Benedikt Cuando Ana me confiesa que ella no respondió mi llamada la sangre se me hiela y temo lo peor ante el hecho de que ahora el Coronel Damien Pavlov sepa la verdadera identidad de esa mujer con la cual ha compartido más que solo momentos robados. Le ordeno salir de ahí y después instruyo a nuestros hombres para que lleven a cabo una misión de vida o muerte, salvar a La muñeca de Bratva, de una muerte inminente. Cuando nuestros hombres me informan que salieron del departamento sin ningún contratiempo, permanezco en la estancia dando vueltas, esperando que todos lleguen a salvo. Miro mi reloj y cuando me percato de que tienen más de media hora de retraso comienzo a ponerme nervioso, temiendo lo peor. Estoy por salir a buscarla por mi cuenta cuando el motor de varias camionetas me anuncia que por fin han regresado, espero a que Ana traspase el umbral de la puerta y es que me permito respirar con tranquilidad, por lo menos de momento. Cruzo unas cuantas palabras con ella y cuan
Damien Después de permanecer unos minutos en mi auto tratando de controlarme para no regresar al departamento de Ana y asesinarla, decido visitar a Yasha para pedirle un consejo.Bajo de mi auto y en cuanto estoy frente a su departamento corro hacia el ascensor, golpeteo el piso con mi zapato hasta que por fin nos detenemos en su piso y antes de que las puertas se abran por completo salgo corriendo.Toco a su timbre y como no abre, vuelvo a tocar otras dos veces sin esperar entre una y otra.—¡Ya voy! —grita la mujer del otro lado de la puerta y por su tono de voz sé que está molesta.Abre la puerta y cuando veo su rostro, su ceño fruncido se relaja al instante.—¿Qué sucede Damien? ¿Está todo bien?—Sí, lo siento Yasha, es solo que… necesito hablar con alguien —musito, arrepentido de mi arrebato de locura y de haber venido precisamente con ella.—¡Adelante! Te ves mal, ¿estás seguro de que te encuentras bien?—Sí, aunque creo que lo mejor es que me vaya —respondo dando un paso atrás
Damien Observo como Ana sale de su despacho dejando mi cabeza hecha un caos con todo lo que me ha confesado, sin embargo, esa parte testaruda de mi ser se resiste a creer que todo lo que ha dicho, la mujer más peligrosa que ha visto Rusia en los últimos años sea verdad, simplemente me es imposible creerle. Es inconcebible que nosotros, que siempre luchamos por defender a nuestra gente, seamos parte de algo tan ruin. Un tanto reacio aprieto la carpeta entre mis manos y con mucha dificultad me levanto de mi asiento, salgo del despacho y al instante sus hombres me apuntan con sus armas, continúo mi camino y antes de salir escucho los sollozos de Ana, así como las palabras de consuelo que le da su amigo, levanto la mirada y cuando estoy por subir sus hombres me clavan su arma en la espalda, así como otros dos me cierran el paso. —Ni se te ocurra ir a otro lado niño bonito, será mejor que te largues antes de que la jefa decida acabar con tu vida, aunque no me disgustaría acabar con otr
Anastasia —A veces aún recuerdo cada detalle de lo que sucedió ese día y siempre me causa el mismo dolor y sufrimiento, es una pesadilla constante de la cual no puedo salir, mientras que otras veces es como si tuviese un velo que cubre mis ojos y solo puedo recordar unos cuantos fragmentos —comento pasando de largo y evitando mirar a Damien a la cara. »Cuando mis padres me vendieron a ese burdel, yo no sabía lo que sucedía, estaba tan temerosa que no quería despegarme de mi madre, bueno, si es que se le puede llamar de esa forma a la mujer que te trajo a la vida, pero que también hizo de tu vida un infierno solo por unas cuantas monedas. Ni los animales son capaces de eso con sus crías, muchos de ellos dan su vida, en cambio, a mí me sacrificaron como un vil trozo de carne. Flashback —¿Ea este virgină (es virgen)? —inquiere la mujer mirándome de arriba abajo como si fuese un vil objeto. —Sí, aún lo es. —Es demasiado joven, su cuerpo aún no se desarrolla como debería —comenta la
