Damián despertó al oír a su despertador sonar a sí que lo apagó de mala gana, pero vio una cabellera castaña en su pecho y un brazo que lo tenía muy bien sujetado de la cintura como si no quisiera que él se vaya de su lado. Río con gracias, ya que a lo mejor Charlotte lo llamó la noche anterior y él no despertó, por eso ella una vez hizo cambio de roles, y aprovechó que tenía el sueño pesado.
Acarició su cabello con suavidad, recordando los buenos momentos que pasó con Charlotte. Cuando la conoció, aceptó ser la niñera de su hijo, sin saber que había segundas intenciones, cuando le quitó la virginidad y supo que tenía que tener mucho cuidado con ella, y cuando le dijo que lo amaba.
De alguna
Por más que trató de prestar atención en el trabajo, Charlotte se la estaba poniendo difícil.Su hijo lo llamó minutos antes de que si no lo llevaba con su madre de regreso, iba a matar a uno de los niños de la escuela, porque estaba harto de estar en clases, comer, dormir y volver a la misma rutina de siempre.Era un alfa, es más que obvio se iba a imponer.— Dime —contestó Damián, irritado.— Señor Walter, lo busca el oficial Jonás —comunicó Clara, por el teléfono, ya que lo tenía en altavoz.— Sí. Dile que pase —mandó, soltando un suspiro y colgando el teléfono.
Charlotte despertó por unos golpes que sonaban en la puerta, así que abrió los ojos con pesadez y bufó. — Está abierto — se sentó en la cama, pasándose las manos por el rostro.— Ya tienes que ir a la universidad —dijo Damián, entrando—. Yo te llevaré hoy —anunció, ajustando su corbata, y Charlotte asintió.— Está bien, gracias —se levantó de la cama.— Te espero abajo —salió de la habitación y ella quería que Damián le diera un beso, solo uno.Se dio una ducha, escuchó que la puerta estaba abierta, por unos minutos pensó que se trataba de Damián, pero él no entró al baño y los pasos que escuchaba en el piso, eran delicados, hasta que ya no escuchó nada. Movió su cuello, contando hasta diez por si alguien entraba, gritar y matarlo. Primero su vida antes que la de cualquier persona. Envolvió una toalla alrededor de su cuerpo, salió del baño y se encontró con un niño, el cual tenía los brazos cruzados y la misma mirada de alfa dominante que tenía su padre.— Mi papá me dijo que no tie
— ¿Ya se va, señor? —preguntó uno de sus trabajadores. — Sí, ya me voy —respondió Harry—. Nos vemos en la noche, tengo cosas que resolver —cerró la puerta. Tomó las llaves de su auto alquilado, ya que ni podía tener uno propio en ese momento. Llegó al parque donde estaría, la inocente Charlotte esperándolo en el mismo lugar de siempre y no se equivocó en lo absoluto, puesto que estaba sentada en la misma banca de siempre. Desde que regresó, lo primero que había hecho era investigar todo sobre ella, para no perderla de vista, todo estaba saliendo tal y como quería. — Hey...—saludó abrazándola, y aspirando su olor. — ¿Qué tal? — Estoy bien, ¿y tú? —preguntó fingiendo interés. — Estoy bien, hasta ahora —sonrió la humana. — Aún no voy a dejar de decirte que eres muy hermosa —acarició el rostro de Charlotte. — Gracias. ¿Te puedo hacer algunas preguntas? —preguntó tímida. — Sí, hazla sin miedo —se encogió de hombros. Tenía que mostrarse lo más interesado posible en las cosas que el
Damián devoraba los labios de la humana con fervor, su lengua exploraba cada parte de la cavidad bucal de esta. Charlotte tenía sus manos en el cuello de Damián para profundizar el beso. Tomó las caderas de la chica para levantarla y que ella colocará sus piernas en la cintura de él. Comenzó a caminar, pero antes cerró la puerta con seguro para que nadie los interrumpiera.Llegó al escritorio, donde tiró todo lo que estaba en este, para colocar a Charlotte sobre este. Se despegó de sus labios para mirarla a los ojos. Esa mirada en sus ojos que tanto había extrañado y que ahora la tenía para él.«Trátala bien, nada de ser brusco con ella si no quiere»«Estoy haciendo todo lo que mi h
— Esa mujer te está sacando de tus casillas —dijo el hombre, que estaba sentado frente suyo.— Bastante, solo la dejó viva porque me informa sobre de Damián solo por eso.— Damián al principio no me creyó cuando le dije que habías muerto. Le expliqué cómo moriste y luego no lo dudo —expresó el otro riendo.— Típico de él. Hablando de negocios, ya tienes lo que te pedí, ¿cierto? —colocó sus manos sobre el escritorio.— Sí, esta noche llegan las nuevas, solo que hay un problema, una de ellas es una omega de una de las familias más ricas de este lugar, tiene dieciocho años y no ha parado de maldecir desd
— No, déjame por favor —suplicó Charlotte, y ese hombre negó riendo.— No te dejaré, ahora eres mía, tu querido Damián no podrá salvarte —dijo él volteando a la humana boca abajo y Charlotte lloró con más fuerza.— Te lo suplico, déjame.— ¡Charlotte, tienes que despertar! —gritaron, cerca de su oído y abrió los ojos.— Damián, no puedo —lo abrazó.— Ya, estoy aquí contigo —el alfa tensó el cuerpo al sentirla tan débil, sus pesadillas, por lo que estaba viendo, eran horribles y ella apenas era una chiquil
Tomó los extremos del cinturón de Damián y lo desprendió del pantalón, luego lo desabotono y los bajó, juntó con el bóxer, pero antes quitó los zapatos para después dejarlo desnudo frente a ella. Miró el pene de Damián y casi se cae al ver lo firme que estaba, pasó su lengua por sus labios antes de acercar su rostro. Metió todo lo que podía en su boca, con la ayuda de Damián pudo meter una gran parte de este, pasaba su lengua por la punta y eso hacía que él perdiera la cabeza y gimiera alto.— ¡D-Dios mío! —gritó lleno de placer. No recordaba si se había sentido así cuando utilizaba su mano para darse placer.Damián estaba sumamente sorprendido con Charlotte, por lo que estaba haciendo
Michael estaba llorando, porque sus padres lo habían estado ignorando tanto que según él, su corazón dolía mucho, quería tenerlos cerca, sin embargo, estos parecían estar de luna de miel a tal punto de que él quería matarlos por dejarlo de lado. Era su hijo, el niño favorito y ellos estaban haciendo cosas que él no entendía bien.— ¿Está todo bien, cariño? —le preguntó a Michael, en cuanto bajaron del auto—. Te noto algo enojado.— ¿Ahora soy tu cariño? —hizo un puchero—. Pensé que solo querías a mi papá, porque ahora siempre estás con él.— No, solo que me está ayudando a recuperar mis recuerdos, Michael &mda