Finalmente había llegado el día. Ésta noche habría luna llena y era el día que menos esperarían que les atacasemos: nuestra especie era conocida por salir a celebrarlo con grandes fiestas y jaranas que con excesiva frecuencia terminaban en sexo desenfrenado. Una vez hecho el plan, el mayor problema era ir hasta la manada sin dejar desprotegida la nuestra, pero de nuevo Isa y su aquelarre nos sacaron del apuro.— ¿Moverse hasta allí? No es difícil, mi Reina, podéis usar el teletransporte.La miré sin comprender. — ¿Teletransporte? Somos lobos, arañas y una sombra, no podemos teletransportarnos.— Claro que no, pero nosotras podemos crear puntos de teletransporte. Tan sólo hace falta una bruja blanca que haga el punto y lo conecte a otro punto. Pero por mucho que protejamos la conexión, mi Reina, debe saber que es peligroso, ya que alguien que descubra los puntos y conozca las claves, podrá usarlos en nuestra contra.— ¿Se puede destruir un punto después de crearlo?— Sí, pero siempre
Sentí un leve mareo y trastabillé mientras parpadeaba varias veces seguidas para acostumbrarme al cambio de luz. Rápidamente unos brazos me sujetaron y me sacaron con delicadeza del círculo. Miré a Lisa que tenía un gesto de preocupación en la cara.— ¿Estás bien, mi Reina? ¿Necesitas algo? — Estoy bien. Ha sido el viaje, no estoy acostumbrada a estas cosas. — dije mientras Yo se deslizaba entre mis brazos y me observaba con fijeza. Los primeros lobos empezaban a aparecer a través del círculo.— No deberíasss esssforzzzarte tanto, mi Reina. Sssería masss ssseguro que te hubierasss quedado en casssa.— No voy a quedarme en casa en el rescate de mi madre y mi pareja. Me quedaré al margen por el bienestar de mi bebé, pero si se pone mal la situación, no dudaré en entrar a la batalla.— Eso no será necesario, cumpliremos con nuestro papel, todos. — dijo Alfred que había llegado unos segundos después que yo. Le miré y asentí con la cabeza.— Eso espero... eso espero.Poco a poco, la mayor
Fui de los primeros en adentrarse en los árboles: a fin de cuentas, Mar me había elegido para liderar el ataque... al menos, el más visible. Alfred y Yo tenían otra misión, una que no conocía. Nuestra Alfa había hecho, aparentemente, tres planes diferentes, simultáneos y todos ellos ligados, pero cada uno sólo conocía su parte: la única que sabía todo era ella. Tenía que reconocer que era un movimiento inteligente, ya que si atrapaban a alguno y conseguían hacerlo hablar, sólo podrían obtener un fragmento del plan. Así que lo único que sabía, era que tenía que colarme, atacar de frente la manada y buscar información sobre el alma de la madre de mi Alfa. Me halagaba que ella me viese capaz de hacerlo pero la realidad es que tenía miedo. Sí, en su día había sido un Beta, pero nunca me había enfrentado a algo similar a ésto. Lo más parecido fue ahuyentar a una veintena de pícaros que querían instalarse en el territorio de la manada, pero ¿una guerra? ¿contra brujas y a saber qué más cosa
Con mucha, pero mucha calma, llegué arriba de la muralla sin ser visto. Sí había calculado bien, el guardia iba a pasar dentro de dos minutos, así que me escondí detrás de una pequeña torre de vigilancia que no utilizaban mientras le esperaba."Serán idiotas. ¿Para qué construyen una torre que no van a utilizar? Tan sólo dan escondites". — dijo mi lobo."Seguramente las utilizasen pero recuerda que media manada se fue con la Reina Mar y después varios más llegaron con el gilipollas de Alfred. Lo más probable es que no tengan suficientes personas para tener una guardia completa"."Eso explicaría que los guardias vayan solos en lugar de ir acompañados".Esperé con paciencia hasta que el guardia pasó. Con mucho sigilo seguí al guardia por la espalda y con un movimiento rápido, le partí el cuello. No se escuchó ningún sonido y sonreí mientras llevaba en brazos al guardia muerto. Lo dejé en la torre, dónde no sería fácilmente visible. Me dirigí con el mismo sigilo por el adarve hacia mi de