Damien Durante más de media hora escucho el relato de Ben, sintiendo como mío el dolor con el cual narra cada una de las cosas que presenció hace años, tratando de imaginar el sufrimiento por el que tuvo que pasar una Ana bastante joven a manos de seres despreciables; pero nada me prepara cuando la misma Ana me cuenta con ciertos detalles como esos infelices le desgraciaron la vida. Cuando estoy por acercarme a ella, Ben nos interrumpe, por lo que permanezco en mi lugar, observo como Ana saca algo de uno de los cajones de su escritorio y antes de salir se los entrega a su amigo. —Es momento de marcharnos —murmura su amigo. —Te espero afuera. Entrégale la información que conseguimos de sus padres. —¿A dónde van? ¿A qué información te refieres? —la cuestiono dando un paso al frente. —Este lugar ya no es seguro y además ya no confío en ti. Te haré un último regalo, son las pruebas que has estado buscando sobre el asesinato de tus padres. —Seamos honestos, Ana, tú nunca confiaste
Dunyasha Recuerdo la primera vez que vi a Damien en la academia militar, simplemente mi corazón se paralizó y supe que siempre amaría a ese hombre. Desde lejos lo observaba y algo que me enamoro de él fue la forma en que trataba a todos, siempre era gentil; pero también de carácter fuerte, tal como lo sería un buen líder de pelotón.Con los años nos volvimos amigos y compañeros de trabajo, hasta que después de convivir por tanto tiempo, nuestra relación avanzo a algo más que simples compañeros. Muchas veces me entregué a él no solo en cuerpo, también en alma, pero lamentablemente lo que no empieza bien, tampoco termina de la mejor forma. Damien decidió que era mejor continuar siendo amigos cuando se percató de que mis sentimientos por él iban más allá de algo carnal y aunque en su momento mi ego se fue por los suelos, decidí aceptar para después volver a intentar enamorarlo.Durante algunos meses nos separamos y cuando por fin volvimos a coincidir ya era demasiado tarde, él simplemen
Benedikt Salgo corriendo del departamento de la maldita mujer que me ha traicionado y cuando estoy en mi camioneta intento comunicarme con Ana, insisto por lo menos unas seis veces, sin embargo, en ningún momento me toma la llamada. Desesperado y sin saber a quién más recurrir, decido hablar con la última persona que alguna vez llegue a imaginar.—¡Hola! —responde la voz del otro lado.—Soy Benedikt. Necesito de tu ayuda.—¿Ana está bien? —inquiere al instante.—No, no está bien y es sobre ella que…—¿Qué pasa con ella?—El General Kazakov ya sabe dónde se encuentra Ana y es muy posible que también lo sepa…—¿Cómo que ya lo saben? ¿Cómo ocurrió? Se supone que nadie tenía conocimiento de su verdadera identidad y yo no he dicho nada.—Con un demonio déjame continuar, —vocifero con desesperación, temiendo lo peor—, si lo sabe el General Kazakov por ende el Servicio Federal de Seguridad ya deben de estar al tanto, ahora escúchame bien, si alguna vez amaste a Ana debes de sacarla de ese l
Anastasia —Aunque sucedió hace meses lo recuerdo perfectamente, de tal forma que podría detallarle cómo sucedieron las cosas —me regodeo observando como su rostro pierde color con cada palabra que musito. Flashback —Muñeca, con la novedad de que el Coronel Pavlov desea tener una reunión con nosotros —me informa Ben con una amplia sonrisa en su rostro. —Eso no lo esperaba, ¿sabes de qué se trata? —inquiero con interés. —Al parecer desea hacer negocios con nosotros. —¿Qué tipo de negocios? —No se lo dijo a Viktor, pero al parecer es algo bastante jugoso. Creo que deberías de aprovechar y reunirte con él, es la oportunidad que estábamos buscando. —Organiza todo, pero nosotros le diremos cuándo y dónde será, también pídeles a nuestros hombres que deben vigilar desde antes ese lugar, no quiero sorpresas. […] —Gracias por aceptar verme —comenta el hombre al tomar asiento, cuando escucho su asquerosa voz mi cuerpo reacciona de inmediato, por lo que Ben aprieta mi mano en un inten