Capítulo 33
Le seguimos hasta una sala privada.

— Sólo ella y yo. — dijo Alfred.

— No. — dije — son mis guardias. Es su trabajo protegerme.

Alfred me miró sorprendido.

— ¿Por qué estarías en peligro conmigo? Te protegí y cuidé durante tu estancia aquí hace dos años.

— Las cosas han cambiado mucho desde ese entonces, Alfred.

— Sí, ya lo veo. ¿Alfa, una mujer? ¿de verdad? Eso es antinatural.

Sentí una oleada de rabia y furia procedente de Sahira.

"Maldito machista" — dijo mi loba.

"Hace dos años querías follártelo."

"Todas cometemos errores alguna vez. Al menos no me folló".

— Sí, mujer y Alfa. Vamos dentro, es algo que debemos hablar los ocho en privado.

Alfred me miró mal cuando hice un gesto a mis guardias para que pasasen primero.

— ¿Vienes? — le pregunté después de pasar.

No dijo nada pero entró a la habitación y cerró la puerta.

— ¿Y bien? ¿Qué está sucediendo aquí? — preguntó Alfred y después me miró — la verdad es que me esperaba otra cosa cuando volvieses, no ésto.

"Será cerdo el puto mac
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