Cuando llegué a ella, lo primero que hice fue abrazarla, girarla y comunicarme con el secretario a manera de señas. Él entendió perfectamente lo que estaba pasando y decidió delegar su misión actual para cerciorarse de que Miriam no saliera de aquella habitación hasta que yo lo solucionara.Cuando lo ví marchar me sentí más tranquilo y la abracé de una forma más amorosa, como ella se lo merecía. No tardé mucho en darme cuenta que donde estábamos podía verse la ventana de la habitación donde Míriam estaba.En buena hora le había otorgado la mejor habitación con una vista ideal hacia el terreno.—¿Por qué estás aquí mi amor?—Le pregunté dulcemente para no levantar sospechas.—¿No sabes la situación en la que estamos?—Por ti yo tomaría todos los riesgos.—Me dijo dejándome helado. ¿Qué podía yo contra decirle en aquella acción romántica?—Además tú mismo me dijiste que la batalla había terminado ¿no es así?—La batalla terminó pero el peligro continúa.—Respondí pensativo.—Aún hay muchas co
Ahí estaba yo, conduciendo a máxima velocidad por aquella carretera. Me podia dar el lujo de hacerlo ya que no había tantos carros y el camino era todo recto. Las curvas peligrosas las había dejado atrás y ahora solo deseabas deslizarme para olvidarme de todo. Había escuchado una vez que era muy buena terapia conducir y vaya que era cierto pues sin intención, me dejé llevar por aquel camino.El auto ayudaba mucho, era tan moderno, tan fácil de manejar, que era difícil no caer seducida ante sus encantos.Tenía un estéreo, la radio local no sonaba, la señal se perdía, sin embargo, dejaron puesta una USB con música, era muy buena selección así que el chofer se llevaba un punto por eso.El aire acondicionado también era una gran ventaja, hacía demasiado calor y recibir esa briza fría controlaba todo mi sistema. Los asientos eran tan cómodos qué podía descansar en ellos. Tenía un sensor de movimiento, el cual me hacía más sencillo estacionarme si es que en algún momento planeaba hacerlo. E
Después de girar varias veces estando a la defensiva, me tranquilicé al ver que nadie iba tras de mi.En ocasiones los ruidos de ese lugar podían confundirse con algunos hechos por humanos. Tardé en acostumbrarme a ellos para no sentir ese temor. Mismo que no desapareció del todo.Sabía que tenía que irme de ahí inmediatamente y escapar, pero ¿A dónde lo haría?, ¿qué lugar me podría dar una mejor protección que donde estaba?Fueron preguntas muy difíciles de responder y más cuando eres una persona vigilada por todo el gobierno. Era un hecho que no se los daría, pero tampoco podía esconderme ahí por siempre.Mis dos opciones eran dárselo a alguien que le diera un buen uso. La otra era simplemente desaprecerlo como hasta ahora había estado.La curiosidad por leerlo me ganó, aunque sabía que debía irme de ahí lo antes posible, no lo hice. El maletín tenía una atracción impresionante o tal vez mi curiosidad era en verdad muy grande.Lo que hice fue alejarme un poco del punto donde lo habí
Conforme el tiempo pasó, el ruido se hizo más intenso, tanto porque se acercó y porque no era uno, si no varios vehículos.Me quedé ahí, muy cerca para poder monitor sus movimientos y así encontrar el momento ideal para salir de ahí.Ví llegar a varios cuatrimotos, de esas ideales para el terreno en el que estábamos. Debió costarles mucho menos trabajo llegado ahí que a mí.Se veían muy modernas, distintas a las. que había visto en campamentos o salidas de paseo. Estas parecían robots andantes, unas que traían localizador y radios, cosas muy modernas a las cuales unos pocos tenían acceso.Los hombres que se bajaron tenían muchas similitudes con los que trabajaban para Esteban, así que entendí que venían de su parte.Pude reafirmar esto gracias a que llegaron directos al auto y no a mí. Supe entonces que le habían colocado un rastreador o algo así. Estaba claro que Esteban no me iba a dejar hacerlo sola. Nuevamente había caído en una de sus trampas. Había guiado a aquellos hombres hast
