— ¿Qué sucede, mi Alfa? — preguntó Isa al ver cómo me levantaba estando alerta.— Tenemos visita.— Entiendo. — dijo la bruja y levantó las manos mientras murmuraba algo ininteligible.Una luz blanca rodeó sus manos y de la nada todos los árboles se iluminaron revelando una sombra que claramente no encajaba con la situación. Isa la miró sorprendida.— ¡Vaya! Así que al final has venido. Miré a la bruja sin comprender.— ¿Acaso os conocéis?Me miró con lástima.— Mi querida Alfa, sólo los lobos y alguna otra raza de cambiaformas viven aislados del resto del mundo sobrenatural. Algunos nos conocemos de hace un tiempo. Acerca de esta sombra... la conocí de camino hacia aquí pero ella no estaba segura de venir. En fin, me alegro de que haya venido, ahora la pregunta es: ¿Vienes a cumplir tu misión o vienes a unirte a la manada?— Quita la luzz — dijo una vocecilla femenina siseante: me recordaba a una serpiente.— No puedo. Ahora pertenezco a esta manada y he jurado protegerla. Responde
Terminamos el juramento y noté cómo la mente de Yo se unía a la de toda la manada. Sin embargo, a diferencia de todas las demás mentes, la de Yo era diferente: era como si estuviera hecha de un humo suave y oscuro que estaba en todos los sitios y en ninguno a la vez."Tu mente es extraña, Yo. Es como si estuviera y no estuviera a la vez"."Alfa, essso esss porque sssoy una sssombra, asssí que mi mente esss como si fuessse una".— encontré curioso que incluso en la mente su voz sonase como una serpiente."¡Oh! ¡Otro nuevo desconocido! ¡Hola y bienvenido!""¡Hola!, ¿qué eres?""¡No seas maleducada! ¿Cómo puedes preguntarle eso así de golpe?""No es un hombre lobo, ni una araña, ni una bruja. Sólo quiero saber qué es"."Pero esas no son las formas "."Yo la entiendo. No sabíamos que existían las arañas humanas hasta que se unieron. Siento mucha curiosidad por los demás seres que no conocemos "."Hola. Me llamo Yo y sssoy una sssombra"."¿Una sombra?""¿Se llama Yo? Es un nombre extraño ".
Pasaron algunos días desde que Yo se había unido a la manada. Los vigías nos alertaban todos los días de que había nuevos seres cerca del territorio de nuestra manada pero no se atrevían a acercarse. El aquelarre de Isa se había tomado muy en serio la protección mágica de la manada y nos informaban de cada intento mágico de acceso. Me sorprendió mucho descubrir que teníamos una media de cincuenta intentos diarios para espiarnos. Era sorprendente lo organizadas que estaban en los turnos de vigilancia e incluso sacaban tiempo adicional para observar la armadura y dar algunos consejos o realizar distintas curaciones mágicas en la manada. En muy poco tiempo se habían convertido en una parte muy importante y se habían ganado el respeto de todos. Mis arañitas (cómo había decidido llamarlas) demostraron ser muy eficientes en sus métodos de estimular la predisposición para hablar... en el momento que las dejabas utilizar todo lo que quisieran. Así fue como nos enteramos que el alma de mi madr
Finalmente había llegado el día. Ésta noche habría luna llena y era el día que menos esperarían que les atacasemos: nuestra especie era conocida por salir a celebrarlo con grandes fiestas y jaranas que con excesiva frecuencia terminaban en sexo desenfrenado. Una vez hecho el plan, el mayor problema era ir hasta la manada sin dejar desprotegida la nuestra, pero de nuevo Isa y su aquelarre nos sacaron del apuro.— ¿Moverse hasta allí? No es difícil, mi Reina, podéis usar el teletransporte.La miré sin comprender. — ¿Teletransporte? Somos lobos, arañas y una sombra, no podemos teletransportarnos.— Claro que no, pero nosotras podemos crear puntos de teletransporte. Tan sólo hace falta una bruja blanca que haga el punto y lo conecte a otro punto. Pero por mucho que protejamos la conexión, mi Reina, debe saber que es peligroso, ya que alguien que descubra los puntos y conozca las claves, podrá usarlos en nuestra contra.— ¿Se puede destruir un punto después de crearlo?— Sí, pero siempre
