—¿Cómo ha sucedido esto? —Margarita observó a su hijo con enojo. Podía aceptar todo de él pero ¿esto? Esto estaba fuera de todo lo permitido la prensa se lo comería vivo si llegaba a enterarse de este asunto. Ellos no eran gente común y corriente su nombre no podía estar manchando por culpa de Antonio y sus idioteces.
—¿Cómo quieres que sepa? Estoy enterándome casi al mismo tiempo que tú mamá — dijo. Mientras pasaba la mano con frustración sobre sus cabellos rubios. Tratando de recordar el nombre de la mujer que decía ser la madre del niño y que encima lo había dejado en la puerta de su casa como si fuera un animalito.
—¿Podrían bajar la voz? El niño va a escucharlos —Danilo no puedo evitar intervenir al ver a su hermano y su madrastra discutir casi frente al niño.
—Vete Danilo esto no te incumbe —Margarita lo fulminó con la mirada. Odiaba que se inmiscuyera en todos los asuntos ya era bastante malo que controlará todos los negocios de la familia como para aceptar opiniones donde no le correspondía darlas.
—Bien, me marcho sólo tengan en cuenta que él niño no está sordo —no había nada que pudiera hacer por su hermano esta vez. Observó al pequeño habría muchas dudas si el niño no se pareciera a Antonio. Sin duda esto cambiaría la vida de su hermano para siempre y esperaba que fuera para bien. En algo tenía razón su madrastra la carrera que Antonio había elegido no sería eterna y los riesgos siempre eran altos amaba a su hermano tanto que no podía cortarle las alas, quizá la llegada del niño podría hacerle ver la vida desde una perspectiva diferente.
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—¿Y bien? —Margarita hizo sonar su tacón sobre el fino mármol con impaciencia
—¡Que no lo sé mamá! —Antonio no podía creer que el niño fuera realmente su hijo, pero bastaba verlo. El niño parecía ser una réplica suya. Aun así no estaba demás solicitar una prueba de ADN. Él no podía ser su padre o ¿Sí?
Margarita camino hacia donde el niño permanecía sentado. Lo observo detenidamente era muy parecido a Antonio a esa edad. Cerró los ojos esto era lo último que le faltaba tener un nieto sin madre. Porque la tipa muy sin vergüenza se había lavado las manos dejando al niño en la puerta de su casa con una mochila y una simple nota.
—¿Cómo se llama tu madre? —preguntó de manera brusca
—Rene
—¿Rene? ¿No es una chica? —el niño se encogió de hombros, era muy inteligente para su edad y se había dado cuenta que su madre nunca lo había querido y su padre desconocía su existencia.
—Es una chica y se llama Rene —insistió el niño aburrido llevaba sentado un largo tiempo
—Déjalo mamá —Margarito lo miró con enojo
—Hazte cargo de él Antonio —salió dejando al niño con Antonio, ella no iba a ocuparse de un niño de dudosa procedencia.
—¿Vas a echarme? —preguntó el niño con voz baja
—No. Pero no puedo cuidarte tampoco apenas puedo cuidar de mí mismo
—¿Eres un corredor de motos verdad? —Antonio se sentó a su lado, aun con la esperanza de despertar en cualquier momento
—Sí, lo soy
—¿Tienes dinero? —la pregunta le sorprendió es algo que un niño de cinco años no preguntaría
—Lo tengo —se vio respondiendo
—Contrata una niña —el niño se encogió de hombres
—¿Una niñera?
—Rene nunca estaba en casa y me dejaba con cualquier vecina que podía hacerse cargo de mí. Estoy acostumbrado — La tal Rene que él no lograba recordar definitivamente era una demente.
