TylerPor un instante toda la habitación quedó en silencio.¡Joder! ¿Qué mierda estaba pasando conmigo? ¿¡Que había hecho!?—¿Qué quieres decir? —Isabella fue la encargada de cortar el silencio—. ¿Qué quieres decir con que no eres Jameson?«Di la verdad».Por un segundo estuve tentado a hacerlo, la Biblia dice que la verdad nos hará libres, ¿no?Sin embargo, esta no era mi verdad, había sido contratado para representar un papel y debía seguir haciéndolo, por más que me estuviera enamorando de la mujer frente a mí, por más que ella me estuviera volviendo loco de deseo.No, la verdad no me haría libre, me haría un esclavo de mis propias palabras.—No soy el Jameson Shields de hace diez años, no voy a obligarte a quedarte atada a este apellido. —«Perdóname Isabella, te quiero para mí y aun así te arrastro a lo que soy»—. Solo te digo que no podemos negar el deseo que fluye entre los dos y lo mucho que quiero que olvidemos el pasado. Lo que pasó en la casa de la playa….—Fue un error. —
Tyler—El hecho de que quiera ver hasta dónde eres capaz de llegar, no significa que todo esté olvidado.—Tomaré cualquier cosa que quieras darme. —Estiré mi mano, acariciando la suya—. Si eso hace que confíes en mí —resopló—. Solo inténtalo, Isabella, si mis sentimientos hacia ti no son sinceros y me descubres, puedes divorciarte y llevarte todo mi dinero, no me importa.«No puedes dar algo que no es tuyo, Tyler».Sin embargo, lo había hecho.Algo en su mirada cambió, si conocía a Shields tan bien como yo, sabía que no jugaba con el dinero.—Necesitas darme tiempo.«No tengo tiempo, pequeña».—Está bien —susurré lo que ella quería escuchar—. Pero incluso así vas a acompañarme. —Me quité la chaqueta y enrollé las mangas de mi camisa blanca a la altura de mi codo, antes de tirar de mi corbata, dejándola en mi bolsillo.—He tenido un día largo, me cambié de ropa porque no soportaba los tacones un segundo más y el vestido no se veía bien con tenis.—También estoy cansado, pero créeme, no
IsabellaNoviembre Todo cambió a partir de esa noche, mi corazón latía con fuerza mientras él dirigía la conversación, no podía mentir mientras hablaba de amor; en el pasado, nunca mencionó el amor, al menos, no de esta forma, en mi interior era una maraña de sentimientos encontrados, pero aun así no pude resistirme a besarlo y su beso me supo a miel, completamente diferente a los de antaño, lo hacía con suavidad pero con posesión, me reclamaba completamente en cada beso y yo quería hacer lo mismo, así que dejé los miedos a un lado y simplemente caí, consciente de que en esta ocasión no podría levantarme si esto se trataba de un nuevo juego, mi vida quedaría hecha pedazos… viviría, pero se quebraría algo en mí… Lo sabía, lo sentía.No dijimos nada más, nos quedamos sentados sobre la manta, no hacía frío y la montaña era segura, además, se nos daba bien el silencio, la vista a la luz de la luna era maravillosa, podía escuchar cómo su corazón latía a un ritmo constante. Podía sentirlo
IsabellaEntré a la habitación, no había visto a Jameson en todo el día, me quité los tacones y caminé hacia la extraña caja que estaba sobre la cama, había una nota sobre ella."Hoy empezaremos de cero, Vida, tienes una hora para arreglarte, usa lo que hay en la caja. Henrry te llevará hasta mí cuando estés lista.".«Henrry te llevará…» Eran las mismas palabras que dijo por mensaje de texto diez años atrás y los recuerdos inundaron mi memoria por montón.Negué varias veces con mi cabeza, espantándolos, abrí la caja encontrando el más hermoso de los vestidos. Cuello en V, repleto de brillantes y lentejuelas, entallado y de corte tipo sirena, acompañado por unos hermosos zapatos color nude.Durante media hora, me debatí en ir a su cita o no. Al final lo hice, porque ya no era la niña de una década atrás, su deseo y pasión la noche anterior no era algo que podía fingirse. Me maquillé suavemente y recogí todo mi cabello en un moño alto, dejando algunos mechones sueltos que ricé con la a
