Capítulo 34.

Unos fuertes brazos me tomaron por la espalda mientras su cabeza reposó sobre mi hombro derecho.

-¿Qué quieres hacer?- Preguntó dándome un suave beso en la punta de mi oreja.

-¿Primero? Comer. Después te dejaré el resto de la tarde para que resuelvas tus asuntos con quien sea que trabaje para ti en busca de información.- Dije suspirando. – Te esperaré en la habitación.

-De acuerdo.

Fuimos juntos a la cocina y por fortuna estaba vacía. Aún no sabía cómo sentirme al respecto con la situación así que Cole me hizo un par de sándwiches antes de disculparse e irse a buscar a sus informantes.

Sin ánimo de comer sola en esa gran cocina, tomé mi plato y subí las escaleras.

-¿De verdad vas a quedarte ahí mirando a la nada otra hora más?- Preguntó lentamente Marco levantando la vista de sus papeles.

Llevaba al menos cuatro horas en su oficina. De alguna forma mis pies me habían traído hasta aquí; solo fue cuestión de entrar y sacar a Marco de su muy mullida silla para que yo pudiera acurrucarme
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