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—Lo siento señor no fue mi intención —Danilo respiró profundo para no caerle a gritos a su secretaría
—Dafne, te he pedido muy atentamente que no me sirvas el café —la chica agacho la cabeza apenada
—Lo siento —se disculpó mordiéndose los labios y acomodando sus gafas sobre el puente de su nariz
—Está bien, en el compartimiento del baño hay un saco por favor traerlo —ella asintió y fue directo al baño. Danilo podía despedirla fácilmente tenía ese poder para borrar de su vida a su torpe secretaria ¿Qué se lo impedía? No lo sabía pero esa chica torpe hacía de su mañana la mejor parte del día.
—Aquí tiene señor —Dafne se reprendió mentalmente, era torpe pero lo era mucho más cada vez que estaba en presencia de su jefe y no lograba entender ¿Por qué? había trabajado con jefes duros y rudos en el pasado pero la amabilidad de Danilo le ponía nerviosa. Incluso deseaba que le gritara pero en su lugar él siempre la toleraba. Salió sin decir nada más o estaba segura que terminaría empeorando las cosas.
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—¿Has visto el anuncio en el diario de hoy?—Patricia negó
—No he comprado el diario hoy. No tengo dinero para eso María sabes lo difícil que es encontrar un trabajo —su amiga arrugo la frente
—Hay un anuncio solicitando niñera —Paty observó a su amiga con el ceño fruncido
—María
—Escucha. Están solicitando una niñera con capacidades educativas para instruir al niño —Patricia estuvo tentada de reírse de su amiga
—Son Q. 5.000 la paga —la tentación de reírse se esfumo al escuchar el sueldo que ofrecían
—¿Qué? —ninguna niñera podría ganar tanto dinero a menos que…
—Es una de las familias más ricas del país
—Aun así era demasiado dinero
—Bueno mujer aprovecha —Patricia recibió el diario para anotar la dirección estaba dudando si eran personas de alta cuna difícilmente le darían el puesto.
—Ten un poco de fe —María le sonrió y ella asintió. Debía tenerla el poco dinero que le quedaba no alcanzaría para llegar a fin de mes y había sido muy orgullosa para aceptar el dinero del Jardín Infantil.
—¡La entrevista en es en una hora no llegaré! —gritó al ver los horarios en el anuncio
—Coge un taxi y llegarás pronto —María le tendió el pasaje
—Luego me lo devuelves —Patricia por primera vez tomo lo que le ofrecían sin discutir. Si el sueldo que ofrecían era real, estaría ganando mucho más dinero del que habría ganado de continuar en el jardín.
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—Ninguna mujer llena el requisito —Margarita había visto a las cinco candidatas para hacerse cargo del niño, ninguna le convencía bastaba verlas para saber que pronto terminarían en la cama de Antonio
—Por favor mamá no tengo tiempo para esto elegiré a un y fin de la discusión —Antonio estaba aburrido, no había asistido a su entrenamiento porque su madre se lo había impedido y de no conseguir niñera dudaba que pudiera asistir el resto de la semana.
—No, ninguna de esas mujeres es adecuada para cuidar de un niño de cinco años. No estoy ciega Antonio. No han apartado la mirada de ti desde que llegaron —Antonio se dio media vuelta y se marchó estaba perdiendo el tiempo nada más.
—Señora una candidata más solicita participar en la entrevista —Margarita suspiró estaba tentada a rechazarla pero si tenía suerte quizá la próxima fuera menos rubia y fea
—Hazla pasar. Señoritas les estaré informando si alguna de ustedes llena los requisitos por favor —les enseño el camino hacia la salida. No pensaba llamar a ninguna.
—Buenas tardes señora —Patricia estaba nerviosa era lo mismo en cada entrevista a la que asistía la posibilidad de ser rechazada sin siquiera ser entrevistada era posible.
Margarita sonrió al ver a Patricia. Era bonita pero no era el tipo de mujer al que su hijo miraría dos veces. Podría decir que era la mujer perfecta para el trabajo. Las rubias de ojos verdes eran la debilidad de Antonio.
—Buenas tardes por favor tome asiento —trato de ser cordial, después de todo lo único que necesitaba de ella era que se hiciera cargo del niño y que no terminara en la cama de su hijo. Lo segundo era lo más importante para ella.
