Emma había conocido a un par de chicas un poco mayores mientras recorría aquel bello pueblo, había entrado a una tienda de ropa cuando una de las chicas le dijo que le gustaba su cabello, su larga melena risada, conversaron un buen rato, intercambiaron números y la invitaron a una fiesta en la casa de un amigo de una de ellas, decidió ir, no quería ir a la bendita cena que le había señalado su madre en una llamada aquella tarde y sinceramente aquel día no le aterraba tanto desobedecer a sus padres versus enfrentar a Adriano, se paso por el restaurante donde estaba su madre y le explico la situación, su madre le dio algo mas de dinero en efectivo y le señalo que no llegara tarde al hotel, la morena asintió aun que no tenia intenciones reales de llegar al hotel, por supuesto que no, buscaría un buen chico con quien pasar la noche, aquel día desde que había bajado del hotel se sentía hermosa y sexy, sus rasgos latinos habían llamado la atención de algunos peatones y echo girar a otros,
Leonardo se había sumergido en su aroma, en la cálida sensación del verano y su exquisito olor a frutos silvestres y calor, su nariz y labios estaban muy cerca de su cuello y oreja, el cosquilleo en sus labios junto con su lengua cada vez se hacían más insoportable por sentir aquella piel canela, quería subir sus manos que parecían ancladas a sus caderas, tomarla por el cuello y obligarla que le mirase con los ojos esmeraldas que había presagiado el oráculo, conocer sus facciones se estaba convirtiendo en algo mucho más primitivo que el mismo deseo que ya lo carcomía, abrió sus labios para dejar un beso al menos en su cuello y ver cómo se giraba, probablemente indignada, pero entonces su móvil sonó y como un jarro de agua fue sacado de aquel trance en el que se había encontrado, un gruñido salió de sus labios antes
Emma luego de una breve discusión por teléfono con su madre se había quedado a dormir en la casa del lago de sus nuevos amigos, le había dado la ubicación exacta a su madre a cambio, pero esta entendía que la morena no quisiera enfrentar a su hermano aún, le envío un coche con un cambio de ropa para el día siguiente y aquella noche durmió en una de las habitaciones de invitados. -Buenos días - saludó un chico desde la encimera revolviendo unos huevos, iba solo con un pantalón de chándal para dormir y colgada de su cintura estaba Ruth una de las chicas que había conocido el día anterior, era pequeña y menuda con un cabello largo, lacio y pelirrojo su rostro tenía unas pequeñas pecas,la chica levanto el rostro y le sonrió -¡Hola Emma! - la saludó alegremente, llevaba una camiseta demasiado grande para ser de ella, probablemente del dueño de casa - oh el es Ryan, está es su casa - dijo Ruth con una expresión de disculpa hacia
El grupo de jóvenes no tardaron más de treinta minutos en llegar al centro de equitación adentrado en las montañas, un bello lugar con varios corceles, magníficos caballos, varios senderos para poder cabalgar, estaciones de práctica entre otros, Emma miraba con curiosidad aquel lugar, si bien había tenido clases particulares de equitación y su padre había llevado algunas veces a su pedido un par de yeguas para cabalgar en la playa no era algo que le fuera común, normalmente por qué no tenía tiempo, la escuela, las tutorías y el entrenamiento físico la dejaron destrozada la mayor parte de la semana y por otro lado consideraba que pedir un caballo era demasiado, aún que sabía que sus padres no dudarán siquiera una milésima de segundo en cumplirle su petición, caminaron hasta el establo, Ella se mantenía un poco ajena a Ruth y Ryan que parecían abstraídos en su burbuja de amor, una punzada de celos se anudó en su pecho, pero no era una enviada destructiv
