—¡No puedo creerlo! Flor esto es horrible— grita exaltada y estresada Regina mientras que camina por toda la habitación.Flor se le queda mirando con burla, sentada en su enorme cama Queen con sábanas de seda fina. Acariciando las almohadas rellenas con plumas.—Regi... No es para tanto.Se detiene en su lugar y la mira con desagrado.—¿N-no es para tanto?...—pega un grito—¡AAAAAAA!Flor se tapa los odios con ambas manos.—cien mil dólares no es demasiado... ¿A caso sabes lo terrible que es el embarazo?— interroga Flor.Regina se queda viéndola mientras visualiza a alguna mujer embarazada.—se te llenan las piernas de muchísima grasa y estrías, también en la panza, a parte de que se estira como si una piel de cerdo fuese forzada a lucir plana... Vomitar, vomitar todo siempre. Es terrible estar embarazada.—es cierto...— agradece que no eres tú quien hará esas cosas.Regina s
Martina luego de un par de minutos sin noticias decide ir al baño rápidamente, necesitaba lavarse un poco la cara.—ve, tranquila, yo me quedo aquí pendiente si llega algún doctor.— dice Julia.Martina le agradece y se marcha rápidamente.Luego de un par de segundos aparece Diego. Buscando con la mirada algún rostro conocido.Julia corre hasta su dirección para explicarle.—muchas gracias por venir, señor Diego...—¿Martina está bien?— pregunta preocupado, mirando alrededor.—si, ella está en el baño, por favor le pido que no le diga que yo te escribí, se molestaría muchísimo conmigo y yo solo quiero ayudarla.— no te preocupes, no diré nada. Gracias por avisarme, ¿Qué es lo que pasa?—es su madre, tiene una enfermedad horrible... Por falta de dinero no la a podido medicar como se debe.—yo estoy aquí para ayudarla con lo que ella necesite. No tenía idea de que su madre estuviese enfe
Una vez en el hospital, Martina, Diego y Julia buscaron al doctor que atendía a la mamá de Martina, para entregarle las cosas que pidió. El doctor los encuentra y les pregunta si trajeron todo. —si, aquí están sus cosas, ¿Será posible verla?— pregunta Martina con muchas ansias. —solo un par de minutos, ella se mantiene bajo tratamiento y quizás esté un poco adormecida.— advierte el doctor enseñándoles con su dedo índice en que habitación se encuentra. Martina le agradece y se van a la habitación. Una habitación cómoda, amplia, con ventanales grandes que daban una entrada de luz natural muy hermosa, cortinas blancas para dar un aire a paz, unos pequeños muebles para poder tomar asiento y la camilla se veía muy cómoda y acolchada. Definitivamente Martina estaba más tranquila al notar la comodidad de la habitación, incluso tenía un baño privado para ella. —es una hermosa habitación
Martina yacía en el baño de la tienda, no quería seguir aguantando más tiempo y mucho menos quería ir a su vacía casa justo ahora, semi sentada para orinar encima de la parte del test dónde dará el resultado, Julia lee la caja, en la parte de las instrucciones, donde dice que debe esperar diez minutos para el resultado. Luego de orinar en los tres diferentes test sale y los coloca encima del lavamanos que tenía un pequeño mesón. Martina se aleja y se afinca en la pared. Julia la mira con entusiasmo. —si la prueba da negativo... ¿Qué harás?— pregunta Julia —no lo sé, supongo que venderemos más frutas. —estoy cansada de vender frutas, así jamás ayudaré a mi hermana ni mucho menos a mí. —lo se, es un poco agotador, pero si seguimos haciéndolo con más frutas pue- —¡No! No digas esa tontería motivacional de que con más es mejor, cállate...— desanimada. —
Regina había pasado la mañana entera en brazos de Ricardo, con el cual fantaseaba metidos en el jacuzzi, con agua tibia y muchas burbujas, como hubiese sido su vida si se hubiesen casado. —ay no, pésima. Yo no estuviera aquí en este lugar, estaría en casa de tu madre escuchándola quejarse de todo lo que hago...— comenta Regina asqueada. —oye, ¿Por qué asumes que tú vida conmigo sería aburrida y tormentosa?— pregunta Ricardo mientras le hacía con su dedo índice formas de corazón en la espalda. —porque no eres millonario, cariño. Le da un par de besos y se sale del jacuzzi, dejando al aire su cuerpo escultural, haciendo que Ricardo la mire con deseo. Regina comenzó a vestirse, debía estar en una hora en su mansión para que su esposo Diego no notara que ella salía a escondidas para verse con su amante. Siempre usaba a Flor como excusa para salir y llegar tarde,
Diego tiene la carpeta en su regazo sobre el registro y todo el informe que tenía el doctor sobre la primera cita ginecológica de Martina, se la ofrece a Regina para que está la sostuviera y detallara, pero ella solo la dejo en la parte de atrás del auto, Diego al notar esto frenó el auto, estacionándose en una esquina de la vía. —Regina... ¿Estás bien? —mejor que nunca, ¿Por? —te noto alejada... —¿Alejada? — pregunta nerviosa ella. — si, sé que la maternidad funciona diferente cuando se comienza desde cero, cuando eres tú quien tiene el bebé pero... —no sé que piensas amor, pero yo estoy bien. No sé porque asumes que estoy alejada... —casi no cruzas palabra con Martina y—Regina interrumpe —hablando de eso... ¿Por qué le diste tu departamento de soltero? —porque ellas tienen ahora una situación un poco compleja, ambas necesitan un lug
Martina sintió que no debió tocar ese tema.—lo siento mucho, no debí preguntar...—esta bien, oye—la detiene para que continúe disculpandose—, yo estoy bien... No ha sido sencillo pero no es para que te disculpes.Martina quedó en silencio un rato, devorando la comida que le había recién traído el mesero, mientras que Diego observaba cómo está sin pena comía cada bocado.—l-lo lo siento mucho, tengo hambre...—no te preocupes, el bebé está reclamando jajajaja si Regina estuviera aquí estaría avergonzada.—ella es una mujer de clase, se nota porque estás enamorado de ella.—yo pensaba lo mismo, pero no fue su forma de vestirse o de ser elegante lo que me cautivo, fué su cariño y su manera de siempre estar ahí...—bajo su mirada con algo de tristeza.Martina notó que algo había cambiado desde hace tiempo.—ahora supongo que no es igual...—no, ese es el problema, no sé cómo hacer para q
—Me siento diferente, como si mis sentimientos por Regina estén cambiando sin yo querer, no puedo evitar verla diferente. —has dicho diferente dos veces seguidas...— me dice mi amigo Max mientras estamos reunidos en nuestro restaurante, el lugar de siempre. Esta vez Julia nos traía nuestro almuerzo, se veía tan contenta de estar ahí. —¿Qué tal te va con Julia? —oye no me cambies el tema hermano, por primera vez te estoy oyendo abrir los ojos... Julia es excelente trabajadora, ama lo que hace, se nota. —me alegro mucho... Y no se trata de abrir los ojos. Es que esto del embarazo la afecto más de lo que pensé. ¿Sabes que me dijo? —puedo imaginarlo. —¡que la presioné! Ella nunca estuvo interesada en formar una familia... —eso no es una sorpresa— da un trago a su cerveza —yo pens