Damián devoraba los labios de la humana con fervor, su lengua exploraba cada parte de la cavidad bucal de esta. Charlotte tenía sus manos en el cuello de Damián para profundizar el beso. Tomó las caderas de la chica para levantarla y que ella colocará sus piernas en la cintura de él. Comenzó a caminar, pero antes cerró la puerta con seguro para que nadie los interrumpiera.
Llegó al escritorio, donde tiró todo lo que estaba en este, para colocar a Charlotte sobre este. Se despegó de sus labios para mirarla a los ojos. Esa mirada en sus ojos que tanto había extrañado y que ahora la tenía para él.
«Trátala bien, nada de ser brusco con ella si no quiere»
«Estoy haciendo todo lo que mi h
— Esa mujer te está sacando de tus casillas —dijo el hombre, que estaba sentado frente suyo.— Bastante, solo la dejó viva porque me informa sobre de Damián solo por eso.— Damián al principio no me creyó cuando le dije que habías muerto. Le expliqué cómo moriste y luego no lo dudo —expresó el otro riendo.— Típico de él. Hablando de negocios, ya tienes lo que te pedí, ¿cierto? —colocó sus manos sobre el escritorio.— Sí, esta noche llegan las nuevas, solo que hay un problema, una de ellas es una omega de una de las familias más ricas de este lugar, tiene dieciocho años y no ha parado de maldecir desd
— No, déjame por favor —suplicó Charlotte, y ese hombre negó riendo.— No te dejaré, ahora eres mía, tu querido Damián no podrá salvarte —dijo él volteando a la humana boca abajo y Charlotte lloró con más fuerza.— Te lo suplico, déjame.— ¡Charlotte, tienes que despertar! —gritaron, cerca de su oído y abrió los ojos.— Damián, no puedo —lo abrazó.— Ya, estoy aquí contigo —el alfa tensó el cuerpo al sentirla tan débil, sus pesadillas, por lo que estaba viendo, eran horribles y ella apenas era una chiquil
Tomó los extremos del cinturón de Damián y lo desprendió del pantalón, luego lo desabotono y los bajó, juntó con el bóxer, pero antes quitó los zapatos para después dejarlo desnudo frente a ella. Miró el pene de Damián y casi se cae al ver lo firme que estaba, pasó su lengua por sus labios antes de acercar su rostro. Metió todo lo que podía en su boca, con la ayuda de Damián pudo meter una gran parte de este, pasaba su lengua por la punta y eso hacía que él perdiera la cabeza y gimiera alto.— ¡D-Dios mío! —gritó lleno de placer. No recordaba si se había sentido así cuando utilizaba su mano para darse placer.Damián estaba sumamente sorprendido con Charlotte, por lo que estaba haciendo
Michael estaba llorando, porque sus padres lo habían estado ignorando tanto que según él, su corazón dolía mucho, quería tenerlos cerca, sin embargo, estos parecían estar de luna de miel a tal punto de que él quería matarlos por dejarlo de lado. Era su hijo, el niño favorito y ellos estaban haciendo cosas que él no entendía bien.— ¿Está todo bien, cariño? —le preguntó a Michael, en cuanto bajaron del auto—. Te noto algo enojado.— ¿Ahora soy tu cariño? —hizo un puchero—. Pensé que solo querías a mi papá, porque ahora siempre estás con él.— No, solo que me está ayudando a recuperar mis recuerdos, Michael &mda
Pasaron algunas horas, antes de que él se volviera a encontrar con Nick, puesto que él estaba enojándose y desquitándose con sus empleados. Fue viendo las cámaras de seguridad, esa niña se escapó con tanta facilidad que hasta parecía una broma o un programa barato que daban en la televisión.— Ya hice lo que me pediste —Nick se sentó frente a Harry.— Me estoy imaginando la cara triste de Charlotte y la de Damián, consolándola, que dentro de unos días estará con otro dueño —explicó, con una sonrisa de maldad.— Cuando lo llame parecía que Charlotte estaba con él. Se escuchaban movimientos, pero si es así para este momento ya Damián no estará
— ¿Se supone que tengo que pasar todo el día sentada, sin un poco de acción? —inquirió Charlotte en el suelo, haciendo un puchero, y Damián abrió los ojos como platos—. No me mires de ese modo, con razón Michael piensa que ya no lo quiero.— Creo que he sacado la bestia dentro de ti —dijo el alfa, encendiendo la laptop—. Michael te seguirá amando sin importar lo que suceda, es un niño inteligente y tú eres su madre.— Pero esta bestia te encanta —río Damián—. Es que mi hijo es la cosita más inteligente de todas.— Sí, Charlotte, lo que tú digas —acarició su cabeza.— Señor. Es
Tres meses después.Los días pasaron volando, y también las semanas y por fin habían pasado tres meses. Ella ha estado tratando de recuperar sus recuerdos de hace un año y medio, sobre todo, intenta que todo vuelva a hacer como era antes de su secuestro. Por otro lado, Damián se siente frustrado, ya que está igual o peor que Charlotte desde la muerte de su padre, siempre intenta que recuerde cosas de su pasado, pero lo más importante de todo es que lo recuerde a él. También que no le oculte ningún secreto, porque desde hace un tiempo ella sale por las tardes después de clase para ir a verse con un extraño que se llama Edward. Charlotte pasa más tiempo con él, que con la misma Nadia o Damián.James y Nadia están más que felices. Al fin él decidió dar el primer paso y le propuso matrimonio y ella más feliz aceptó.Estaba Sasha, la chica de ahora diecinueve años intentando continuar con su vida «normal» en la escuela, por suerte sus amigos le creyeron que había sido secuestrada solo para
— Señor, ¿Aún está enojado conmigo? —preguntó Charlotte, saliendo del baño con el pijama y el collar que siempre tiene en cuello.— No estoy enojado contigo, solo déjalo pasar —el alfa se dio la vuelta—. Es con Michael con quien tienes que hablar, no conmigo.— Claro que lo está. Si no fuera así no me estuviera dando la espalda cuando estoy hablando con usted, eso es de mala educación.— Ya te dije que dejes las cosas por las buenas y ya —advirtió aún de espalda.— ¡Y yo le dije que no! —gritó, y Damián se dio la vuelta, enojado—. No se atreva a meter a Michael en esto, porque no tiene nada que ver.— ¿Cuál es la regla siete Charlotte? —preguntó, agarrándola del brazo.— Jamás levantarle la voz a mi amo, y tampoco faltarle al respeto —susurró—. Es que me estás ignorando y me siento mal, en verdad.— Es mejor que te duermas, ya que mañana tienes que ir a la universidad.— Eso ya lo sé. Pero eso no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando —Damián solo pudo rodar los ojos.— Sí,