— Cuídate mucho, mi pequeña... — dije mirando el lugar por el que mi hija acababa de desaparecer y con dos enormes surcos de lágrimas recorriendo mis mejillas.— Ten mucho cuidado.... — escuché murmurar a mi marido. Escuchamos un aullido que nuestra alma nos dijo que era de nuestra hija.No se el tiempo que pasamos mirando el lugar por el que se había ido. Siempre supimos que nuestra hija saldría a buscar respuestas en algún momento de su vida aunque siempre esperamos que aquello no sucediera nunca.— Vámonos cariño... tenemos que volver. — me dijo mi marido con los ojos rojos de tanto llorar.Lentamente regresamos a nuestra casa con un gran pesar en nuestro corazón. Tan sólo esperaba que si lograba encontrarse con los suyos la tratasen bien.Los siguientes cuatro días fueron difíciles: tenía la necesidad de abrazar, besar y mimar a mis dos hijas, eso sin contar que el pueblo se había dado cuenta de que Mar no estaba por lo que no paraban de hacer preguntas.— Ya te lo he dicho muchas
— ¡RRROOOSSSEEEE! — grité de rabia en dirección al techo cuando el vídeo terminó. Jake temblaba a mi lado.— Ésa... ésa mal nacida... la vi, ¡la vi! ¡LA VI EN EL ATAQUE DE LA MANADA! — rugió Jake.Miré con sorpresa (y furia) a Jake.— ¿La conoces? — Sí. Esa bruja... esa maldita bruja... engañó a tus padres. Les hizo creer que eran aliados y que sólo querían hacer tratos comerciales. ¡ELLA ESTUVO EN EL ATAQUE! ¡ELLA MATÓ A TU MADRE! — Jake golpeó con violencia el puño contra el suelo.Furia, ira, rabia, dolor. Todo eso era lo que sentía y aumentaba por momentos. Rose... esa maldita arpía había matado a mi familia dos veces y me había hecho la vida imposible. Esa maldita comemierda y su grupito de cabezas huecas iba a pagarlo muy caro.— ¿Sabes dónde están, dónde se esconden? — pregunté a Jake.— No. Pero necesitamos hacernos fuertes y conseguir un ejército antes de buscarlas. Esas brujas son fuertes.— ¿Y de dónde consigo yo un ejército?— No lo sé. Quizás si visitas otras manadas al
Aquel fue uno de los peores días de mi vida: después de decidir nuestros siguientes pasos, cogimos ambos cuerpos y los llevamos al claro del bosque en el que nos habíamos visto por última vez. Habíamos encontrado en el pueblo un par de palas grandes así que las habíamos robado... bueno, si puede decirse robar a coger el material de una tienda de un pueblo en el que todos han muerto. Mi conciencia estaba muy tranquila en ese aspecto.— Hubiera estado bien saber que el pueblo está destrozado para que la manada pueda conseguir cosas gratis. Total, nadie va a reclamar. — comenté mientras cavabamos las tumbas.— Pero eso es robar. Los seguros de los negocios o algún heredero podrían volver.— ¿Y qué van a hacer con el pueblo? Está destruido, no es viable a nivel económico reconstruirlo y el material está dañado.— Y aún así está en mejores condiciones que el nuestro...— murmuró Jake.— Lo sé. Por eso me gustaría que pudieran enterarse. Incluso podrían coger la comida que esté en buen estad
— Bien Jake, necesito que me cuentes todo lo que sepas. — le dije en una pausa después de caminar varias horas.— ¿Por dónde quieres empezar? — No lo sé. Quizás con todo lo que sepas de Lúnula.— Hay muy poca información... no se si te servirá de algo.— Prueba.— Está bien... Hace mucho, mucho tiempo, cuando fuimos creados por la Diosa, ella bendijo a un grupo de familias para que nos liderasen con sabiduría, inteligencia y fuerza. Todo fue paz y armonía pero con el paso de los siglos esas familias fueron creyéndose las más fuertes y poderosas, provocando el abuso de muchos Alfa. Así fue como empezó la primera Guerra de los Alfa. Las leyendas dicen que en una de las familias bendecidas nació una niña especial con unos poderes que no se habían visto nunca antes. En el apogeo de la guerra, ella apareció para poner fin a la guerra, pero muchos lobos habían visto la posibilidad de tener poder y se negaron. Se dice que ella rezó a la Diosa de la Luna suplicándole poner fin a la matanza de
