♤♤ Linda ♤♤
—¿Estás bien? —Su voz me hizo vibrar en lo más profundo de mi ser. —Yo… creo que si —de repente sentí que algo me hacía falta, mis brazos estaban vacíos. —mi bebé, que hizo con mi hija —lo miro de arriba abajo. Estrella está en su regazo, algo que me pareció muy extraño, ya que ella no es una niña que le guste que otras personas la toquen, pero estaba muy tranquila sentada en el regazo de ese hombre. —¿Cómo lograste que ella aceptara que la cargara? —me senté. —La tomé en brazos cuando te desmayaste —parpadeó varias veces, me había desmayado en ¿qué momento? —¿Yo me desmayo? Que pena lo siento —incline mi cabeza apenada. —Descuida, debió ser fuerte escuchar que te despedían —Asiento. —Sí, necesito mucho el trabajo, es mi único sustento, a veces es difícil que la niñera la cuide ya que su madre está enferma y es la única persona con la cual Estrella se lleva bien. —Lo entiendo, ¿y su padre? —Su padre, él está muy ocupado siempre. —Trabaja mucho —Sonrió, quisiera que trabajara para que así yo pueda cuidar de mi hija. —Si —miento. —debo regresar a mi hogar, te agradezco mucho tu ayuda. —Estoy preparando el almuerzo, me gustaría que me acompañaras —le sonrió. Una parte de mi quiere irse por temor a Rafael, si él descubre que estoy con otro hombre me va a matar, pero otra de mí quiere permanecer aquí con él, no sé, pero me siento segura, es un completo extraño, en cambio con Rafael solo me produce miedo y lo conozco hace ya cinco años. —Yo debo regresar —digo abrumada por esa parte de la razón que me grita que es mejor regresar a casa y empezar a buscar otro empleo. —debo buscar trabajo —juego con mis manos, estoy nerviosa, es lo único que provoca este hombre en mí. —Te entiendo, espera el almuerzo y luego te llevo a tu casa, tal vez pueda ayudarte a conseguir trabajo. —No es necesario, gracias, no quiero incomodarte. —No lo haces es más estoy muy a gusto con tú compañía y con la de esta linda princesita, ¿Verdad Estrellita? —mi beba le sonríe como si lo conociera desde hace mucho tiempo. Me mira esperando una respuesta tal vez. “—Por favor quédate, te necesito, te necesitamos —Miro a ambos lados de donde proviene esa voz, es una voz angustiada. —Sucede algo —Niego. —Está bien, me quedaré, pero si me dejas ayudarte —propongo, no me iba a sentar y observarlo. —No, eres mi invitada siéntate. —Insisto, si no me dejas ayudar entonces me marcharé —me sonríe ampliamente. —De acuerdo, ven conmigo —dice levantándose junto a Estrella, lo sigo hacia la cocina supongo. —muy bien hermosa princesa usted permanece aquí sentadita, mientras tu madre y yo preparamos la comida, te chuparas los dedos —Sonrió contagiada de la sonrisa de mi bebé. Y no mentía cuando dijo que nos íbamos a chupar los dedos, la comida estaba exquisita. —Eres un gran chef, gracias por dejarme tocar tu cocina. —Gracias a ti por acompañarme. Ahora podemos hablar sobre tu trabajo, me gustaría ayudarte. —Gracias, pero no es necesario, iré a la agencia mañana y de seguro consigo algo. —Está bien no insisto, pero si necesitas de mi ayuda aquí estaré para ayudarte —mi ceño se frunce. —tranquila, es sin ninguna intención —asiento. —Te lo agradezco —Miro a Estrella quien no se ha separado de Jarrell por ningún momento, ni siquiera a la hora de comer se separó de él. —Tienes más familiares —miro a una esquina esquivando su mirada. —No tengo a nadie, solo a mi hija, ella es mi única familia —me daba pesar recordar que nunca tuve una madre o un padre, ni siquiera una madre adoptiva. La pase mal durante mi infancia y mucho más durante la adolescencia, todo se resume a ese día. El día que pensé que al fin sería adoptada, había compartido durante una semana con una familia, estaba feliz porque al fin iba tener una familia, pero el día de la adopción ellos decidieron adoptar a otra niña, desde ese día me aísle y no quise compartir con nadie. Una lágrima solitaria rueda por mi mejilla. —Lo siento no fue mi intención —dice limpiando mi rostro con un pañuelo. —no quise que recordarás nada de tu pasado, no sabía que era doloroso —¿doloroso como lo sabía? —Descuida no lo