Patricia trato de relajarse al notar el poco interés de la mujer mayor en su color o eso es lo que le pareció.
—¿Su nombre?
—Patricia Rojas
—Soy Margarita Rocco —Patricia sonrió no le sonaba el nombre aunque María había mencionado que era una familia adinerada
—Encantada señora yo…
—Está usted contratada —eso fue rápido pensó Paty para sí, nunca nadie le había dicho contratada dos minutos después de iniciar una entrevista
—Tengo carta de recomendación si desea…
—He dicho que está contratada lo toma o lo deja. No estoy interesada en nada más —la actitud le dijo mucho a Patricia sobre la mujer, pero necesitaba el trabajo y sobre todo el dinero
—¿Pueden empezar ahora mismo? —Ella estaba a punto de preguntar eso
—Por supuesto, cuáles serán mis horarios
—Mi ama de llaves le informará. Acompáñeme
Patricia camino tras la mujer. La casa era lujosa viera por donde viera. Seguramente tenían dinero para mantener tres generaciones más sin trabajar.
—Antonio —Margarita llamo a la puerta de su hijo, se había marchado antes de que las rubias fueran despedidas. Mientras Patricia pensaba que sería el niño al que tendría que cuidar
—Abre la puerta Antonio. La niñera está aquí —la puerta se abrió dejando ver a un hombre rubio y pequeño niño muy parecido a él
—¿Eres de chocolate? —la voz inocente de Anthony se hizo escuchar.
—No puedes hacerme esto mamá ¿Por qué de todas? —giró su rostro para ver a Anthony con la niñera—¿Crees que soy estúpida? Te conozco perfectamente Antonio de haber contratado a cualquiera de esas mujeres estarías durmiendo con ella antes de saber si es apta o no para el trabajo —Margarita no iba a ceder ante la insistencia de su hijo, su actitud le decía claramente que había hecho una buena elección Antonio nunca se fijaría en alguien como Patricia Rojas…—Estás loca mamá no puedes imponerme su presencia —discutió nuevamente—Bien si no te parece puedes despedirla y tendrás que hacerte cargo del niño o irte a vivir a otro lugar. Porque yo no voy a cuidarlo —salió de la sala. Tenía cosas más importantes que ocuparse que prestarle atención a los berrinches de su hi
—Anthony ven vamos tienes que desayunar —Patricia había intentado sacar al niño de la cama pero parecía misión imposible cuando se aferraba a las sabanas.—No quiero desayunar —se metió más bajo las sabanas sin dejar que Patricia pudiera verlo—Tony —llamó mucho más suave—¡No me llames así! —gritó tirando las sabanas aun lado, sus ojos estaban rojos y ligeramente hinchados—Por Dios cariño ¿Qué ha sucedido? —el niño se mordió el labio para tratar de controlar su llanto. Patricia no sabía que había ocurrido pero estaba preocupada.—No me llames así —repitió hipando debido al llanto—Está bien cariño no lo haré ¿Puedes decirme que sucede? —el niño asintió limpiándose las l&aa
—¿Eres la niñera? —Héctor observo fascinado a Patricia. Ella parecía poco interesada su mirada estaba más allá. Justo donde Antonio y Anthony.—Sí —no se giró para verlo.—Eres una mujer muy hermosa —Patricia giró su rostro lentamente—¿Te parece? —sonrió habían pocos hombres verdaderamente interesados en una mujer como ella. Muchos otros estaban únicamente interesados en llevársela a la cama.—Sí, lo eres ¿Patricia cierto? —asintió al ver en los ojos de Héctor únicamente interés genuino.—¿El niño? —Patricia no sabía si estaba al corriente o no de la situación del niño así que omitió el detalle de que eran padre e hijo.—Es su cumpleaños —dijo volviendo la mirada al
Patricia se levantó a tempranas horas de la mañana. Ayudo a su abuela con el desayuno antes de salir hacia la casa de la familia Rocco. Hoy sería un día muy importante para Anthony las pruebas serían tomadas hoy. Aunque la familia Rocco no era una familia ejemplar y un modelo perfecto de armonía deseaba que el niño fuese hijo de su jefe al menos tendría un techo donde dormir y a ella para cuidarlo.—¿Llevas prisa? —Micaela preguntó al verla tan apurada—Un poco abuela ¿puedo ayudarte en algo?—No cariño, solo preguntaba —Micaela estaba insegura con respecto al trabajo, temía que pasara lo inevitable y era el motivo por el cual preguntaba sin llegar a ser tan obvia.—Desayuna abuela, volveré por la noche —besó la frente de Micaela antes de salir con prisas.⧓⧓—¿Es necesario todo esto?