Se extendió diciendo que a raíz de la guerra, su trabajo se veía comprometido pues el gobierno iba a entrar en una etapa en la que no permitiria la crítica en su contra pues lo consideraría un acto rebelde. Era su obligación a toda costa evitar otro movimiento.Después el hombre se centró en el presidente. Esteban salió de su boca y no como un asunto prudente. Lo atacó diciendo que era solo un títere y un estúpido. Y aunque yo pensaba lo mismo, salió en mi ese orgullo enamorado que lo defendió.Ahí notaron que yo tenía una fascinación por él. No lo defendí como una fanática si no como una mujer enamorada. Algo que me trastornó la mente más de lo que ya la tenía.La conversación se volvió turbia. Me miraron muy feo que casi podía jurar que me echarían de su carro. No me podía arriesgar a eso, ¿Qué carajo me pasaba? Tenía la oportunidad perfecta para hacer lo que quería, poner fin a todo pero algo me detenía... ¿Amor?, ¿en serio esa sería la justificación de mi mente para no destruir a
Desafortunadamente para mí, no hubo más tiempo para tener una respuesta.Nos vimos involucrados en una persecución. Varios autos salieron de la nada y comenzaron a seguirnos.Tardamos algunos segundos en reaccionar, se nos hizo muy extraño que alguien nos siguiera, pensamos que solo estaban pasando por ahí, pero al ver su agresividad nos dimos idea que no era normal.—Uno de ellos salió del monte.—Aseguró la copiloto muy nerviosa.—Seguro nos estaban esperando.Mi mente comenzó a creer que me estaban siguiendo a mi. Estuve a punto de confesarles todo y pedirles que me bajaran para que no se metieran en más problemas.Pero sus palabras interrumpieron mis acciones, ellos estaban confesando sus acciones.—Se dieron cuenta muy rápido.—Dijo él maniobrado para escapar del auto que ya estaba a nuestro costado.—¿Cómo nos encontrarian?La feliz pareja se vió sumida en la desesperación total. El miedo se apoderó de ellos a tal manera que me lo contagiaron a mi.Solo miraba hacia atrás para ver e
—Sigo preocupada por esa mujer.—Me dijo mi novia cuando estábamos a punto de llegar a la ciudad.—Los caminos son muy peligrosos aún, no debió quedarse ahí.—Hay otros problemas más importantes.—Le dije seco.—Como bien dices, el país aún está en peligro.Tuve que disimular ante ella que no me preocupaba, en el fondo seguía interesado en Miriam.Con la presencia de mi novia ahí, me quedó claro que el destino me estaba obligado a decidír entre algunas de las dos. Sin duda una decisión más difícil que todo el problema en el país.Llegamos a la ciudad donde ya nos esperaban todos los políticos que habían sido convocados.También estaban los generales y el ministro de guerra quienes estaban a cargo de regresar al país su tranquilidad.Me recibieron con los honores que me merecía, el buen trato seguía.Las buenas noticias llegaron en la reunión, se me notificó que los rebeldes habían sido capturados en su totalidad y que no había más campamentos en pie.Podríamos decir que la guerra se había
El plan era ir a la capital para instalarnos y desde ahí hacer un nuevo plan.Mi novia entró a la habitación para ofrecerme consuelo. Nunca la había visto tan desatenta con su trabajo, ahora solo se entregaba a mi.Tenía unos deseos muy grandes de hacerla mía y estos aumentaban cada vez que la veía.Me sentía muy frustrado por no poder saciar mi apetito con ella.—He escuchado lo que sucede.—Me dijo mientras se sentaba en mis piernas sin importarle que la vieran. Al parecer también tenía deseos fuertes.—¿Qué piensas hacer?—¡Qué rápido corren los chismes!—Exclamé molesto. —Por ese motivo es que el enemigo conoce las estrategias.—No los culpes, con la guerra se han puesto nerviosos.Ella tenía razón, la guerra era algo que había cambiado a todos, incluído a esos hombres extranjeros que deseaban apoderarse del país.Tenía que hablar yo mismo con los otros presidentes, tener muy claro quienes seguían siendo mis aliados y quienes no. Era como un inventario antes de la sequía para saber c