No puedo creer que me haya asustado. Todo iba bien y entonces fue como si todo volviera a mi memoria. El miedo, el dolor… y así me perdí en el recuerdo. Rik lo hizo genial, ayudándome a centrarme. Pero me preocupa. ¿Qué pasará cuando llegue el momento y encuentre a mi pareja? Querrá marcarme. ¿Y si me asusto? ¿Y si no puedo hacerlo?

Estos pensamientos me mantuvieron despierta la mayor parte de la noche. Cuando llega la hora del entrenamiento, papá vuelve a ser suave conmigo, pero sigue presionándome. Cuando por fin terminamos, estoy dolorida y decido darme un largo baño caliente para aliviar los músculos doloridos y, con suerte, despejarme. Todavía me queda un poco del jabón del regalo de Rik, así que lo echo en la bañera. Cuando me meto, apoyo la cabeza en el borde de la bañera y me sumerjo hasta que el agua se enfría.

Debería recoger unas flores para llevarlas al funeral de mi madre. No tengo ni idea de lo que Luna Calista y Rik llevan en cuanto a flores, pero nos acercamos a la pr