Le seguimos hasta una sala privada. — Sólo ella y yo. — dijo Alfred.— No. — dije — son mis guardias. Es su trabajo protegerme.Alfred me miró sorprendido.— ¿Por qué estarías en peligro conmigo? Te protegí y cuidé durante tu estancia aquí hace dos años.— Las cosas han cambiado mucho desde ese entonces, Alfred. — Sí, ya lo veo. ¿Alfa, una mujer? ¿de verdad? Eso es antinatural.Sentí una oleada de rabia y furia procedente de Sahira."Maldito machista" — dijo mi loba."Hace dos años querías follártelo.""Todas cometemos errores alguna vez. Al menos no me folló".— Sí, mujer y Alfa. Vamos dentro, es algo que debemos hablar los ocho en privado.Alfred me miró mal cuando hice un gesto a mis guardias para que pasasen primero.— ¿Vienes? — le pregunté después de pasar.No dijo nada pero entró a la habitación y cerró la puerta.— ¿Y bien? ¿Qué está sucediendo aquí? — preguntó Alfred y después me miró — la verdad es que me esperaba otra cosa cuando volvieses, no ésto."Será cerdo el puto mac
— Estuviste genial, Alfa. — me felicitó Fernando cuando estuvimos lo suficientemente lejos para ser escuchados.— Apartaste como si nada a un Alfa y lo lesionaste. Muchas gracias por protegerme, Alfa. — dijo Joselyn emocionada.— ¿No tendrías que haberte defendido? — pregunté.— Sí pero los Alfa son muy rápidos y yo sólo soy una Delta. Se me da bien luchar e incluso podría tener una pelea digna contra un Beta, pero un Alfa es demasiado para mi. — Nunca nada es demasiado, Joselyn.— Pero soy una mujer, Alfa. No puedo igualar la fuerza.— ¿Y quién ha hablado de igualar la fuerza? Ellos son más fuertes, sí, pero nosotras somos más rápidas. Un golpe rápido en un punto crítico es tan eficaz como el más fuerte de los golpes.— Pero sigo sin poder igualar a un Alfa.— No te autolimites, Joselyn. Si los títulos lo fuesen todo, nunca habrían caído las familias benditas. Y mira la actualidad: soy la última de todos los que han existido. Si crees en ti misma, si rompes tus propias barreras, pod
— ¡Maldita sea! — me quejé en voz alta y me giré hacia Jake — ¿y ahora qué hacemos?— Creo que pasar tiempo juntos. No es como si nos hubieran dejado otra opción. — dijo Jake tranquilo desde la silla en la que se había sentado.— Hace mucho tiempo que eso no pasa, Alfa.— No, eso es mentira. Pasamos mucho tiempo juntos y...— Rodeados de otros lobos. — me interrumpió Jake levantándose y dirigiéndose hacia mi — Echo de menos pasar tiempo juntos, a solas.— ¿Echarlo de menos? No es como si tuviéramos una relación, Jake.— ¿Y qué tenemos exactamente, Alfa? — dijo Jake con esa voz que tanto me gustaba: noté como se me erizaba el pelo de los brazos.— Una bonita amistad y... — ¿Eso somos, Mar? ¿Amigos? — dijo Jake poniéndose detrás mío y abrazándome por la cintura — ¿De verdad? — Sssí. — dije poniéndome nerviosa: ¿por qué tenía que oler tan bien? — Si eso es lo que somos... entonces... — Jake pegó su cuerpo a mi espalda. Inconscientemente agarré las manos que tenía en mi vientre. Acercó
Me desperté con muchísimas agujetas.— ¿Qué...? — dije con la voz totalmente somnolienta y ronca mientras me estiraba en la cama.— ¡Ay! — se quejó Jake cerca. Demasiado cerca. Me giré y le vi sujetarse el ojo — Me has dado con el codo.Iba a preguntar qué hacía él en mi cama cuando todos los recuerdos de la noche anterior aparecieron en mi mente. Me sonrojé muy intensamente y me tapé la cabeza con el nórdico.— ¿Mar? ¿Pasa algo? — me preguntó Jake, preocupado.— ¡Sí! ¡No! ¡No lo sé! — dije desde debajo del edredón.Pasaron unos segundos y escuché a Jake reírse. Sí, me encantaba escucharlo feliz pero en estos momentos estaba totalmente avergonzada.— ¿Es por lo de anoche? — dijo con esa voz grave que me encantaba.— Si... — murmuré en un tono excesivamente bajo. Volvió a reírse y se metió debajo de la manta. Antes de que pudiera hacer una barrera con el nórdico para que nos separase, él se puso encima mío para sujetar mis brazos por encima de mi cabeza. La posición era realmente compro
