Hasta aquí el maratón de hoy!!! Espero que le haya gustado; si quieren otro maratón este comentario debo llegar a las 20 manitas arriba XD los amo mucho mis preciosos fanseses :D
El lobo me miró incrédulo pero aceptó mi invitación. Por educación o por miedo de molestar a la monarca de otro reino, no lo sé y la verdad no me importaba. Tomé su mano y lo llevé a la pista de baile; para su desgracia, la orquesta estaba tocando una melodía alegre y que implicaba algunos movimientos rápidos de pies. -Señorita, yo... -No se preocupe, sé que no puede moverse rápido. Bailemos lento- Dije muy segura poniendo su mano en mi cintura mientras lo guiaba al vals más lento de la historia. -Le agradezco el gesto, pero yo... -¿Se está divirtiendo? - Pregunté con una sonrisa brillante. -¿Eh? ¿Si? -¡Maravilloso! Yo también lo estoy haciendo. Hábleme de usted, se lo ruego. Me miró desconcertado y comenzó a hablar. -Soy el Barón... -Muy interesante. ¿Tiene hijos?- Dije interrumpiéndolo. -Si. Cuatro lobos en edad adulta. ¿Está buscando pareja, majestad?- Preguntó curioso. -No, solo estoy aburrida. Gracias por el baile- Dije y lo dejé en la pista parpadeando porque el pobre
Cole. Más temprano.-¿Qué necesitaba, su majestad?- Pregunté cuando ambos seguimos de largo por el pasillo. Su abuela era un ser temible.Marco frunció el ceño.-Tengo información sobre lobos del Oeste evadiendo mi seguridad y adentrándose en mi palacio. Quería revisar si mis huéspedes se encontraban bien, ponerlos sobre aviso e invitarlos al baile de esta noche.Yo arqueé una ceja.-Aún no conoce a Lily, pero es claro que si hay algún intruso, con su suerte o su extraordinaria facultad para meterse en problemas, ella terminará encontrándolos y los llevará ante usted.-Por favor, no seas formal conmigo- Dijo después de asentir- Llámame Marco.-Bien. No tienes por qué preocuparte por Lily, ella puede defenderse sola. Con respecto al baile, me temo que no tengo nada formal que ponerme. Lily y su madre convirtieron mi ropa de gala en bolsas durante nuestro viaje.-¿Qué?- Preguntó desconcertado.-Es su pasatiempo.-Está... bien. Si, bien... eso puede solucionarse rápidamente - Dijo tropez
Seguí a Cole cuando terminé de reacomodarme mi vestido. De alguna forma el mango con patas me había bajado los hombros de esta cosa sin darme cuenta.Maldito, solo le gustaba provocarme.Como sea, tenía curiosidad por ver el espectáculo que Marco había montado solo para satisfacer los recelos de sus nobles.Salí al jardín y algunos guardias me indicaron la dirección amablemente; al parecer era la última en llegar porque una gran rueda alrededor de lo que parecía ser una arena improvisada ya se encontraba apoyando a su rey y nadie se percató de mi presencia.Cole ya estaba quitándose su bonito traje negro y desabrochando su camisa azul oscuro. Se veía muy comestible, lástima que yo era pequeña y no podía ver con claridad desde aquí. Así que busqué entre la multitud un hueco o algo donde me pudiera colar para tener una mejor vista y lujuriar al mango en paz.Encontré el hueco que necesitaba justo detrás de un grupo de lobas; todas ya estaban soltando disimulados, y no tan disimulados,
-Las reglas son sencillas.- Dijo el lobo mediador mientras la multitud apoyaba a su favorita y hacía apuestas para nada disimuladas sobre el resultado del duelo.Incluso pude escuchar a Savanah apostando ruidosamente por mí. Ella me conocía, los otros lobos no, así que yo presentía que para el final de esta ronda, ella sería una loba muy rica y yo le lancé pulgares arriba.Luego señalé a Cole y le hice gestos para que apostara también por mí. Él obedeció claramente divertido.Debía admitir que ésta era una muy buena idea; ayudaba a que los nobles arreglaran sus diferencias semi pacíficamente en presencia de su rey y hacía circular el oro. Todos ganaban.-Pueden escoger cualquier arma de la mesa de armas antes del encuentro; el duelo termina en cuanto el otro lobo queda desarmado, reconoce la derrota o se rinde.- Dijo el mediador y luego nos hizo un gesto a Shelly y a mí para que escogiéramos armas.-¡Tienes esto, Shelly!- Gritó una de sus seguidoras y yo puse los ojos en blanco.-¡No
