Elevó su mirada cuando tocaron la puerta de su oficina, pronto la misma se abrió y solo pudo pasar saliva encontrándose con los dorados ojos de Preston Harrington quien la puso de pie. Cuando llegó él no se encontraba, ha tenido el corazón agitado desde que pisó la empresa y no sabe que decir o hacer en realidad, pero su mirada se desvió a la elegante mujer que ingresó tras Preston.

Tuvo que dibujar una sonrisa serena y amplia para Judy quien llevó hasta donde ella un vaso de café helado y un sándwich que olía muy bien. Sin dudarlo Verónica abrazó a la elegante y madura rubia quien lucía casual, como no había llegado a la empresa, pero posó de nuevo su mirada en ella cuando la mujer le acunó el rostro.

—Hola querida, te traje un s&aacut