Cuando Grace va a comprobar cómo está la casa de lla manada, me armo de paciencia y me dirijo a la frontera. Cuando llego, veo que hay un montón de hadas corriendo junto a las patrullas mientras recorren las fronteras. No sé si están jugando o intentando ayudar.

Me acerco a la frontera. “¿Funichio? ¿Fanella?”. Los llamo. No tengo ni idea de cómo llamar su atención, pero basándome en todo lo que he aprendido sobre ellos, su fascinación por nosotros los mantendría cerca de nuestras fronteras.

“¡Señor Alfa Eli!”, gritan entusiasmados mientras vuelan hacia donde estoy.

“Buenos días. Quería hablar con ustedes sobre algunas cosas inquietantes que han sucedido y pedirles ayuda”.

Después de informarles sobre los cazadores y obtener su entusiasta acuerdo de reunirse con uno de los miembros del rango todos los días para ponernos al día sobre cualquier avistamiento extraño, me dirijo de nuevo a la casa de la manada.

Cuando regreso, me llega el contrato del terreno por parte de los mayores. L