Sentí un leve mareo y trastabillé mientras parpadeaba varias veces seguidas para acostumbrarme al cambio de luz. Rápidamente unos brazos me sujetaron y me sacaron con delicadeza del círculo. Miré a Lisa que tenía un gesto de preocupación en la cara.— ¿Estás bien, mi Reina? ¿Necesitas algo? — Estoy bien. Ha sido el viaje, no estoy acostumbrada a estas cosas. — dije mientras Yo se deslizaba entre mis brazos y me observaba con fijeza. Los primeros lobos empezaban a aparecer a través del círculo.— No deberíasss esssforzzzarte tanto, mi Reina. Sssería masss ssseguro que te hubierasss quedado en casssa.— No voy a quedarme en casa en el rescate de mi madre y mi pareja. Me quedaré al margen por el bienestar de mi bebé, pero si se pone mal la situación, no dudaré en entrar a la batalla.— Eso no será necesario, cumpliremos con nuestro papel, todos. — dijo Alfred que había llegado unos segundos después que yo. Le miré y asentí con la cabeza.— Eso espero... eso espero.Poco a poco, la mayor
Fui de los primeros en adentrarse en los árboles: a fin de cuentas, Mar me había elegido para liderar el ataque... al menos, el más visible. Alfred y Yo tenían otra misión, una que no conocía. Nuestra Alfa había hecho, aparentemente, tres planes diferentes, simultáneos y todos ellos ligados, pero cada uno sólo conocía su parte: la única que sabía todo era ella. Tenía que reconocer que era un movimiento inteligente, ya que si atrapaban a alguno y conseguían hacerlo hablar, sólo podrían obtener un fragmento del plan. Así que lo único que sabía, era que tenía que colarme, atacar de frente la manada y buscar información sobre el alma de la madre de mi Alfa. Me halagaba que ella me viese capaz de hacerlo pero la realidad es que tenía miedo. Sí, en su día había sido un Beta, pero nunca me había enfrentado a algo similar a ésto. Lo más parecido fue ahuyentar a una veintena de pícaros que querían instalarse en el territorio de la manada, pero ¿una guerra? ¿contra brujas y a saber qué más cosa
Con mucha, pero mucha calma, llegué arriba de la muralla sin ser visto. Sí había calculado bien, el guardia iba a pasar dentro de dos minutos, así que me escondí detrás de una pequeña torre de vigilancia que no utilizaban mientras le esperaba."Serán idiotas. ¿Para qué construyen una torre que no van a utilizar? Tan sólo dan escondites". — dijo mi lobo."Seguramente las utilizasen pero recuerda que media manada se fue con la Reina Mar y después varios más llegaron con el gilipollas de Alfred. Lo más probable es que no tengan suficientes personas para tener una guardia completa"."Eso explicaría que los guardias vayan solos en lugar de ir acompañados".Esperé con paciencia hasta que el guardia pasó. Con mucho sigilo seguí al guardia por la espalda y con un movimiento rápido, le partí el cuello. No se escuchó ningún sonido y sonreí mientras llevaba en brazos al guardia muerto. Lo dejé en la torre, dónde no sería fácilmente visible. Me dirigí con el mismo sigilo por el adarve hacia mi de
El túnel era húmedo, frío y olía muy mal pero no era algo importante. Había vivido en sitios mucho peores que este. Me resultaba extraño tener que agradecer al maltrato la indiferencia que estaba sintiendo. Avancé lentamente, teniendo mucho cuidado con las raíces de los árboles: aunque fuese una sombra, no podía atravesar objetos. Tampoco ayudaba que el pasadizo fuese tan estrecho y bajo. Esperaba que el Rey fuese muy pequeño o fuese muy delgado, pero si me fiaba de las descripciones de la manada... estaba claro que no íbamos a poder huir por este mismo lugar."Aunque sssiempre puede haber perdido el sssuffficcciente pessso..."— pensé mientras esquivaba una raíz bastante grande ."No lo creo, Yo." — me respondió mi Reina. Aquello me sobresaltó y me di un golpe en la cabeza. Aún no me había acostumbrado a que compartía todos mis pensamientos con la manada y no se me daba bien utilizar los pensamientos privados. Evité sisear del disgusto, no debía cometer ningún error y acababa de hace