El señor Thompson mira a Adele sin poder creer que se encuentre allí, está muy disfrazada casi irreconocible. Ésta le sonríe como si nada, mientras saca un cigarro.—Apaga eso, aquí no se puede fumar. ¿Por qué no me respondiste cuando te llamé, y cómo sabías que estaba aquí?—¿Crees que no iba a seguirlos después que me hizo salir de su casa de la manera que lo hizo? ¿Cómo está Christian, qué le pasó?—Lo acaban de operar de un tumor en la cabeza.—¿En serio?—Sí, vamos a la cafetería para conversar lo que vamos a hacer, no quiero que nadie te vea aquí hablando conmigo y vayan a ir a contarle algo que no es a mi esposa. Además, que Christie se puede aparecer por ahí y no te gustaría para nada que se encuentre contigo, está apunto de meterte un tiro entre ceja y ceja.—¡No sé por qué está tan furiosa conmigo, si ella misma fue la que quiso que yo estuviera con Christian, prácticamente me ayudó a enamorarlo! —¡Exactamente por eso te odia tanto! Dice el señor Thompson poniéndose
De a poco lo arrastran por toda la playa hasta colocarlo debajo de la balsa encima de unas bolsas de nailon, entre las dos sacan el botiquín de primeros auxilios y cómo pueden, le sacan la bala, le cosen la herida y se la vendan. —Iré a ver si consigo algunas ramas, aunque estén mojadas, tenemos que encender el fuego, mira a los niños están azules, debemos calentar agua y darles.—Está bien, no te alejes mucho.—Coge el arma y dispara sin miedo, es la vida de tus hijos, Bella.—¿Cómo sabes de todo esto, Marta?—No olvides que viví mucho tiempo en la calle, y luego en un orfanato, tenemos que aprender a sobrevivir. No te preocupes, papá nos encontrará, estoy segura.—¿En verdad crees que sobrevivió?—Sí, no me cabe la menor duda, está vivo y nos está buscando al igual que el abuelo, ya verás. En efecto, Santiago no ha dejado de buscarlas incansablemente, siguiendo la ruta de la enorme corriente que las arrastrara, pasan las horas sin que hayan dado con un indicio de nada que les se
El abuelo Sardino ha estado buscando incesantemente por todo el área entre la isla y el país, sin ningún resultado. Ha desplegado toda la flota de yates que contiene su naviera y la de su hijo así como los guardacostas que se han dado a la búsqueda por todo el área que él cree que puedan estar. Sin embargo, está muy lejos de saber que sus queridos familiares, están en la otra dirección muy lejos de donde él está buscando. La tormenta cada vez arrecia mucho más, levantando serias olas poniendo en peligro la vida de todos los que están buscando los más pequeños yates. Con dolor en su alma manda a todo el mundo a regresar al puerto, haciéndolo él también con su enorme yate y dirigiéndose a su casa con dolor en su corazón, pensando que ha perdido a su querido hijo, a sus dos nietas y sus dos bisnietos, así como muchos hombres que le son por años fieles. Lo primero que ve cuando llega a su casa debajo de una torrencial lluvia, es qué sus guardias de los que acostumbra a tener, están
Luego vuelve a entrar al hospital y va a hablar con los guardias de seguridad, les explica lo que cree que ha sucedido, lo cual hace que lo lleven a ver las cámaras de seguridad del estacionamiento y en efecto, ve cuando la golpeen la cabeza y la meten en el maletero de un auto, el cual logra ver la chapa de seguridad. Le pide al jefe de la guardia que le haga el favor de reportar la desaparición de ella y luego se marcha tratando de localizar a Eva, sin resultado alguno. ¿Cómo va a hacer ahora? Se pregunta. Está detenido en un semáforo cuando siente que alguien abre la puerta y para su sorpresa, ve que su padre es quien se monta en el auto y lo golpea violentamente.—¡Degenerado hijo de tu madre! ¿ Cómo me pudieron hacer eso?—¡No sé de qué estás hablando, papá! Yo no te he hecho nada, ¿o no ves en el auto que ando montando y trato de encontrar dónde se metieron mi mujer y mi mamá con el niño, y no poseo ningún tipo de dinero?—¿Qué quieres decir con eso? ¿ A ti también te de