—No creo que Antonio aprecie mucho tu interés por casarlo Margarita —Mariana dejó su taza sobre el escritorio con gracia y elegancia. Justo la clase de mujer que Margarita buscaba para su hijo.—Eres hermosa, inteligente—Asquerosamente rica —Mariana termino la frase con una media sonrisa—Querida por favor, el dinero es lo de menos. Mi hijo necesita una mujer que pueda comprenderlo—¿Tolerar también su libertina vida? —Margarita sonrió con nerviosismo. Habría jurado que Mariana tenía un interés sentimental por su hijo ¿se había equivocado?—Querida por favor, me haces quedar mal —bebió un sobro de su té para evitar decir algo que fuera rebatido por la mujer frente a ella.—Perdóname Margarita quizá estoy siendo demasiado directa. Pero nunca he notado interés alguno p
Patricia y Anthony estaban desbordados de felicidad Antonio había hecho una magnifica carrera ese día coronándose en el puesto número uno.—¡Mi papi es el mejor! —gritaba Anthony con la felicidad tatuada en el rostro—Lo es cariño —Patricia sonrió al ver lo feliz que era.—Quiero comprarle algo —el niño dijo serio de repente—¿Eh? —Patricia no comprendía su cambio de humor.—Ha ganado una carrera Chocolatina y nadie más que nosotros ha venido a verlo, no quiero pensar en lo mal que se puede sentir tiene a sus padre, pero ninguno parece interesado en él –Anthony era muy observador pensó Patricia. Ella no había caído en cuenta que de hecho ni siquiera Danilo estaba presente, no conocía muy bien al hermano de Antonio pero parecía amable.—¿Qué quiere
Patricia no podía creer su falta de profesionalismo. En realidad si no podía creerlo se había sentido tan natural y ver la sonrisa de Anthony no tenía precio.—Tengo sueño Chocolatina —bostezó—Vamos a la cama entonces cariño —le había dado un baño y arropado para que pudiera descansar. Eran pasadas las diez de la noche su abuela iba a matarla con seguridad ni siquiera había llamado para avisarle que llegaría tarde olvido ponerle saldo a su móvil.Una vez tuvo la seguridad que Anthony estaba profundamente dormido dejó un beso sobre la frente del niño y salió de la habitación. Había un desastre que limpiar ahí abajo.—¿Qué haces? —pregunto apenas piso la cocina y miro a Antonio—Limpiando ¿te apuntas? —sonrió. Patricia contuvo el aliento ¿Por q
Patricia se removió le dolía el cuerpo debido a todo lo que había limpiado casi hasta el amanecer.—¡Buenos días! —sus ojos se abrieron de golpe al escuchar la voz de Antonio.—¿Qué? —de detuvo abruptamente al recordar que había dormido en la habitación de Antonio Rocco.—Lo siento Patricia, no quise asustarte—sonrió el ver como se oscurecían las mejillas de Patricia, subiendo la sabanas hasta casi su mentón.—Bajaré a la cocina para que puedas vestirte —señalo la silla donde su ropa estaba doblada.—Gracias —sonrió con timidez—Espera —Antonio se detuvo con la mano en el pomo de la puerta.—Dime—¿Anthony? —preguntó no sabía ni la hora que era.—Aun dormido, lo de anoche fue especial —sonrió