Leonardo había pasado la mañana de un lado para otro en su oficina dentro de la casa de la manada, un verdadero León enjaulado mientras Roy solo le daba malas noticias, ¡Mediocres!, ¡Completamente fuera de su comprensión, era el maldito beta!, Una simple tarea, contando con varios investigadores e informantes dentro y fuera de la ciudad, incluso a nivel internacional y su bendita mano derecha no tenía absolutamente nada de su Luna, ni siquiera un puto nombre, una dirección. -Te voy a matar…- dijo finalmente con los dientes apretados, un vaso de whisky en la mano que se esforzaba por no hacer explotar bajo la fuerza de su mano, su mirada dura y casi siniestra. -¡Oh vamos!, ¡Solo ha pasado medio día! - se quejo el muy mediocre - es normal que tarde un poco más, pero debo admitir que me sorprende que a estás alturas no tengamos un m
Emma trataba de acomodarse lo mejor posible contra el tronco en su espalda para aminorar el dolor en sus costillas, se había quitado el zapato y el calcetín para inspeccionar cómo se desarrollaba la hinchazón en su tobillo, respiro con dificultad cuando lo vio, de reojo primero, una parte de ella probablemente no quería asegurarse de lo que había visto, aún así, tragó duro y giró su cabeza, obligó a su cerebro a ahogar el grito que quería sacar a todo pulmón y exhaló suavemente mientras trataba de no caer en pánico, ya que a menos de dos metros se acercaba un lobo… uno enorme…. Nunca había visto uno antes pero tenía más que claro que era al menos el doble de uno de tamaño normal, tenía un pelaje completamente negro media noche y unos ojos verdes como el color del musgo, su ocico estaba cerrado y parecía olfatearle en el aire, pero sus enormes ojos bestiales estaban puestos en ella en cada uno de sus movimientos, su pánico peleaba en igual medida con s
Leonardo había comenzado a correr de vuelta a la casa de la manada cuando el desgarrador grito de Emma lo detuvo, se dió media vuelta y decidido regresar, lo más rápido que sus patas le permitieron, había algo en la voz de su luna que no le gustaba, un anhelo, un desespero, pero se detuvo en seco al ver la cantidad de hombres que comenzaban a rodear el lugar entre los árboles, estaban armados, no era como si fueran un gran problema uno de ellos le tomaría tal vez tres segundos en eliminar, pero eran muchos y eventualmente llamaría la atención, gruño molesto.-Alpha…- la voy de Kieran le llamó la atención, lo había olido y entendía que había algo que quisiera decirle, retiró su mirada de hacia donde estaba su Luna y miró al enorme hombre, era del mismo tamaño de él siendo humano, pero como lobo era más pequeño que Leona
Cómo había previsto no había dormido más que un par de horas en las cuales había soñado con el cálido recuerdo de la morena acariciar su pelaje, a la mañana siguiente mientras bebía de su café en su oficina leyendo algunos acuerdos la voz de su Beta en la cabeza hizo que su jaqueca se profundizara.<<Leo estoy en el hotel, el sr y la señora Amato se están retirando de improviso, he logrado mantenerlos con una escusa de un desayuno de despedida pero no sé quedarán mucho más, sus maletas ya fueron enviadas al aeropuerto>><<Retenles, si se van antes de que llegue estás muerto.>>- Le gruñó poniéndose en marcha rápidamente, no tenía tiempo para cambiarse o ponerse más presentable para aquellos que debía considerar sus suegros. Gruño molesto mientras salía de la enorme casa, tom
Emma vio volver a Adriano junto ella unos minutos después, iban en primera clase hasta Vancouver, se había levantado de su lado cuando había recibido una llamada y dirigido al pequeño bar dentro del avión, ahora le sonrió cuando se sentó a su lado con un Borbón en la mano.-Tienes que dejar de hacer eso…- dijo la morena poniendo su mano sobre la del contrario, Adriano entrelazó sus dedos y le miró de forma interrogante.-Amore mío, ¿ a qué te refieres? - preguntó el mayor acariciando de forma perezosa con el pulgar la mano de Emma, está suspiro incapaz de saber si lo hacía a propósito o no.-Me refiero a que me dejas afuera … ¡De todo! - exclamó sin levantar la voz, el mayor le miró con atención, soltó su mano solo para dirigirla a su mejilla, el tact