La vida ese no es lo suficientemente justa con aquellos que son buenas personas y no ven el mal en las personas que los rodean y se le acercan solamente para aprovecharse de su inocencia y la manera de ver las cosas. Ese fue el caso de Susan, que a pesar que todos le avisaban sobre Eva, nunca sintió que ella se estaba aprovechando de su amabilidad y aún no lo cree. Para ella es la amiga que la ayudó en los momentos más difíciles de su vida y la acompañó y a la que le guarda un grato recuerdo a pesar que no tiene ni idea de quién puede ser ella. sentada al lado de su madre teje apaciblemente una hermosa prenda. Mientras escuchan la lluvia golpear fuertemente contra las ventanas y el aire sacar ruidos al rozar por las paredes de la casa por lo violenta de las ráfagas que trae consigo la enorme tormenta.—Es terrible este ciclón que se nos acerca esta vez hacía mucho tiempo que no se aparecía uno como este— menciona la madre de ella mientras sigue tejiendo entretenida.—No me gust
—Voy saliendo, pero eso está lejos Adele, me tomará por lo menos una hora llegar. Sigue escapando y escondiéndote lo más que puedas, y llámame en cuanto puedas de nuevo, ya voy saliendo. No dejes que te atrape el desalmado de tu padre de nuevo. La señora le indica a Adele que si atraviesa por detrás de su casa va a salir a una estación de gasolina, dónde de seguro puede encontrar algo que la lleve a la ciudad lo antes posible. Ella aunque tiene miedo lo hace, corre por el medio del campo oscuro hasta ir a parar a las luces de la carretera. Se sienta por un tiempo escondida detrás de un matorral llorando, porque sabe que si sale allí, de seguro la van a localizar, por lo que decide esperar que pase el tiempo hasta que Luis esté lo más cerca posible para bajar a la gasolinera y llamarlo para avisarle dónde está. No puede creer que su padre haya sido capaz de haberla raptado de nuevo con esa intención. ¿Hasta dónde la utilizará él en su intento de ganar más y más dinero? Eso qui
Santiago ya no haya que hacer para mantener caliente a sus hijas y sus nietos, hizo todo lo que pudo para encallar aún más el yate en la arena y mandó a tirar el ancla así cómo amarrar la embarcación de las rocas y los árboles más cercanos.—Jefe sigue subiendo la marea, creo que es un huracán. —Ustedes se encargan de que las sogas mientras suba la marea se mantengan tensas.—Sí, señor. Se ha metido a Lucas y Lucía en su cuerpo, dentro del abrigo envueltos con mantas térmicas, y se acostó con Bella mandando a dos marineros más, a colocarles continuamente paños calientes en el estómago. Hasta que al fin ve como sus hijas comienzan a despertar.—¿Papá? —reacciona Isabella primero. —¿Papá eres tú y los niños?—¡Gracias al cielo, gracias al cielo! ¿Cómo te sientes? Los niños míralos aquí ya respiran bien y se están despertando, Marta es la que todavía está muy fría.—Hay que darle algo caliente papá, tengo mucho frío. ¿Cómo nos encontraste? ¿Y Rodrigo? ¡Dios! ¿Y ese sonido que es?—Es
—Creo que la tormenta se ha convertido en un huracán, y está azotando fuertemente con terribles vientos ésta isla, que está casi al nivel del mar y seguro se inunda. Pero estamos protegidos por esa hilera de piedras del arrecife que son bastante altas y aunque suba la marea no será lo suficiente como para hundir el yate. Ya logramos retener la entrada del agua de la rajadura que se le hizo al chocar contra el arrecife y podremos mantenernos aquí hasta que pase la tormenta. Luego utilizaremos las bengalas para avisarle a papá, que estoy seguro que en cuanto pase todo va a seguir buscando. Si no, nos ha encontrado es porque creo que nos está buscando entre la isla en que estábamos y la costa, no se le ha ocurrido buscar para acá, pero no estamos tan lejos y de seguro va divisar cuando tiremos las bengalas.—¿Y si no la ve, papá?—Prepararemos bien el yate y saldremos cuando se aplaque el mar, por suerte, este yate tiene una buena provisión de latas de comida y podremos aguantar. ¡Es