No llegamos a nuestra habitación. Cole me llevó al primer cuarto vacío que encontró que resultó ser una especie de sala de recepción en el que habían algunos cuantos sillones mullidos.Mucho más tarde, cuando nuestras respiraciones se calmaron y mi corazón dejó de latir salvajemente en mi pecho, recordé que el rey Marco había dicho algo sobre regalarnos un libro.-Oye Cole, ¿De qué iba todo eso de regalarnos un libro por nuestra alianza?- Pregunté curiosa. Si alguien podría saber del asunto, era él.-¿Recuerdas que te conté sobre el mercader de libros que estábamos buscando?- Dijo lentamente mientras yo asentía y lo veía ponerse su ropa de nuevo. Yo estaba esperando a que terminara el espectáculo antes de hacer lo mismo.- Bueno pues no encontramos al mercader; creo que la señorita Anya le comentó algo al respecto a su nieto y él mandó a su flota privada para interceptar a cualquier barco con mercaderes de libros que quisieran atracar en sus puertos, así en caso de que se nos escapara
Desperté deliciosamente más tarde con la lengua de Cole haciendo cosas traviesas en mi cuerpo. -Me encanta cómo sabes, cariño.- Dijo con un gruñido mientras subía por mi cuerpo y se acomodaba entre mis piernas para tomarme lenta y dulcemente. -A mí me encanta morderte.- Dije tomando su cara para besar sus labios antes de girar su cuello y morderlo un poco. -Lo he notado, así como todo el palacio y la mayoría de la gente que nos conoce.- Dijo divertido sin cambiar el ritmo. -¿Te molesta que lo sepan? – Dije con una sonrisa maliciosa enganchando mis piernas en sus caderas. -No. -Bien. Mucho más tarde, quise ser una loba perezosa y usamos el servicio a la habitación. Mientras esperábamos, le pedía Cole que siguiera leyendo. -Me daré un baño mientras estás en eso.- Dije guiñándole un ojo. -¿Puedo acompañarte?- Preguntó esperanzado. -¿Y quién recibirá mi comida? Alguien debe permanecer con ropa.- Dije inocentemente dirigiéndome al baño. Puse un montón de sales aromáticas en la ba
Cole. Dejé a Lily dormida con una última caricia y un beso en su frente antes de levantarme y comenzar a vestirme. Por supuesto que me sentía cansado, pero ya dormiría más tarde en el barco. Me dirigiría directamente a la biblioteca; sabía que Anya no se iría de ahí hasta leer a todos sus nuevos “bebés”. Me detuve en la puerta y regresé para arrodillarme a un lado de la cama y tocar suavemente el vientre de mi pareja. -Papi no se irá por mucho tiempo, pequeño. Cuida de tu madre. Me había despertado más temprano con la sensación de que Lily olía diferente, pero no fue hasta que salimos de la habitación para ir a buscar a la curandera Anya que mi cerebro confundido fue iluminado. Era apenas perceptible, así que dudaba que Lily se diera cuenta hasta dentro de un par de semanas al menos cuando mi olor dejara de ser tan perceptible en su piel. Me alejé solo porque tenía una misión. -Creí que tardarías más en llegar, príncipe.- Dijo divertida Anya cuando entré en la biblioteca. -Nece
Kyrian. Hace una semana, en el Continente Central.-Esto es malo, Karel.- Dije entrando en su oficina sin ningún tipo de protocolo.Él bajó los documentos que ojeaba y me miró ceñudo.-¿Ahora sobre qué crisis debo ocuparme?- Dijo dejando caer su cabeza en el escritorio con un golpe fuerte.No lo culpaba. Desde hacía casi mes más o menos habíamos estado saturados de trabajo; ciertamente sabíamos que al matar a un montón de nobles tendríamos dificultades en el aspecto de sus posesiones, pero no contemplábamos que sus familiares fueran cuervos carroñeros y codiciosos que vendrían a molestar día, tarde y noche. Tristemente, el terminar con los rebeldes nos daba más problemas que soluciones pero eso fue solo algo que habíamos visto hasta después.Lo único divertido de la situación era que Karel por fin se estaba dando cuenta de todo el peso que había estado recargando sobre los hombros de su hermano, pues era él el que se encargaba de todo lo relacionado con los rebeldes, el ejército y cua