TylerMe separé de ella, levantándome de la grada y deslizando mi mano por mi cabello mientras miraba al campo de fútbol, dos meses, dos meses en los que cada día ganaba más su confianza, su atención, sus besos me trasportaban a un mundo donde no mentía, donde no engañaba, donde era yo. También me dejaban con un claro caso de bolas azules. El deseo seguía creciendo entre nosotros, pero iba a su paso, lo había prometido.El recuerdo de mi conversación con Markus semanas atrás, llegó a mi memoria rápidamente.“—¿Qué haces aquí? —pregunté cuando lo vi saliendo de mi habitación, su cuerpo completo se envaró como si no esperara que lo descubriera.—Te estaba buscando. —No sé por qué, su patética excusa me sonó a mentira—. El jefe quería que supieras que regresará a América en dos semanas. —Fue mi turno de tensarme, Markus aprovechó ese breve momento para pasar a mi lado, colocando su mano en mi hombro—. Espero que hayas disfrutado bastante follándote a la esposa del patrón, porque te queda
Tyler —No, te dije que yo no era Jameson Shields —Me giré, sin embargo, no pude levantar la mirada—. No soy él…Ella se acercó y levantó mi rostro con su mano.—Sé que no eres el mismo Jameson de diez años atras, no soy ciega en estos meses lo he notado… —La interrumpí, viéndola a los ojos, si iba a decirle toda la verdad, necesitaba hacerlo mirándola fijamente.—No, no entiendes, Isabella… No soy el Jameson Shields, ni el de hace diez años, ni siquiera el de hace dos, porque no soy él. Yo no soy Jameson, mi verdadero nombre es Tyler Brown.Ella se alejo dos pasos negando con la cabeza—Esto no es divertido, es un mal chiste, Jameson…—Escúchame, solo escúchame… —Elimine la distancia entre los dos e intenté tocarla, sin embargo ella rechazó mi toque alejandose.—¡No me toques! No sé a qué juegas,Jameson, pero quiero que me toques…—¡Que no soy Jameson! No sigas llamandome así. Mi nombre es Tyler Brown.Ella me miró detenidamente la verdad callendo como pesadas lozas de cemento en
IsabellaSalí de la habitación sin saber como sentirme, con el pecho estallandome en llamas y el corazon quebrado. frío… Hielo… ¿Alguna vez has sentido que tu corazón estalla? Para mí, desgraciadamente, era la segunda ocasión.Y esta vez dolía más que la anterior.Me mantuve con la cabeza erguida, conteniendo las lágrimas, mientras descendía en el elevador y salía del hotel, afuera detuve el primer taxi que pasó.—¿A dónde la llevo, señorita? —Solo sáqueme de aquí —musité con voz cortada, antes de quebrarme. El dolor salió en forma de llanto descontrolado, a través de incontenibles lágrimas.Me acomodé en el asiento trasero, sollozando en silencio sin importarme si el conductor del taxi me tildaba de loca o paranoica, él no hizo ninguna pregunta, aunque me observaba de vez en cuando por el retrovisor, en una pregunta silenciosa sobre si podía ayudarme.Pero la verdad es que nadie podia hacerlo, porque estaba muriendo con lentitud. de nuevo.Quería cerrar los ojos y regresar por unos
Isabella.Me derrumbé de nuevo, caí de rodillas, sollozando una vez más como si las lágrimas pudieran llevarse el dolor, como si pudieran borrar de un plumazo las mentiras, los engaños, el hecho de sentirme burlada por segunda vez.—Hija. —La hermana Alegria me sostuvo una vez más, me dejó llorar hasta que ya volví a calmarme, entre sus brazos regordetes y cálidos, me sentí en casa, ella siempre fue un refugio en medio de la ttormenta, solo que por esta ocasión los brazos de la hermana Alegria, no me reconfortaban, en mi interior aun sentía frío. Ella fue mi maestra en mi niñez, antes de la muerte de mis padres, despues de eso, mi tio Anthony se adueñóde mi vida y me cambió de escuela.Fue la razón por la cual fui tajante en que si mi pequeño niño tenía que internarse debía ser en esta escuela, porque nada se parecia más al hogar que en estas paredes, porque conocía los amorosos brazos de la hermana Alegria y sabía que nadie cuidaría a mi hijo como ella, a cambio, hice lo que Anthon