En la redacción del diario la Tribuna estaba la periodista Susana Lin. Se encontraba investigando una serie de datos que le llegaban de alguna fuente que tenía en la estación de investigación policial. Dichos datos consistían en el asesinato de una mujer con que respondía al nombre Amanda, esposa de un rico y muy libidinoso empresario. Según se detallaba, esta chica había sido asesinada en el baño de su casa, sin conocerse todavía las causas y los posibles autores materiales e intelectuales. Solo se tenían como sospechosos a su esposo Javier y su hermano Darío, ya que las investigaciones aún estaban sin avanzar. Ella decidió hacerlo y publicar avances en su diario, pero antes, tenía que convencer a su jefe de redacción en vista de que se trataba de personas con mucho poder económico.
Al acercarse a la oficina del jefe de redacción, la reportera Lin pid
Javier se encontraba en su casa luego del aquel día en que se enteró por boca de su suegro, que era ya una figura pública gracias a los medios. Ya habían pasado poco más de dos semanas del asesinato de su mujer Estaba ensimismado en pensamientos cuando vio un mensaje en su móvil que le llamó la atención. Era Jennifer, su cuñada. En el mensaje se leía: “Puedes llamarme”. Al verlo, Javier decidió llamarla.—¡Hola! ¿Jennifer cómo estás?—Yo bien ¿y tú? —Y como anticipándose a la respuesta dijo—: He visto la prensa y los noticieros todo el mundo está hablando de ti. Me imagino que la estarás pasando muy mal ¿cierto?—Pues acertaste, Jeni —musitó con voz apagada.—A diferencia de los demás yo creo en tu inocencia—Soy inocente, Jeni, &iq
Eran casi las 10 de la noche cuando Javier salió de su trabajo, lidiando con importantes negocios junto a su padre. Ya estaba presentando bastantes problemas por no estar atendiéndolo. Se dirigió directo a su vehículo, buscaba salir de allí cuanto antes. Al salir de la gran torre empresarial de la constructora OBRALITEC C.A., vio en su retrovisor una moto que comenzaba a perseguirle. La persona que lo manejaba estaba vestida de negro y tenía un casco que le cubría toda la cara. Javier dio varias vueltas para despistar al misterioso acompañante mientras trataba de adivinar quién podrá ser. Recordó aquel incidente con el novio de Esmeralda, Roberto. “¿Podría ser él quien me estuviera persiguiendo?” Se preguntaba, en tanto pensaba cómo actuar si fuera el novio desquiciado de Esmeralda quien estuviera en esa moto.Al cabo de un rato, su paranoia se estaba convirtie
XIV En una entrevista que la señora Gabriela de Martínez, madre de Amanda, tuvo con los detectives Ramos y Castro mencionaron que su hija tenía una amiga de nombre Cristina, información que ambos detectives no conocían. Cierto día Amanda estuvo mostrando todo su talento artístico en una exhibición sobre arte moderno que se efectuaba a las afueras de la ciudad en una prestigiosa fundación de nombre FUNCOMUNIC, perteneciente a una empresa bancaria que promocionaba trabajos voluntario en comunidades depauperadas, allí entre páspalos, refrescos y personas asistentes al acto se tropezó con una mujer q
Había pasado ya casi una semana luego del encuentro de Javier con Esmeralda en el que esta le lanzo un bombazo que lo dejo aturdido, su relación con Amanda estaba cada día peor. Entro a su oficina, la misma donde en ocasiones mantenía “ciertas relaciones” o “entrevistas” con una que otra chica, esta vez fue a su faena, llego a las 8:30 de la mañana a partir de ese momento y durante toda la mañana estaba atareado por reuniones pendientes que se debían hacer con socios de la constructora y torres de papeles por firmar sobre contratos y obras por hacer — el dinero requería de algún sacrificio — decía cuando estaba en aquellos aprietos.De pronto se oye un alboroto que viene de la planta baja, se escuchan gritos, objetos que caen al suelo un alboroto total. Decide bajar el mismo a ver qué sucede, como siempre prefiere tomar el control de las cosas por muy vulgares que
Estaba Amanda aquel día junto a Cristina cuando esta última sorpresivamente le estampo un beso en la boca. Amanda no se lo esperaba guardo silencio por unos instantes mientras procesaba aquello la miro y le dijo:— ¡Oye!, solo somos amigas.— Discúlpame pero es que no me contuve — lo decía apenada Cristina, se había puesto ella misma en una situación embarazosa.— No tienes por que disculparte amiga pero debes entender que estoy casada con un hombre.— Ok está bien, estoy convencida de que “cada uno tiene su modo de matar las pulgas” pero, ¡Vaya hombre el que tienes! ¡Te mereces algo mejor!— No estoy en contra de que entablemos una amistad Cristina, así que demos por superado lo que paso.— Esta bien Amanda pero sabes que me gustas.— Ya lo creo, pero ahora no estoy para más conflict
Durante bien entrada la tarde de un día caluroso de 2004, en las oficinas del cuerpo de investigaciones de la policía estatal, se recibió una llamada telefónica de un caballero quien indicaba que había encontrado muerta a su cuñada en el baño:—¡Aló!, ¡Aló! ¡Con la policía por favor! —Su voz se escuchaba angustiada y agitada.—¿Sí? ¿Dígame?—¡Mi cuñada, la encontré muerta en el baño, está ensangrentada!—¡De acuerdo! —dijo el interlocutor—. ¡Deme la dirección y en un momento iremos para allá!Minutos más tarde de haberse producido la llamada, se presenta al lugar del crimen el detective de la policía Wilfredo Ramos, hombre de aspecto robusto alto de piel blanca con anteojos, bigote grueso, de 55 años a punto de ju
En un atardecer y estando en la sala, Amanda, visiblemente molesta, decidió encarar a su esposo:—¡No puedo soportarlo más Javier! Esta situación no la aguanto. Tenemos que hablar. ¡Tenemos que darle una salida a esto!—¿Y cuál es tu problema? —dijo Javier, alzando la voz—. ¡Desde que estás conmigo no te falta nada!—No se trata de eso. Ya no eres el mismo, has cambiado —sollozó.—Siempre he sido así mujer, que tú hasta ahora no te hayas enterado no es mi problema. —Se volteó, dándole la espalda a Amanda, abrió la puerta y de un golpe, la cerró. Se había ido de nuevo.Allí estaba Amanda, en esa inmensa casa de grandes jardines y frías ventanas, pero con una elegancia enigmática y lúgubre en sintonía con su estado de ánimo. Sola de nuevo, sin sabe
El abogado de Javier volvió a interrumpir, esta vez, para solicitar al detective Ramos que dejara ir a su cliente:—Señor Ramos, creo que por hoy ya es suficiente. Es evidente que mi cliente está en toda la disposición de colaborar.—¡Muy bien gracias! Pueden marcharse. Si requerimos de su presencia lo llamaremos —dijo el detective Ramos, mirando el reloj de su muñeca y con cierto fastidio.El detective lo dejó marcharse, sin embargo, muchas preguntas se hacía en relación al caso. ¿De no ser él quien directamente asesinara a su esposa, estaría involucrada una tercera persona? ¿Sería Javier un autor intelectual del crimen? ¿Cuál sería el móvil de aquel asesinato? Solo había que ampliar el abanico de posibles sospechosos y testigos, esperar los adelantos hechos por los técnicos forenses, las pruebas de laborat