sabías. Ya basta de mí ¿qué hay de usted? —De mí no mucho, solo soy un hombre solitario. —Eso es raro —me mira. —¿Raro por qué? —Pregunta. —Es usted, pues es un hombre apuesto como es que esta solo —sentí mis mejillas y orejas calentarse. —Eso es porque de donde yo vengo solo se puede amar a una sola mujer y yo aun no la he encontrado, pero sé que está muy cerca de mí. —¡Oh! será muy afortunada de tenerlo. —Tal vez yo sea el afortunado de tenerla a ella —no sé porque sentía como si él me lo estuviera diciendo a mí, era como si cada palabra fuera dirigida específicamente para mí. Estaba loca al pensar en tal cosa. Las horas seguían pasando y nuestra plática se centró en cómo era vivir en esta ciudad, y como era vivir en la suya y por lo que me ha dicho son muy diferentes. Como a las seis de la noche le dije que ya era hora de irme, solo rogaba que Rafael no estuviera en el apartamento, él insistió tanto que me iba llevar así que no me quedó de otra que aceptar. Además, soy fácil de convencer, tal vez por esa razón me encuentro donde estoy. —Puedes dejarme aquí por favor —le pedí, ya estábamos cerca del edificio y si alguien me veía estaba segura que le dirían a Rafael. —¿Segura?, puedo acercarte al edificio. —No, aquí está bien, gracias Jarrell —tomo a Estrellita y la maleta donde están sus cosas. —No quieres que te ayude —niego. —Gracias por todo —salgo del auto con su ayuda. —nos vemos —camino por la vereda hacia el apartamento. Subo las escaleras hasta llegar al apartamento que rento, entro con cuidado de no despertar a Estrellita. —Al fin te dignas en llegar —mi sangre se hiela al escuchar su voz gruesa. —¿Dónde estabas? —Pregunta no se si decirle la verdad o solo mentirle —y más te vale que me digas la verdad Linda, fui a la cafetería, pero me dijeron que te habías ido —mi corazón palpita con rapidez, abrazo a Estrellita con fuerza, mi instinto es de protegerla. —Déjame acostar a la niña por favor —no importaba lo que dijera esto solo iba terminar de una sola forma. Y solo pasaron unos cuantos segundos para que su mano parara en mi mejilla, sentí el sabor metálico de la sangre en mi labio y como algo caliente bajaba por mi nariz, mi espalda chocó contra el respaldar del viejo sillón, pero en ningún momento solté a mi hija. Tomo mi cabello para que lo mirara sus ojos estaban de un color extraño. —Rafael la niña —digo con lágrimas, mientras Estrellita llora y se aferra a mí con fuerza. —por favor ella es una bebé. —Debiste pensar en ella antes de irte a revolcarte con ese. —la separa de mí. —vete a la habitación —le grita, ella sale corriendo sin mirar atrás, me siento impotente por no poder hacer nada. Sus puños van y vienen sobre mi cuerpo, intento cubrirme, pero es imposible, al terminar de impartir su castigo sale del apartamento. Me quedo vuelta un ovillo, llorando por ser tan cobarde, arrepentida por no ver la clase de hombre que era Rafael. Me levanto adolorida y camino hacia la habitación. Limpio la sangre de mi rostro y me abrazo al pequeño cuerpo de mi hija. —Perdóname mi Estrellita por no saber protegerte, sabes que mamá te ama ¿verdad? —gira su pequeño cuerpo y me abraza lloro en silencio hasta quedar dormida. Al día siguiente me levanto temprano para dejar todo limpio, además de ello le preparo el desayuno a Estrellita, la puerta es abierta con brusquedad, un Rafael todo golpeado entra por la puerta. —¡Mami! —exclama con temor. —Tranquila sigue desayunando —me dirijo a la pequeña sala. —Ese maldito perro me las va a pagar, solo es cuestión de saber quién es —balbucea. —Déjame ayudarte — lo ayudo a levantarse y lo llevó a la habitación. Tiene muchos arañazos, además de ello tiene muchas heridas como si fueran de garras de algún animal. Llevó a Estrellita con la niñera y salgo directo a la cafetería ya que tenía muchas llamadas del Gerente, lo llamé ya que me parecía extraño que me llamara con tanta insistencia, lo primero que me dijo fue que regresara a trabajar, yo feliz acepté. Llegó a la esquina de la cafetería cuando de pronto soy tomada por mi cabello. —¿A dónde crees qué vas? —mi corazón se detiene. —Rafael, ¿ya estás mejor? —mi voz sale quebrada. —Te hice una pregunta. —Voy a trabajar —dije alzando la voz, su mano se elevó, cerré los ojos esperando el impacto. —No te atrevas a ponerle una mano encima —una corriente traspasó mi cuerpo haciéndome estremecer…◇◇ Jarrell ◇◇Su mirada estaba perdida, no sé cómo era que sostenía a su pequeña, se aferraba al pequeño cuerpo como si fuera su salvavidas, la miré por el espejo retrovisor y de repente sus ojos se cerraron, detuve el auto en la acera, desabroche el cinturón y me estiré hacia atrás.