Cuando Rik se dirige al coche, me tomo un momento para mirar el monumento a mi madre. "Te extraño, mamá. De verdad que me gustaría que estuvieras aquí para poder hablar contigo de todo lo que está pasando. No sé qué hacer. No sé cuáles son las decisiones correctas. Papá es genial, pero él no es tú".

Cierro los ojos e imagino que está a mi lado. ¿Qué me diría?

‘Sigue a tu corazón. No te equivocarás’.

Juro que es casi como si estuviera a mi lado, como si pudiera sentir su presencia. Seguro que es porque tengo tantas ganas de sentirla, pero me consuela. Abro los ojos. "Gracias, mamá. Te amo".

Regreso al coche. Rik me besa la cabeza mientras me abre la puerta. Me deslizo dentro y nos dirigimos a la casa de lobos. Ahora estoy nerviosa por una razón diferente. Nunca he comido en el albergue. Por lo que sé, siempre está lleno de miembros de la manada. Incluso los que no viven en la casa de lobos son bienvenidos a unirse a cualquier comida. El resultado es un ambiente de cafetería muy ruid