El sonido seco y tétrico de los huesos quebrados llenaron el amplio y vacío gimnasio, seguido de un gruñido y grito desgarrador de dolor del hombre que sujetaba su brazo roto contra su pecho, el sudor caía por su rostro y mandíbula filosa, miraba con una mezcla de orgullo y enojo al joven de veinte dos años de pie sobre el que había roto su brazo hace apenas unos segundos.Los verdes ojos inexpresivos de cualquier emoción considerada positiva miraban a su mentor de espaldas en el suelo con el brazo roto, se dio media vuelta algo aburrido y tomo una pequeña toalla para secar su sudor, mientras otros ayudaron al hombre de mediana edad a ponerse de pie y uno de ellos puso de vuelta el hueso en su lugar escuchando el gruñido de dolor retumbar en el pecho del contrario, Ventaja de su raza, todo sana rápido.-¿Hemos terminado? – pregunto el despreocupado joven secando su sudor de la
Emma despertó al día siguiente envuelta en una nebulosa de anticipación, casi no había dormido, el nerviosismo, la felicidad y la mitigación del miedo a algo que era completamente nuevo para ella la habían mantenido dando vueltas en su cama, con las mejillas sonrojadas y una sonrisa tonta en el rostro, pensando en todas las posibilidades que el futuro les traía por delante, ella seria su mujer, Una profunda parte de ella, un pequeño pedacito de su corazón bien enterrado en el fondo de su alma -junto al constante sentimiento de miedo por ser abandonada-, lo había deseado, hace meses comenzaba a comprender que los sentimientos hacia Adriano eran mucho mas profundos que una hermandad, carecían de bondad, era un sentimiento de dolorosa posesividad, deseo y un rasgante dolor de lo prohibido, por ello cuando el mayor señaló que ella siempre le había pertenecido, fue como si un enorme peso que no sabia que cargaba dejara su espalda al fin.Tarareando una melodía bajo las escaleras hasta
Casi seis semanas después Emma y sus padres se habían montado en el jet privado de la familia Amato hasta Toronto, de ahí tomarían viaje en coche hasta Brigus, al parecer ahí se hospedarían en un lujoso hotel, ella y su madre disfrutarían sus vacaciones en el Spa y algunas tiendas mientras su padre y Adriano tenían negocios en el sector… “Adriano….Adriano”….. el cuerpo de la morena temblaba de la expectación, había pedido que le cambiaran el número de teléfono y se había concentrado en sus exámenes finales, si él la había dejado entonces no le daría la satisfacción de ponerla nerviosa con sus llamadas o mensajes, sabía que no podría evitarlo para siempre, pero hacer lo mejor posible para no verlo a menos que fuera necesario no sonaba tan mal.Fijo su mirada en el camino, la carretera, dejo que el pánico invadiera sus pensamientos para luego aplastarlos sin piedad uno a uno, no lo dejaría ver una sola fisura en los escudos que cubrían su vulnerabilidad, ella era su hermana…
Emma había conocido a un par de chicas un poco mayores mientras recorría aquel bello pueblo, había entrado a una tienda de ropa cuando una de las chicas le dijo que le gustaba su cabello, su larga melena risada, conversaron un buen rato, intercambiaron números y la invitaron a una fiesta en la casa de un amigo de una de ellas, decidió ir, no quería ir a la bendita cena que le había señalado su madre en una llamada aquella tarde y sinceramente aquel día no le aterraba tanto desobedecer a sus padres versus enfrentar a Adriano, se paso por el restaurante donde estaba su madre y le explico la situación, su madre le dio algo mas de dinero en efectivo y le señalo que no llegara tarde al hotel, la morena asintió aun que no tenia intenciones reales de llegar al hotel, por supuesto que no, buscaría un buen chico con quien pasar la noche, aquel día desde que había bajado del hotel se sentía hermosa y sexy, sus rasgos latinos habían llamado la atención de algunos peatones y echo girar a otros,
Leonardo se había sumergido en su aroma, en la cálida sensación del verano y su exquisito olor a frutos silvestres y calor, su nariz y labios estaban muy cerca de su cuello y oreja, el cosquilleo en sus labios junto con su lengua cada vez se hacían más insoportable por sentir aquella piel canela, quería subir sus manos que parecían ancladas a sus caderas, tomarla por el cuello y obligarla que le mirase con los ojos esmeraldas que había presagiado el oráculo, conocer sus facciones se estaba convirtiendo en algo mucho más primitivo que el mismo deseo que ya lo carcomía, abrió sus labios para dejar un beso al menos en su cuello y ver cómo se giraba, probablemente indignada, pero entonces su móvil sonó y como un jarro de agua fue sacado de aquel trance en el que se había encontrado, un gruñido salió de sus labios antes
Emma luego de una breve discusión por teléfono con su madre se había quedado a dormir en la casa del lago de sus nuevos amigos, le había dado la ubicación exacta a su madre a cambio, pero esta entendía que la morena no quisiera enfrentar a su hermano aún, le envío un coche con un cambio de ropa para el día siguiente y aquella noche durmió en una de las habitaciones de invitados. -Buenos días - saludó un chico desde la encimera revolviendo unos huevos, iba solo con un pantalón de chándal para dormir y colgada de su cintura estaba Ruth una de las chicas que había conocido el día anterior, era pequeña y menuda con un cabello largo, lacio y pelirrojo su rostro tenía unas pequeñas pecas,la chica levanto el rostro y le sonrió -¡Hola Emma! - la saludó alegremente, llevaba una camiseta demasiado grande para ser de ella, probablemente del dueño de casa - oh el es Ryan, está es su casa - dijo Ruth con una expresión de disculpa hacia
El grupo de jóvenes no tardaron más de treinta minutos en llegar al centro de equitación adentrado en las montañas, un bello lugar con varios corceles, magníficos caballos, varios senderos para poder cabalgar, estaciones de práctica entre otros, Emma miraba con curiosidad aquel lugar, si bien había tenido clases particulares de equitación y su padre había llevado algunas veces a su pedido un par de yeguas para cabalgar en la playa no era algo que le fuera común, normalmente por qué no tenía tiempo, la escuela, las tutorías y el entrenamiento físico la dejaron destrozada la mayor parte de la semana y por otro lado consideraba que pedir un caballo era demasiado, aún que sabía que sus padres no dudarán siquiera una milésima de segundo en cumplirle su petición, caminaron hasta el establo, Ella se mantenía un poco ajena a Ruth y Ryan que parecían abstraídos en su burbuja de amor, una punzada de celos se anudó en su pecho, pero no era una enviada destructiv
Leonardo había pasado la mañana de un lado para otro en su oficina dentro de la casa de la manada, un verdadero León enjaulado mientras Roy solo le daba malas noticias, ¡Mediocres!, ¡Completamente fuera de su comprensión, era el maldito beta!, Una simple tarea, contando con varios investigadores e informantes dentro y fuera de la ciudad, incluso a nivel internacional y su bendita mano derecha no tenía absolutamente nada de su Luna, ni siquiera un puto nombre, una dirección. -Te voy a matar…- dijo finalmente con los dientes apretados, un vaso de whisky en la mano que se esforzaba por no hacer explotar bajo la fuerza de su mano, su mirada dura y casi siniestra. -¡Oh vamos!, ¡Solo ha pasado medio día! - se quejo el muy mediocre - es normal que tarde un poco más, pero debo admitir que me sorprende que a estás alturas no tengamos un m