Me desperté a primera hora. ¿Cómo lo sabía? Por la posición del sol, claro. Miré a mi alrededor y vi a Jake durmiendo a cierta distancia. Le observé: su pelo negro estaba desordenado y sus labios tenían una sonrisa tensa. Me pregunté que estaría soñando. Recordé todo lo que pasó anoche y me sonrojé: aunque no quería perder aún mi virginidad... no le había mentido, era verdad que me sentía atraída hacia él aunque no sabía el motivo. Era una sensación extraña para un chico al que había conocido cuatro ¿o eran cinco? días antes."Tenías que haberme despertado. No habría podido resistirse a mis encantos." "Me alegro que se controlase, no quiero perder aún mi virginidad.""Eso no es lo que me dicen tus recuerdos""Estaba bajo el dominio de ser Luna. Eso no cuenta.""Aún así, hay algo más de fondo. Esa atracción no es normal.""¿No? No nos ha pasado con otros chicos.""Sólo con Alfred.""Aguafiestas.""De todas formas tienes que hablar con Jake, tanto del beso... como explicarte qué son lo
Los días pasaron bastante rápido. Llegamos casi dos semanas después al aeropuerto atravesando bosques en nuestra forma de lobo y durmiendo de vez en cuando en algún pueblo humano. No nos habíamos encontrado ningún pícaro ni ninguna manada algo que le extrañó a Mar, así que tuve que explicarle que después de la caída de Luz de Luna y SunLight, los lobos se habían retirado al no tener un lugar en el que prosperar o con quien hacer tratos. No quise mencionar que los pícaros consideraban el territorio gafado y por eso no se habían establecido... aunque en eso teníamos un poco de culpa.También le conté muchas cosas acerca de su familia y la manada antes del ataque. También le hablé de las cosas que pasaron después del ataque y la situación exacta de la manada: era peor de lo que ella se podía imaginar, necesitábamos con mucha urgencia el dinero.Por otro lado, acerca de mi castigo... bueno, me había obligado a darle un beso de buenos días y otro de buenas noches. Parecía que eso la ayudab
Ella tan sólo sonrió y me señaló la cama. Con un suspiro, me quité la camiseta y los pantalones y me metí en la cama. Noté que ella no se había movido.— ¿Alfa? ¿Has cambiado de opinión? — No. ¿Por qué te has quedado en boxers?— Los cuerpos dan mucho calor. Además, es incómodo dormir con unos jeans. — de repente vi mi oportunidad — Pero si te incomoda dormir conmigo en ropa interior puedo dormir en el suelo.— No. — dijo ella con determinación y fastidiando mi último y desesperado intento por evitar esta noche. — Dormiremos juntos.Y sin decir nada más, se quitó el sostén por debajo de la ropa.— Es muy incómodo dormir con eso puesto. — dijo y acto seguido, subió de un salto a la cama. Se puso detrás mío — Vamos a tener que dormir muy pegados. Yo dormiré en el lado de la pared y tu en el de la puerta.— De acuerdo, Alfa.— dije intentando evitar la tensión en mi voz: su olor me estaba empezando a afectar y no ayudaba saber que estaba sin sujetador.Tensé todos mis músculos cuando not
Bum bum, bum bum, bum bum... aquel sonido rítmico y relajante me despertó junto a un olor muy agradable. Por primera vez desde la muerte de mis padres, me sentía bastante bien. Sonreí acomodándome de nuevo, hasta que me di cuenta que me rodeaban unos brazos. Aparté la cabeza del pecho lleno de cicatrices que estaba utilizando de almohada y vi a un Jake durmiendo tranquilamente. Estaba disfrutando de las vistas (algún día le preguntaré porqué tiene tantas cicatrices) cuando recordé todo lo de anoche. La vergüenza hizo que bajase la cabeza."Te lo merecías." — dijo Sahira en mi mente."Lo sé... lo sé. Estos últimos días he sido muy cruel con él.""No has sido sólo cruel: has sido una verdadera calientapollas. Aún no entiendo porqué sigue con nosotras."No supe qué decir porque Sahira tenía razón: las últimas dos semanas había hecho de todo sólo para atormentar a Jake... y todo porque me sentía mejor haciendo sufrir a otras personas. El lobo de Jake estaba en lo cierto: no era una buena