El túnel era húmedo, frío y olía muy mal pero no era algo importante. Había vivido en sitios mucho peores que este. Me resultaba extraño tener que agradecer al maltrato la indiferencia que estaba sintiendo. Avancé lentamente, teniendo mucho cuidado con las raíces de los árboles: aunque fuese una sombra, no podía atravesar objetos. Tampoco ayudaba que el pasadizo fuese tan estrecho y bajo. Esperaba que el Rey fuese muy pequeño o fuese muy delgado, pero si me fiaba de las descripciones de la manada... estaba claro que no íbamos a poder huir por este mismo lugar."Aunque sssiempre puede haber perdido el sssuffficcciente pessso..."— pensé mientras esquivaba una raíz bastante grande ."No lo creo, Yo." — me respondió mi Reina. Aquello me sobresaltó y me di un golpe en la cabeza. Aún no me había acostumbrado a que compartía todos mis pensamientos con la manada y no se me daba bien utilizar los pensamientos privados. Evité sisear del disgusto, no debía cometer ningún error y acababa de hace
Nos habían descubierto. No sabía si habíamos sido nosotros, Alfred o Yo, pero lo que estaba claro era que nos habían detectado, así que ahora nos tocaba hacer nuestra parte: matar, matar y matar para que no se percatasen de los otros dos. Con esa idea en mente, entramos en las casas de los guardias: incluso con la alarma, los pillamos de sorpresa y no nos costó demasiado matarlos y apoderarnos de algunas de sus armas.*** Flashback ***— Cuando descubran el ataque, olvidaos del sigilo y sed ruidosos en la justa medida. Tenéis que atraer la atención de todos ellos y hacer que se centren en vosotros, pero siendo un ataque creíble. Quiero decir, no podéis ir por ahí gritando como locos y golpeando todo lo que encontréis porque en un asalto normal, no es algo que se diese. Esteban, confío en ti para que durante el combate, sepas crear el ambiente adecuado y Alfred y Yo puedan realizar sus misiones. — dijo Mar sobre una mesa con un montón de papeles.— ¿Y cómo podemos hacer eso? Necesitamo
Era el Rey. Parecía haber salido de su celda y sospechaba que estaba drogado por la forma en la que caminaba. Caminaba muy lentamente, como si tuviera que medir cada paso porque no viese bien el suelo. Le observé agacharse y mirar la tapa de mi pasadizo: ¿sería capaz en ese estado de ver los matices? Vi como torció levemente los labios y me di cuenta de que lo había notado, estaba claro que era observador. Con mucho cuidado se levantó y observó a los alrededores, buscando algo. ¿Me habría visto? Bueno, realmente aquello no importaba: mi misión era rescatarlo y llevarlo sano y salvo a los brazos de nuestra Reina. El tiempo que había perdido en el pasadizo acababa de recuperarlo: quizás la Diosa a la que tanto adoraban existiera de verdad, ya que... ¿cuál era la probabilidad de que el Rey hiciese un intento de fuga el mismo día que nosotros atacabamos? Estaba claro que era el destino o alguna intervención divina.No se me daba bien hablar a otras mentes incluso de la manada, pero tenía
No sabía el tiempo que había pasado matando lobos. Mar me había dicho que tenía que ser creíble, así que me había metido totalmente en mi papel. Varias veces había sentido cómo algunos lobos de mi equipo eran heridos y no podía evitar sentir dolor y avivar mi ira con cada uno de ellos. "Los que sean heridos y no estéis en condiciones de luchar, retiraos de la batalla. Regresad. Si el adarve está libre, encontráis arcos y flechas, estáis en condiciones de poder cubrir nuestra retirada cuando nos vayamos y después podéis huir, podéis quedaros allí. Si no, regresad con la Reina, ella no quiere bajas. Si veis a alguien herido en retirada que sea perseguido, cubridlo. ¡Mantengámonos con vida!"Los lobos estaban cumpliendo perfectamente su misión y mis órdenes y habíamos avanzado mucho más de lo esperado. Sólo habían matado a uno de los nuestros, algo que era casi un milagro si teníamos en cuenta que lo que parecían todas las fuerzas enemigas estaban centrados en nosotros. Por fortuna, todo