—Linda, Linda —la llamó, pero no contesta. —Linda —la remuevo, pero no reacciona.—Mami —la vocecita de su pequeña es de angustia.Salgo del auto y abro la puerta trasera del coche.—Mamá está bien, ella solo descansa, ven —le tendí los brazos, la pequeña se levantó y estiró sus brazos, la tomé y acaricié su mejilla. —Todo está bien, no te preocupes, las llevaré a mi casa. Te sentaré aquí al lado de tú mami, ¿está bien?—Si —Sonríe apenada y mete su dedo en la boca.La acomodo en el asiento y le abrocho el cinturón.—Estás cómoda.—Si —mira a su madre. —mami tiene mucho sueño —sonrió y acarició su mejilla.—Creo que sí —cierro la puerta y subo.A cada minuto la miro a través del espejo para cerciorarme de
◇◇ Jarrel◇◇—Yo te puedo ayudar a escapar si me dejas ayudarte —su mirada muestra confusión y temor.—No creo que puedas —tomo su mano, un choque de energía recorre todo mi cuerpo y creo que el de ella también ya que su cuerpo se tensa.—Permíteme hacerlo —niega.—¿Cómo lo harías? Y con que objetivo.—Con ninguno… solo te quiero ayudar, porque no entramos y hablamos bien —asiente, caminamos a la cafetería y entramos.Abro una silla y la ayudo a sentarse, tomo asiento frente a ella.—Porque insiste en ayudarme señor Jarrell, usted no tiene idea de cuántas veces he escapado de él, pero a donde yo vaya él dará conmigo y mi pequeña, cree que no quiero escapar de él y más por ella, pero no hay lugar donde yo pueda ir —su rostro muestra angustia, dolor y preocupación.—Te aseguro Linda que al lugar donde yo te pienso llevar le será difícil encontrarte.—No creo que sea así de fácil Jarrell, pero le agradezco lo que ha hecho por mí —intenta levantarse.—Es cierto no es fácil, pero tampoco es
♡♡ Linda ♡♡—Acepto el trato —un silencio se hizo en la línea, retire el teléfono de mi oído y mire la pantalla, tal vez me había equivocado de número. —¿Jarrell? ¿Estas hay?—Ya subo por ustedes —frunzo el ceño, él ya estaba aquí, como sabía que iba aceptar su propuesta.Sacudo mi cabeza y voy por lo poco que tenemos Estrellita y yo.—Es una locura lo que vas a hacer —me dice esa voz en mi interior. —te va encontrar y esta vez no solo pagarás tú, si no tu hija también es lo que quieres —mi cuerpo se tensó, me moriría si algo le sucediera a Estrellita.—No es cierto Jarrell nos cuidara, él me lo prometió.—Eres ingenua, ¿Cuánto tiempo tienes de conocer a ese hombre? —detuve mis movimientos.Es cierto solo lo he visto tres veces, ¿cómo era que confiaba en él, así ciegamente, que me está pasando dónde quedó mi cordura, no puedo confiar en un desconocido así nada más.—No, él me da confianza, no sé, pero él tiene algo que me hace sentir segura, por eso voy a ir con él.—No te vayas arrep
◇◇ Jarrell ◇◇Desde temprano estaba fuera del edificio donde residía Linda, solo esperaba su llamada para ir por ella, y aunque la paciencia no es la virtud de Darek no le quedó de otra que esperar.Estaba alerta por si el rogues se aparecía. Las horas seguían pasando y mis ganas de ir a buscarla y llevármela en contra de su voluntad tomaban fuerza.“—¡Si no te llama!—Voy por ella Derek, no me queda de otra.“—Y si vamos ya por ella, no puedo con este desespero.—Y tú me estas desesperando a mí, te dije que le íbamos a dar hasta media noche.“—¿Cuándo hablamos de ello no lo recuerdo?—Olvídalo, déjalo en mis manos —con eso Darek se tranquilizó un poco.Miraba mi reloj a cada minuto al igual que el teléfono, lo vi iluminarse y mi corazón se aceleró, no espere ningún segundo y contesté, al escuchar la voz de Linda decir que aceptaba mi trato casi saltó de la alegría, ella se iba ir conmigo.“—Gracias diosa luna, gracias —decía Darek saltando. —Ve por ella antes que se arrepienta —sacud