La manada de Alfred se encontraba a doce horas corriendo en forma de lobo.— No te preocupes, Alfa. Monta en tu forma humana sobre mi lomo para evitar rasgar ese bonito vestido que llevas. — me dijo Jake cuando me vió en el apuro de ir en forma de lobo.— No sabía que eras una montura. — dijo con malicia Alfred.— Quizás a diferencia de tu manada, nosotros damos todo por nuestra Alfa de forma voluntaria: ella no nos pide que hagamos cosas por ella, nosotros lo hacemos porque queremos. — dijo Joselyn — Ella pesa menos que algunas de las piezas que he cazado en invierno. No es la primera vez que ella monta sobre mi y para mi es todo un honor ser todo lo que ella necesite que sea. — dijo Jake.— Sí, eso es innegable. Supongo que las mujeres Alfa prefieren tener sexo con los Beta que con alguien de su posición y rango.— Mi vida privada no es asunto de tu incumbencia, Alfred. — dije tajante — Me acuesto con quien yo quiera siempre que también la otra parte quiera hacerlo. Para follar no
La manada de Alfred era impresionante: tenían casas de lujo, tiendas caras... también vi algunas fábricas de ropa de marca."Quién hubiera dicho que algunas de las marcas más caras del mundo pertenecían a una manada." — me dijo Sahira."Eso significa que nosotros también podemos llegar así de alto."— ¿Quién dirige las fábricas? — pregunté por curiosidad.— Yo. Soy propietario de todos los negocios: les pago un salario a mis lobos y además financio todos sus proyectos."Lo que quiere decir, Alfa, es que él obliga a todos sus lobos a darles sus negocios para ser el lobo mas rico sin esforzarse mucho. Así con el dinero de todos los demás él financia las empresas y deja que sus lobos las dirijan para darle más dinero fácil."— me explicó Esteban por el canal de los guardias.— Entiendo. Muchas gracias, Alfred. — Alfa Alfred. — me corrigió. Observé a nuestro alrededor como varias lobas nos miraban sorprendidos. Sonreí. Había que agitar un poco el avispero.— De acuerdo, Alfa Alfred. Creí
Escuché cerrarse la puerta y al segundo siguiente, estaba en mitad de un beso totalmente apasionado.— Diosa de las diosas, no sabes lo mucho que me he estado conteniendo, Mar. — dijo Jake después de que parasemos a coger aire.— Tenía tantas ganas de matar a ese capullo como de comerte la boca y hacerte mía otra vez. Ver cómo te enfrentabas a él, cómo has conseguido tu propósito... mi reina, eso es increíblemente sexy. — Sólo hice lo que tenía que hacer, Jake. — dije acariciando su musculosa espalda. Volví a besarlo con fiereza.— Mar, tenemos que darnos una ducha y prepararnos. — dijo Jake en una pausa para coger aire — Nosotros... no podemos dedicarnos tiempo, cariño. No ahora. Pero si quieres esta noche... — acercó su boca a mi oído y susurró — soy todo tuyo, para lo que necesites.Un escalofrío excesivamente agradable y placentero recorrió mi espalda.— ¡Jake! No seas travieso. Además, me gustaría saber más cosas de ti. No quiero que todo se resuma en protegerme y follar.— Por s
Entramos en la habitación y me tumbé en la cama.— Odio hablar en público, Jake. Es agotador.Noté que Jake se tumbaba a mi lado.— No es para tanto, cariño. Ya verás cómo con el tiempo, coges práctica.— Lo dudo. Odio los nervios y todo lo relacionado con ello.Jake me rodeó con su brazo y acercó nuestros cuerpos.— Entonces siempre estaré ahí para ayudarte.— Lo sé, lo sé. Eres todo un encanto.— No te imaginas cuánto. Es sólo una pequeña parte de todo lo que puedo darte.Sonreí y le di un tierno y suave beso en los labios.— Por cierto Jake... cuéntame cosas de ti. Por ejemplo, ¿cuántos años tienes? ¿Cuál es tu color favorito? Jake se rió.— Soy todo un abuelete si comparamos mi edad con la tuya. — ¿Abuelete? En todo caso diría madurito sexy.— Madurito sexy... me gusta como suena. — y añadió en un susurro en mi oído — me alegra saber que me encuentras sexy.Un escalofrío recorrió mi espalda.— Mucho. Eres una jodida tentación.Jake se inclinó sobre mi y no pude evitar notar los