Después del maravilloso masaje que le hizo volver a quedar dormida, Lexie despertó con el maravilloso olor de una mariscada. La mujer salió de la habitación y se encontró con el Chapas, William y Berrocal cocinando a la leña, los tres hombres estaban disfrutando de la música. Vio salir por la cocina a Regina y la cual le saludó desde lejos. Lexie se acercó a ella y se disculpó por ser una pésima amiga.
Asher se había esforzado demasiado en secuestrar a Berrocal y a su esposa. Había tenido que ponerles a dormir a todos en tierra, primero a los navíos que les esperaban para proteger a los mafiosos más importantes de la ciudad. Asher estaba seguro de que Lexie y Berrocal no sabían cuán poderosos eran todavía y eso le había facilitado demasiado el trabajo.Berrocal despertó y vio a Asher sentado sonriéndole. Berrocal se quedó quieto mirándole y se revisó la ropa, no tenía faja, solo ropa interior, a su lado estaba Lexie la cual estaba amarrada viéndole. —Cúbrela. —No estoy sexualmente interesado en ella—Berrocal se le quedó viendo molesto. Asher se puso en pie y tomó una manta, se la puso encima a Lexie. Ella le observó de pies a cabeza, había escuchado tanto sobre él y había visto fotografías, pero era imponente en persona. Veían rasgos rusos o alemanes en su rostro, con una estatura que se acercaba a
Berrocal Un año más tarde Mi primer suegro decía que darle poder a una mujer era como darle poder a un adicto, ellos siempre quieren más y ellas son exactamente iguales. Me parecía el cabrón más cabrón de todos, así que siempre que hacía esa broma me iba de la habitación y me ponía a trabajar. Una tarde me llamó a la oficina para discutir negocios y Luna entró con su barriga de seis meses y en la mano diferentes paletas. Se sentó sobre el regazo de su papá mientras hablaba aceleradamente. Los dos nos miramos y estallamos en risas porque la emoción no le dejaba hablar. —Es muy complicado. Es que qué putas es seguro para una persona que no tiene consciencia, es pequeño y rápido. —Luna, tú lo que ocupas es un hombre —Dijo su padre y rio. —Nosotros dos, somos hombres y tu vida está por resolverse. Vamos a combinar mi mandonería, tu neurosis y la inteligencia de este para hacer negocios. —Gracias
Lexie Terminé de cenar, despacio, es que estaba demasiado bueno, un bistec espectacular, en su punto, unas verduritas salteadas, aguacate y de postre la huevada de mi marido. No le culpo, yo sentiría miedo de dormir conmigo, pero nunca he entendido la necesidad de los hombres de follar con uno, luego preocuparse por si soy la persona que le va a quitar la vida de una forma no sexual. Está cagado del susto, yo pensaría en retirarlo por la ventana, es la forma más práctica de matarle en este momento, sin embargo, el problema es que me gusta el hombre, me pone todo de él, su cuerpo, su mente, su energía. Berrocal es todo mafia y sexualidad. Sé que mataría a alguien por mí y yo lo haría por él, pero entre menos sepa algunas cosas, más protegido estará, así como las personas de las que tanto quiere saber. Marqué el teléfono y puse en modo de videollamada, solo me guardé la sorpresa para luego, porque el cambio físico en Asher y Cri
Berrocal Estaba acostado con mi esposa acariciándome el pecho. Durante el último año he descubierto que Lexie no es una persona de palabras, sino de gestos y los más pequeños son sus favoritos. Mi esposa me recordó que debíamos alistarnos para el despegue. Repasó conmigo las claves mientras nos vestíamos. Sé que esto es por negocios, pero lo que más me preocupa es que esté esforzándose tanto por ocupar los zapatos de un hombre que tuvo tanto poder. Mi esposa se acercó a mí y me acomodó el cuello de la camisa, le pasé las manos por las caderas y ella se inclinó y me besó. —Apenas estemos acomodados vamos a hablar de lo que quieras—respondió y me dio un beso en los labios.—Ahora, vamos a encargarnos de unos cabos sueltos. Nos sentimos con el cinturón puesto y me comentó quién estaba a cargo de Nueva York, lugar en el cual estaba colapsando por la baja de drogas. Lexi
Lexie. Carmina intentó dispararme. Le di un arma sin silenciador en un edificio público. Sonreí ante la inocencia y mi esposo dio un asentimiento, porque no contábamos con la rebeldía en Carmina. Todos nuestros planes para esta tarde eran por deshacernos de la persona que estaba vendiendo información a la competencia. La persona era totalmente la pelinegra, Irene, una mujer demasiado ambiciosa para su propio bien, es que adoro la ambición en mujeres, pero no valoro en absoluto que atenten contra mi vida. Estas dos han sido descuidadas en todo momento, la gente con problemas económicos suele siempre estar esperando hacer cualquier cosa por dinero y para Carmina hacer algo relacionado con su carrera ya era ganancia, mientras Irene yo creo que se equivocó de carrera. Ella hubiese estado bien prostituyéndose por dinero o simplemente por a
Los dos entramos a la habitación del hotel y Berrocal fue directo a servirse una copa de Whiskey. Yo me quedé mirando un par de minutos mientras se acababa su segundo vaso.—Creo que estás siendo injusto—le acusé mientras me desarmaba.—Mataste a nuestra farmacóloga por capricho.—No fue un capricho Andrés.—Explícame como funciona asesinar a las personas que saben cómo funciona el producto.—No tengo problema en morirme ahora mismo o mañana a manos de un asesino, pero no planeo ir a la cárcel por nada del mundo.Le dejé solo y fui en busca de mi teléfono para ver cómo estaban los planes de nuestro próximo viaje, cuando leí un mensaje de Regina. Todo extra bien con el negocio y tenemos noticias que no me puedo aguantar. Vi la prueba de laboratorio positiva y el docume
Berrocal Llevé a mi mujer a la cama mientras nos besábamos con pasión, Lexie es la definición de fuego cuando sexo se habla. Sé que ha experimentado nos solo con muchos hombres si no como mujeres y ello le da cierta experiencia y libertad que me enloquecen. Si fuese poco mi mujer es la más desinhibida, no tiene miedo de probar nuevas o prácticas, no es indiferente al sexo tradicional o a pedir que se haga todo lo que quiere y su cuerpo necesita. Yo me alimento con cada uno de sus suspiros y sus gritos cuando tengo mi boca en el centro de su placer. Mi esposa tiene sus dedos y uñas aferradas a mi cabello y pide por más; más ritmo y más de mí. Me encanta adoro cada centímetro de su cuerpo, cada forma de sexo, cada momento de pasión y de amor, cuando somos solo nosotros. No me importaría que el mundo se quemase si eso significa que vamos a estar juntos toda la vida. Me acosté al
Lexie Berrocal me pidió no comer ansias, pero a mí me encanta tener el día agendado suspiro por suspiro. No es solo por ser controladora y ansiosa, es porque me ayuda a mantener mi vida segura. Así que no me detuve con las preguntas hasta que mi esposo respondió:—Tú ganas Lexie, vamos a ir a conocer la ciudad, os vamos a mezclar un poco hacer contactos.—Contactos de qué tipo.—Ya sabes, mafioso de los que te gusta mi amor. No puede gobernar al mundo cuando no sabes a qué te enfrentas y en tu silla necesitas aliados.—Ya, me gusta, pero suena a que estás más informado que yo.Berrocal llevaba años activo en el negocio, era obvio que él conociese mejor algunas cosas y siempre su experiencia ha resultado impredecible para mí. Le vi apoyarse contra la silla con el fin de analizar la situaci&oacut