Salí del baño con agua tibia, el perfecto baño para relajar todos mis tensos músculos; toda esta situación me tenía estresado en el mejor sentido. Solo faltaba contárselo a mi amada esposa, la cual por cierto aún no ha llegado.Me coloco la toalla alrededor de mi cadera para cubrir mi parte inferior, dejando descubierto mi pecho.Caminé hasta la mesa de noche donde tengo mi teléfono, al chequearlo me doy cuenta que Regina no me ha devuelto las llamadas, ni ha respondido mis mensajes.Justo en ese momento cuando la intento llamar de nuevo escucho que alguien entra a mi habitación, es ella.—¿Dónde estabas amor?— pregunté preocupado.—ah, lo siento amor—hace una breve pausa, me abraza—es que me distraje un poco con unas hermosas tiendas de cosas para bebés, fue difícil resistirme.Me dió mucha ternura verla en ese plan.—Oww, amor. Me hubieses dicho, me encantaría acompañarte a hacer esas compras.—no co
Tanto Diego y Regina como Martina se estaban acomodando con nervios antes de la dicha reunión.Los nervios de Regina se debían a qué no contaba con el jugoso pago que se le haría a Martina, ante sus ojos es injusto porque ese dinero debería ser destinado a sus bolsillos, a un viaje, a joyas y autos para ella, no para una desconocida que llegaba de la nada y tomaba dinero de su esposo. Estaba considerando llevar ella misma el embarazo, pero el miedo de arruinar su hermoso cuerpo se apoderaba de ella.Era mejor continuar con esto, algo se le ocurrirá para que las cosas no salgan justo como Diego quiere.Diego solo estaba nervioso por el resultado del test de embarazo, si, es muy pronto para pensar en eso; pero Diego es una persona futurista, siempre visualizando todo a futuro, ya deseaba sentir el vientre inflado con su bebé dentro de Martina, oír el latido del corazón, esas cosas lo ponían ansioso, más de lo usual. No paraba de tener una sonrisa d
—¡No puedo creerlo! Flor esto es horrible— grita exaltada y estresada Regina mientras que camina por toda la habitación.Flor se le queda mirando con burla, sentada en su enorme cama Queen con sábanas de seda fina. Acariciando las almohadas rellenas con plumas.—Regi... No es para tanto.Se detiene en su lugar y la mira con desagrado.—¿N-no es para tanto?...—pega un grito—¡AAAAAAA!Flor se tapa los odios con ambas manos.—cien mil dólares no es demasiado... ¿A caso sabes lo terrible que es el embarazo?— interroga Flor.Regina se queda viéndola mientras visualiza a alguna mujer embarazada.—se te llenan las piernas de muchísima grasa y estrías, también en la panza, a parte de que se estira como si una piel de cerdo fuese forzada a lucir plana... Vomitar, vomitar todo siempre. Es terrible estar embarazada.—es cierto...— agradece que no eres tú quien hará esas cosas.Regina s
Martina luego de un par de minutos sin noticias decide ir al baño rápidamente, necesitaba lavarse un poco la cara.—ve, tranquila, yo me quedo aquí pendiente si llega algún doctor.— dice Julia.Martina le agradece y se marcha rápidamente.Luego de un par de segundos aparece Diego. Buscando con la mirada algún rostro conocido.Julia corre hasta su dirección para explicarle.—muchas gracias por venir, señor Diego...—¿Martina está bien?— pregunta preocupado, mirando alrededor.—si, ella está en el baño, por favor le pido que no le diga que yo te escribí, se molestaría muchísimo conmigo y yo solo quiero ayudarla.— no te preocupes, no diré nada. Gracias por avisarme, ¿Qué es lo que pasa?—es su madre, tiene una enfermedad horrible... Por falta de dinero no la a podido medicar como se debe.—yo estoy aquí para ayudarla con lo que ella necesite. No tenía idea de que su madre estuviese enfe
Una vez en el hospital, Martina, Diego y Julia buscaron al doctor que atendía a la mamá de Martina, para entregarle las cosas que pidió. El doctor los encuentra y les pregunta si trajeron todo. —si, aquí están sus cosas, ¿Será posible verla?— pregunta Martina con muchas ansias. —solo un par de minutos, ella se mantiene bajo tratamiento y quizás esté un poco adormecida.— advierte el doctor enseñándoles con su dedo índice en que habitación se encuentra. Martina le agradece y se van a la habitación. Una habitación cómoda, amplia, con ventanales grandes que daban una entrada de luz natural muy hermosa, cortinas blancas para dar un aire a paz, unos pequeños muebles para poder tomar asiento y la camilla se veía muy cómoda y acolchada. Definitivamente Martina estaba más tranquila al notar la comodidad de la habitación, incluso tenía un baño privado para ella. —es una hermosa habitación
Martina yacía en el baño de la tienda, no quería seguir aguantando más tiempo y mucho menos quería ir a su vacía casa justo ahora, semi sentada para orinar encima de la parte del test dónde dará el resultado, Julia lee la caja, en la parte de las instrucciones, donde dice que debe esperar diez minutos para el resultado. Luego de orinar en los tres diferentes test sale y los coloca encima del lavamanos que tenía un pequeño mesón. Martina se aleja y se afinca en la pared. Julia la mira con entusiasmo. —si la prueba da negativo... ¿Qué harás?— pregunta Julia —no lo sé, supongo que venderemos más frutas. —estoy cansada de vender frutas, así jamás ayudaré a mi hermana ni mucho menos a mí. —lo se, es un poco agotador, pero si seguimos haciéndolo con más frutas pue- —¡No! No digas esa tontería motivacional de que con más es mejor, cállate...— desanimada. —
Regina había pasado la mañana entera en brazos de Ricardo, con el cual fantaseaba metidos en el jacuzzi, con agua tibia y muchas burbujas, como hubiese sido su vida si se hubiesen casado. —ay no, pésima. Yo no estuviera aquí en este lugar, estaría en casa de tu madre escuchándola quejarse de todo lo que hago...— comenta Regina asqueada. —oye, ¿Por qué asumes que tú vida conmigo sería aburrida y tormentosa?— pregunta Ricardo mientras le hacía con su dedo índice formas de corazón en la espalda. —porque no eres millonario, cariño. Le da un par de besos y se sale del jacuzzi, dejando al aire su cuerpo escultural, haciendo que Ricardo la mire con deseo. Regina comenzó a vestirse, debía estar en una hora en su mansión para que su esposo Diego no notara que ella salía a escondidas para verse con su amante. Siempre usaba a Flor como excusa para salir y llegar tarde,
Diego tiene la carpeta en su regazo sobre el registro y todo el informe que tenía el doctor sobre la primera cita ginecológica de Martina, se la ofrece a Regina para que está la sostuviera y detallara, pero ella solo la dejo en la parte de atrás del auto, Diego al notar esto frenó el auto, estacionándose en una esquina de la vía. —Regina... ¿Estás bien? —mejor que nunca, ¿Por? —te noto alejada... —¿Alejada? — pregunta nerviosa ella. — si, sé que la maternidad funciona diferente cuando se comienza desde cero, cuando eres tú quien tiene el bebé pero... —no sé que piensas amor, pero yo estoy bien. No sé porque asumes que estoy alejada... —casi no cruzas palabra con Martina y—Regina interrumpe —hablando de eso... ¿Por qué le diste tu departamento de soltero? —porque ellas tienen ahora una situación un poco compleja, ambas necesitan un lug