Pasaron un par de días desde que Alfred llegó a mi manada. Se adaptó rápido y aunque ya había demostrado que no le gustaba que una mujer fuese una Alfa, sí que se sorprendió de toda la gestión que estaba haciendo (y que los de la antigua aldea de pícaros hacían por mi).— Es sorprendente todo lo que has hecho en unos meses, Reina Bendita. — Que sea una mujer no significa que no pueda hacer las cosas bien, Alfred.— Algunas cosas son impensables.— ¿Cómo cuáles?— La armadura. Pensar en eso es... imposible, pero yo la he visto. Emily había conseguido finalizar la armadura: todos los lobos podían llevarla y usarla con facilidad, el problema era su excesivo tamaño y peso a la hora de hacer su trabajo.— Sí, ahora falta perfeccionarla. Los laboratorios están trabajando sin descanso para buscar la mejor aleación de metal. Sólo necesitamos encontrar una que sea liviana, fina y resistente.— Sólo siendo liviana y fina ya es una defensa increíble. — Alfred, no soy conformista y Emily aún m
El camino hacia el hospital se me hizo eterno, mientras me esforzaba en contener las lágrimas de dolor, sin éxito. Alfred no dijo nada más mientras me llevaba en brazos y no pude evitar pensar en si existiría algo para calmar el dolor de un vínculo traicionado, ya que provenía de la propia alma: estaba segura que un Paracetamol no sería de ayuda. Llegamos al hospital en reconstrucción, aunque las obras ya estaban bastante avanzadas. Me fijé que en la puerta había un despliegue de varios médicos, incluso tenían una camilla con refuerzos en los laterales. Todos parecían ansiosos.— ¿Qué... hacen... ahí... fuera? — La están esperando para tratarla, Reina Bendita.— ¿Cómo... saben...?— ¿Lo que ha pasado? Es fácil, mi Reina: toda la manada está ligada a ti, por lo que pueden percibir una pequeña parte de tus emociones, si no lo proteges adecuadamente. Todos hemos podido sentir tu dolor y los médicos no han tardado en preguntar el motivo a todos mientras comenzaban a prepararse. Fui a re
Salí conteniendo la furia de mi casa provisional en dirección a la frontera de mi territorio. Detrás de mi, Joselyn y Estrella me seguían, además de la ambulancia y muchos de los lobos que sabían luchar. Notaba que Esteban, Elisa y los demás guardias estaban corriendo para alcanzarnos."¿CÓMO SE ATREVEN A VENIR DE NUEVO HASTA AQUÍ? LAS VOY A MATAR, A DESPEDAZAR UNA A UNA!" — gritó Sahira enfurecida en mi mente, con los ojos inyectados en sangre."Cálmate Sahira, no es bueno para el bebé." — dije sabiendo que eso la relajaría un poco."Pienso destrozarlas y después, el bebé tendrá un embarazo tranquilo y calmado al lado de su padre."Llegué a la frontera y me paré de forma repentina.— ¿Pero qué..? ¿Quiénes sois vosotras? — pregunté sorprendida al ver a un grupo de mujeres desconocidas y vestidas con tonos claros: no parecían desprender maldad.— Buenos días, Reina Alfa Luna Mar, última de los Benditos. — dijo una bruja pelirroja con ojos grises haciéndome una reverencia — Mi nombre es
Terminamos el juramento y noté cómo todas las conciencias de las nuevas cincuenta brujas se unían a mi manada. Ya había perdido la cuenta de los lobos que tenía en mi manada y de las demás especies: tan sólo aprovechaba todo lo que me ofrecían buscando venganza y proteger a los míos. Me senté debajo de un árbol: hacer el juramento me había cansado y necesitaba un descanso. Alfred me imitó."¡Bienvenidas a Luz de Luna!""¿Qué son? No son lobas ""No, pero, ¿acaso importa? Las arañas han salido muy bien"."Excepto por la traidora ". "Ya nos encargamos de ella y no volverá a suceder "."La traidora reveló a otro traidor"."¡Cállate! Nuestra Alfa cree que es inocente "."¿No estábamos dando la bienvenida a las nuevas?""¡Ay, sí! Bienvenidas. ¿Qué sois?""Hola, muchas gracias. Soy Isa y soy la líder de un Aquelarre de Magia Blanca.""¿¡SOIS BRUJAS!?""Espera, nuestra Alfa ha aceptado un Aquelarre?""No, eso no puede ser. No tiene sentido.""Han dicho que son brujas blancas. Rose y su aquel
