Charlotte estaba sumamente nerviosa, ese día iría a la oficina del señor Walter después de que saliera de la universidad. Al fin ella había aceptado ser la niñera de su hijo hasta que uno de los dos se cansará del otro. Estaba que se comía las uñas después de que había firmado el contrato. Ya las clases habían pasado, ella y Nadia estaban en su dormitorio, para verificar lo que Charlotte había firmado.— Bien, según esto, lo que has subrayado —tomó la hoja entre sus manos—. Debes estar muy al pendiente del niño, nada de andar mirando a otro lado. Si algo le pasa a Michael tendrás que ir a la cárcel por incumplir el contrato— enumeró Nadia, riéndose de lo último que escribió su amiga.&m
Llegaron a lo que parecía ser la casa del alfa, y a duras penas ella podía con su corazón palpitante, no entendía del todo que estaba sucediendo con ella. Sin embargo, quería estar con ese hombre a como diera lugar. Damián se notaba que era uno de esos alfas dominantes que con solo mirarte, ya te tenía a sus pies, ella estaba segura de que caería por él.— Mi hijo se encuentra con su nana temporal —informó el alfa, mirándola—. Quiero que estés consciente de que posiblemente se asuste o no quiera verte, pero es un buen chico y tú debes estar muy al pendiente de él desde ahora. ¿Estamos?— Sí, supongo que es momento de conocerlo más a fondo a su pequeño retoño —sonrió nerviosa—. No pude agr
Charlotte se quedó mirando un momento las hojas que tenía en frente, luego a la profesora sin entender del todo que se suponía que debía estar haciendo. Sin embargo, ya estaba lista para irse a su dormitorio, cambiarse de ropa e ir a buscar al pequeño ser que ahora le decía mamá.No iba a mentir al decir que estaba emocionada, tendría que trabajar dé a gratis por culpa de lo que le pasó a su padre antes.El señor Walter era un hombre hermoso, y aunque no había tantas fotos de él con su hijo en los medios, entendía sus razones.— Estás perdida en tu mundo —dijo su amiga chasqueando los dedos—. ¿Qué es lo que pasa contigo?— N
Damián miraba a su hijo postrarse más apegado a esa humana. Ni con sus otras niñeras era de ese modo, antes le decía que los humanos eran asquerosos por su olor, en cambio, con esa chica todo era diferente, hasta la amaba y le decía mamá.Charlotte era su mate, su lobo se lo estaba reprochando y más porque no estaba dando todo de él para acercarla y decirle todo. Ella era joven, hace poco salió de una situación y él se aprovechó de eso para supuestamente pagarle la operación a su padre.— No tenía idea de que te pasarías viendo las cámaras de tu casa —dijo su amigo sentándose a su lado—. ¿Te gusta tanto esa chica?— No, las humanas no son lo mío —respondi&
Charlotte movió su cabeza de un lado a otro, mirando toda la situación. Estaba con Michael en su casa, recogiendo todo el desastre que se había convertido su habitación, puesto que en poco tiempo debían de ir a la escuela de este para una reunión que había. Michael, bajo ninguna circunstancia, aceptó que su padre fuera o que alguno de los sirvientes lo hiciera, debía de ser ella a como dé lugar. — ¿Ya tienes todas tus cosas? —le preguntó al pequeño, y este asintió—. Vamos, debemos llegar temprano. — ¿Mi papá no vendrá? —preguntó el pequeño hacia la chica, y ella negó con la cabeza—. Quiero que él vaya. — Antes habías dicho que no querías que él fuera, ahora no puedes venir a decir que es eso lo que quieres —dijo con serenidad—. No puedes estar cambiando de opinión cada vez que quieras. — Lo siento, mamá. No creí que te ibas a enojar por eso… — Michael —tomó el rostro del pequeño entre sus manos—. No soy tu madre, únicamente soy tu niñera y es por un tiempo nada más. Debes entend
La chica se quedó en silencio, escuchando las palabras del alfa. Se calmó luego de unos minutos, y la llamada terminó. Su voz la calmaba tanto, ¿era de ese modo que se sentían los destinados por la luna? ¿Y si su corazón le estaba jugando una mala pasada?Damián era bueno con las palabras, en ese momento entendió por qué Michael también lo era.Le tomó un par de fotos al pequeño y se las mandó al alfa para que estuviera al tanto de todo. Dejó que el pequeño fuera al escenario y ella se marchó con sus cosas, volviendo a escuchar los comentarios con doble sentido que la estaban molestando.Usaba abrigos por esa misma razón, ropa holgada y ni hablar de que andaba con la cabeza agachada. Eso de andar en busca de un alfa era algo que se encontraba en un segundo plano. Era una humana y a duras penas se levantaba en las mañanas. Escuchaba a las chicas de la universidad decir que los alfas eran tipos poderosos, de buena clase social y ella no lo era o mucho menos lo sería.Michael se veía muy
Su hijo volvió a lo mismo, a dejarlo con el habla en la boca. Tanto atrevimiento en un solo ser era una cosa bárbara, ¿lo peor? Es que no tenía ningún derecho en decirle algo, ya que era su culpa que fuera de ese modo. Menudo niño que se pasaba la vida entera molestándolo.— Bueno, creo que hasta llego yo…— Iremos a comer —le informó al chofer para que los llevara a un restaurante—. Aún no es tu hora de salida, permíteme invitarte a comer algo para que dejes salir el mal momento que mi hijo y yo te hemos hecho pasar.— Ya le dije que no es necesario que se tome tantas molestias conmigo —dijo la humana encogiéndose de hombros—. No volveré a la escuela de Michael nuevamente y uste
Damián cargó a su hijo con algo de esfuerzo hasta donde se encontraba la mesa de ellos. — Mamá —Michael llamó a Charlotte—. Eres hermosa. — ¿Qué? — Que eres hermosa —repitió el pequeño extendiendo las manos hacia ella—. Por eso quiero que seas mi verdadera mamá. — No puedo hacer eso, tu papá ya encontrará a alguien y recuerda que únicamente soy tu niñera… — Dile que ella será mi mamá para siempre —le ordenó Michael a su padre y este negó con la cabeza—. Es una orden papá. Tienes que cumplirla porque yo lo digo. — No lo haré porque me lo pidas —dijo su padre serio—. Eres mi hijo, y si ella no quiere seguir con este juego que tienes no la podemos obligar —dijo completamente se