ahí pero fueron tan persistentes que insistieron en llevarme con ellos. Me cerraron el paso justo en aquel parque que para mí desgracia no estaba tan transitado. Solo un par de niños pudieron ver el evento pero poco pudieron hacer. Esos hombres trajeados se tomaron muy en serio su papel y me subieron tan rápido que no pude reaccionar. —No queremos que se sienta cautiva.—Dijeron al ver mi cara de desesperación.—Pero tenemos órdenes de llevarla y si se rehúsa tendrá que ser por la fuerza. Poco pude hacer ante aquello, tuv