— ¿Qué sucede, mi Alfa? — preguntó Isa al ver cómo me levantaba estando alerta.— Tenemos visita.— Entiendo. — dijo la bruja y levantó las manos mientras murmuraba algo ininteligible.Una luz blanca rodeó sus manos y de la nada todos los árboles se iluminaron revelando una sombra que claramente no encajaba con la situación. Isa la miró sorprendida.— ¡Vaya! Así que al final has venido. Miré a la bruja sin comprender.— ¿Acaso os conocéis?Me miró con lástima.— Mi querida Alfa, sólo los lobos y alguna otra raza de cambiaformas viven aislados del resto del mundo sobrenatural. Algunos nos conocemos de hace un tiempo. Acerca de esta sombra... la conocí de camino hacia aquí pero ella no estaba segura de venir. En fin, me alegro de que haya venido, ahora la pregunta es: ¿Vienes a cumplir tu misión o vienes a unirte a la manada?— Quita la luzz — dijo una vocecilla femenina siseante: me recordaba a una serpiente.— No puedo. Ahora pertenezco a esta manada y he jurado protegerla. Responde
Terminamos el juramento y noté cómo la mente de Yo se unía a la de toda la manada. Sin embargo, a diferencia de todas las demás mentes, la de Yo era diferente: era como si estuviera hecha de un humo suave y oscuro que estaba en todos los sitios y en ninguno a la vez."Tu mente es extraña, Yo. Es como si estuviera y no estuviera a la vez"."Alfa, essso esss porque sssoy una sssombra, asssí que mi mente esss como si fuessse una".— encontré curioso que incluso en la mente su voz sonase como una serpiente."¡Oh! ¡Otro nuevo desconocido! ¡Hola y bienvenido!""¡Hola!, ¿qué eres?""¡No seas maleducada! ¿Cómo puedes preguntarle eso así de golpe?""No es un hombre lobo, ni una araña, ni una bruja. Sólo quiero saber qué es"."Pero esas no son las formas "."Yo la entiendo. No sabíamos que existían las arañas humanas hasta que se unieron. Siento mucha curiosidad por los demás seres que no conocemos "."Hola. Me llamo Yo y sssoy una sssombra"."¿Una sombra?""¿Se llama Yo? Es un nombre extraño ".
Pasaron algunos días desde que Yo se había unido a la manada. Los vigías nos alertaban todos los días de que había nuevos seres cerca del territorio de nuestra manada pero no se atrevían a acercarse. El aquelarre de Isa se había tomado muy en serio la protección mágica de la manada y nos informaban de cada intento mágico de acceso. Me sorprendió mucho descubrir que teníamos una media de cincuenta intentos diarios para espiarnos. Era sorprendente lo organizadas que estaban en los turnos de vigilancia e incluso sacaban tiempo adicional para observar la armadura y dar algunos consejos o realizar distintas curaciones mágicas en la manada. En muy poco tiempo se habían convertido en una parte muy importante y se habían ganado el respeto de todos. Mis arañitas (cómo había decidido llamarlas) demostraron ser muy eficientes en sus métodos de estimular la predisposición para hablar... en el momento que las dejabas utilizar todo lo que quisieran. Así fue como nos enteramos que el alma de mi madr
Finalmente había llegado el día. Ésta noche habría luna llena y era el día que menos esperarían que les atacasemos: nuestra especie era conocida por salir a celebrarlo con grandes fiestas y jaranas que con excesiva frecuencia terminaban en sexo desenfrenado. Una vez hecho el plan, el mayor problema era ir hasta la manada sin dejar desprotegida la nuestra, pero de nuevo Isa y su aquelarre nos sacaron del apuro.— ¿Moverse hasta allí? No es difícil, mi Reina, podéis usar el teletransporte.La miré sin comprender. — ¿Teletransporte? Somos lobos, arañas y una sombra, no podemos teletransportarnos.— Claro que no, pero nosotras podemos crear puntos de teletransporte. Tan sólo hace falta una bruja blanca que haga el punto y lo conecte a otro punto. Pero por mucho que protejamos la conexión, mi Reina, debe saber que es peligroso, ya que alguien que descubra los puntos y conozca las claves, podrá usarlos en nuestra contra.— ¿Se puede destruir un punto después de crearlo?— Sí, pero siempre