◇◇ Jarrell ◇◇—¿Y quién es esa? —pregunta como si ella fuera algo mío.—Es mi mate —Le gruñe Darek. — Si no te quitas te arranco la cabeza, no me importa que seas la prima de la Luna —vuelve a gruñir, pero solo para que Amanda lo escuche.Amanda se quita e inclina la cabeza.—Lo siento Beta, no fue mi intención —susurra.—Soy su asistente personal —contesta Linda, sacando a Estrellita del auto.—¿Asistente personal? Beta no sabía que necesitaba una asistente personal, yo me hubiera ofrecido —dice mirándome al ver que tomo el control.—No sabrías desempeñar ese papel, vamos Linda, te mostraré tú habitación.—¿Es tú novia o ex? —la miro de reojo. —Lo siento no fue mi intención, es solo que quiero saber quiénes son las personas que te rodean, no quiero cometer alguna imprudencia —dice con tono nervioso.—No es nada mío, solo es la cuñada de mi hermano, solo eso.—¡Oh!, pero parece… —sacude la cabeza. —Disculpa no quiero ser entrometida.—Olvidemos ese tema —subimos las escaleras. —esta s
◇◇Jarrel◇◇—Está bien solo queremos conocerla —dice Waylon palmeando mi hombro.Me aparto para que entren, aunque a Darek no le gusta nada la presencia de Amanda aquí.La mesa esta puesta con todo, pero ella no está.—Tomen asiento, ella debe estar con Estrella —siento su olor tras de mí.—Lo siento yo... ¡oh!, buenos días.—Buenos días —responde Leysa y Waylon.—Linda te presento a Leysa y mi hermano Waylon, el pequeño es Eiden, ella es Linda y la pequeña es Estrella — digo parado a su lado.—Es un placer conocerlos, ustedes son —nos mira a ambos.—Es un placer conocerlos, ustedes son —nos mira a ambos.—El placer es todo nuestro. Sí, Jarrell y yo somos gemelos —Waylon estrecha su mano. —pero de los dos yo soy él mas guapo —niego.—Pues no me parece, es decir Jarrell es atractivo, los dos son atractivos —dice nerviosa.—Es cierto los dos son atractivos —interviene Leysa. —Soy Leysa y él es mi pequeño.—Hola —dice con voz dulce inclinándose a la altura de Eiden.—Hola —le responde son
♧♧ Linda ♧♧ —Tranquila no te pongas a la defensiva, después de todo tú tienes pareja y Jarrell y yo pronto formaremos una familia, dónde tú y tu hija solo van a estorbar —antes de decirle algo salió. Cerré mis ojos y respiré profundo. —No será fácil tu vida aquí Linda, será mejor que huyas de aquí. —No soy cobarde. —Linda —giro hacia la voz. —te cortaste —dice con preocupación, miro mi mano y suelto el cuchillo. —Tranquila déjame limpiarla.No sé en qué momento me corté, como es que no sentí dolor.—Jarrell yo solo… no sé cómo paso, lo siento.—No te preocupes todo está bien —envuelve mi mano en un pañuelo. —te duele —Asiento.—No quiero recaer, no quiero lastimarme más —digo al borde de las lágrimas.—No lo harás, trabajaremos en ello de acuerdo —Asiento. —iré por el botiquín, ven siéntate —tomo asiento en uno de los taburetes.Hace años atrás me lastimaba para no sentir dolor, pero desde que Estrellita llego a mi vida dejé de hacerlo, no pude haberlo hecho, no siento dolor solo
♡♡ Linda ♡♡—Y si te digo que esto no será temporal, y que no habrá otra mujer, ni otros hijos en mi vida, solo ustedes dos… En verdad crees que te traje aquí porque quiero que seas mi asistente personal, no, yo te traje conmigo por dos razones la primera porque no te iba dejar sufriendo en manos de ese desgraciado y segundo porque eres la única mujer que quiero a mi lado. —lo miro sin entender. —No lo entenderás por ahora, pero sé que pronto lo harás. Te traje aquí porque te necesito conmigo, te quiero a mi lado Linda.—No, no entiendo, a qué te refieres con la única mujer qué quieres que este a tu lado, te refieres a, no Jarrell, yo no estoy para una… —se arrodilla frente a mí.—No Linda, si algún día se da algo entre nosotros entonces que así sea, yo solo quiero mantenerte a salvo, y que estés a mi lado.—Me confundes, dime que quieres de mí, si no quieres que sea tú supuesta asistente personal, ¿Qué quieres que sea?—Lo único que quiero es protegerla, por eso invente lo de asisten